¿Franco o el bolsillo? ¿El sentimiento o la razón? 

Según el último CIS, el paro es uno de los tres problemas principales de España para el 60% de los ciudadanos. Solo un 6% de los españoles califica la actual situación económica como buena. "Los hechos demuestran que la economía se está frenando", defiende el economista y periodista Carlos Rodríguez Braun. "Ya es incuestionable".

"Lo normal sería que los votantes tengan esto en cuenta el 10-N", asegura este catedrático, "pero también es verdad que el enfriamiento todavía no es muy visible para el gran público: no hay una tasa de paro del 25%, no hay despidos masivos... Por eso quizá no se castigue como se ha castigado en otras circunstancias".

La economía será uno de los grandes temas de la campaña, según los especialistas consultados. "La oposición la utilizará para atacar al Gobierno y el Gobierno dirá que no es su culpa, sino que es culpa del contexto internacional o de que no han podido gobernar plenamente", dice Rodríguez Braun.

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Pero no solo de pan vive el hombre. Las personas también se mueven por emociones. Es por ello por lo que en una campaña electoral no basta un programa político. "Siempre hay una batalla entre los temas emocionales y los que son más de fondo, los racionales y técnicos", afirma David Redoli, sociólogo y miembro de ACOP. Pero no hay uno que gane le duelo, sino que los dos tipos de argumento conviven.

En el eje simbólico estaría el debate sobre la exhumación de Franco o la crisis catalana; en el segundo, "los problemas concretos de la ciudadanía: el acceso a la vivienda, la situación económica, el medio ambiente...".

Aunque, como explica Redoli, no hay ningún partido que se olvide de lo racional, "las campañas suelen ser más emotivas, porque la emoción suele llevar más a la acción". Eso no significa necesariamente que sea el argumento que vaya a pesar más. "Todo dependerá de cómo lleguemos a la campaña de principios de noviembre", asegura.

La responsabilidad de los líderes

La reducción de la campaña a ocho días será una de las novedades del 10-N. La otra, que influirá también en cómo la afrontarán los partidos, es que se trata de una repetición electoral. "La gente está cansada y, estadísticamente, eso siempre ha supuesto un aumento de la abstención", sostiene Gonzalo Adán, director de SocioMétrica, que cree que la campaña será un duelo de egos y una continua descarga de responsabilidades. 

En la misma línea argumenta Jordi Rodríguez Virgili, experto en comunicación política. "Creo que los partidos se centrarán en ver quién tiene la responsabilidad de la repetición electoral", asegura. "El famoso relato de quién ha tenido la culpa".

No obstante, Rodríguez Virgili opina que, esta vez, ese relato de la responsabilidad se hará con una visión proyectada hacia el futuro. Es decir, será importante presentarse con la capacidad para llegar a acuerdos. Por eso, Adán asegura que "mucho de lo que pase dependerá de la capacidad que tenga la derecha de ofrecer una alternativa organizada". Y ahí también podrá jugar sus cartas Más País, "porque es un partido nuevo que no puede haber tenido responsabilidades en la anterior legislatura", apunta Rodríguez Virgili.

Además, Rodríguez Virgili señala que algunas armas de movilización, como la baza de la izquierda de advertir que "la alternativa es el trifachito", tendrán menos efecto que en las pasadas elecciones. ¿Y la exhumación de Franco? "Creo que no será un tema central de la campaña, aunque el PSOE lo intentará".

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