"Todavía queda mucho", cuenta uno de los dirigentes con más peso en el Partido Popular tras lograr la alcaldía de Madrid. Las negociaciones encabezadas por Teodoro García Egea y Javier Maroto han reportado a Génova el grueso de las alcaldías por las que pugnaban los conservadores, pero el plan proyectado esconde una dificultad que empieza ahora.

El éxito estratégico del PP pasó por proyectar unos gobiernos municipales que, sobre el papel, convencieron a Ciudadanos... y a Vox. Los primeros reiteraron que no compartirán ejecutivos con el partido de Abascal y Casado aceptó. Pero los segundos, horas después, exigieron carteras municipales siguiendo criterios de "proporción". Este pacto, entre PP y Vox, se cerró en un céntrico hotel madrileño pasadas las tres de la madrugada.

Entonces, ¿cómo se conjuga esto? Las investiduras suelen suponer la puesta en marcha de los gobiernos, pero no será así en este caso. "Veremos cómo lo hacemos, tenemos que estudiarlo", admiten fuentes de Génova sobre el ruego de Abascal. El comunicado remitido a los medios por la formación en el extremo derecho del tablero dice así: "El pacto establece que Vox obtendrá concejalías de gobierno en proporción a sus resultados en cada localidad."

En Madrid, según ha confirmado este periódico de la dirección nacional de Cs, Rivera aceptará la vía encontrada por García Egea y Maroto: Vox regirá algunas Juntas de Distrito, lo que supone gobernar, aunque sin formar parte del 'consejo de ministros' municipal. No obstante, un portavoz autorizado recalca: "No compartiremos ejecutivos con ellos en ningún sitio. El PP sabrá lo que hace".

Vox reitera en su nota informativa que su ganancia de poder municipal se firmó con el PP y el consentimiento de Ciudadanos, pero los liberales niegan la mayor: "No teníamos ni idea". Arrojan como prueba que sus negociadores ya dormían cuando García Egea y Maroto se vieron las caras con Espinosa de los Monteros, Ortega Smith y Monasterio.

El lío de las partituras

Un mandatario cercano a Pablo Casado, en conversación con este diario, recurre a una metáfora musical para explicar su estrategia: "Sí, es muy difícil que una orquesta toque a la perfección la Novena Sinfonía de Beethoven, pero te aseguro que fue mucho más difícil componerla. Tenemos la partitura, ahora procuraremos que cada uno interprete su parte y suene bien".

Los populares conocen el pentagrama y les gusta. Vox tampoco alberga reparos a subirse al escenario con Ciudadanos, pero los liberales insisten en marcar una línea roja: "Si Abascal entra, consideraremos roto el acuerdo".

En caso de que esto ocurriera, se antojaría complicada una moción de censura. El mecanismo requiere un candidato alternativo y Rivera no encontraría ningún aliado a la izquierda del centro porque también ha vetado a los "populistas".

El propio Teodoro García Egea -ha testado este periódico a través de algunos de sus compañeros- se refiere a las negociaciones que vendrán como el "principio de incertidumbre de Heisenberg", según el cual es imposible conocer al mismo tiempo la posición y la velocidad de un electrón; en este caso partido político. Los mandatarios del PP se muestran tranquilos. Dicen tener un plan. Ciudadanos espera.

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