El 3 de mayo de 2018, hace ahora un año, la banda terrorista ETA anunció su desaparición como organización. Habían pasado seis y medio desde su anuncio de cese de la actividad terrorista. Hoy, transcurridos 365 días desde que Josu Ternera puso voz al último comunicado de la banda, ETA está prácticamente desaparecida de la agenda.

Josu Ternera pone voz al último comunicado de ETA sobre "el final de su trayectoria"

Fueron los medios Gara y Berria los que publicaron el comunicado de ETA a mediodía del 3 de mayo de 2018 y el autodenominado Grupo Internacional de Contacto y las organizaciones Bidea y el Foro Social Permanente informaron esa tarde de la escenificación de la disolución, que se llevó a cabo un día después en la villa Arnaga de Kanbo, cerca de Bayona (Francia).

Ninguno de los principales representantes políticos celebró la noticia. La mayoría  coincidió en que la disolución llegaba tarde. Fue el caso del presidente del Gobierno en aquel momento, Mariano Rajoy, que declaró que "han tardado demasiado tiempo en reconocer su derrota" y el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, criticó que "llega tarde y siguen faltando autocrítica y disculpas a todas las víctimas".

Pendientes de la entrega de armas

¿Qué ha pasado un año después? El proceso secesionista catalán, la moción de censura de Pedro Sánchez a Rajoy que acaba de desembocar en las elecciones del 28-A y el crecimiento de la amenaza yihadista han cambiado el foco de la sociedad, dejando en un absoluto segundo plano a la banda terorista. De hecho, nada se sabe del "avance hacia el último objetivo" ni de la consecución de "más avances en el camino hacia la paz" que anunció la banda hace un año. 

En estos 12 meses, tampoco las víctimas han visto una evolución en el proceso ni su reconocimiento. En el comunicado de disolución, la organización reconoció "el daño causado" y admitió su "responsabilidad directa", pero únicamente pidió perdón a las víctimas "ajenas" al conflicto.

"ETA surgió de este pueblo y ahora se disuelve en él", escribió la banda terrorista en su último comunicado, y tras un año el vaticinio se ha convertido en realidad. Eso sí, sigue pendiente la entrega de armas. La banda entregó 120 armas de fuego, tres toneladas de explosivos, detonadores y munición, que representa, según los expertos, la mitad del armamento que poseía.

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