“La fuerza de España en la UE va a partir de una alianza con Polonia”. Son palabras de Santiago Abascal en su visita este miércoles a Varsovia, donde se reunió con varios miembros del Gobierno polaco y del partido gobernante, dejando entrever cuál será su socio prioritario en el futuro Parlamento Europeo. Y de allí salió Vox, según fuentes del partido, con un deseo del líder del partido en el Gobierno, Jaroslaw Kaczynski, de que los de Abascal tengan éxito electoral.

La visita del presidente de Vox junto al vicesecretario de Relaciones Internacionales de la formación, Iván Espinosa de los Monteros, a Polonia se cerró con el encuentro con Kaczynski, hombre fuerte de la política polaca y líder del ultraconservador Ley y Justicia (PiS).

En en el encuentro, según las citadas fuentes, quedaron claras las "coincidencias en los valores entre los dos partidos". Y especialmente, su concepto de la soberanía nacional de los Estados-nación en contra del "modelo federal hacia el que se encamina la Unión Europea".

Polonia, la 'oveja negra' de la UE

Con su viaje a la capital polaca, Vox trata de consolidar sus alianzas en el extranjero al mismo tiempo que internacionaliza su proyecto. Polonia, gobernada por el PiS, es uno de los dos Estados miembros de la UE –junto a la Hungría de Viktor Orbán- contra los que Bruselas abrió un expediente por poner en riesgo el Estado de derecho y tratar de acabar con la independencia del poder judicial.

El país del Vístula es conocido como la oveja negra de Europa en asuntos sociales. Kaczynski, que abraza un ideario ultraconservador, se muestra radicalmente en contra del aborto y del matrimonio homosexual. El actual gobierno ha sido criticado por su reforma judicial, sus ataques a la Constitución y una reforma educativa que pretende "crear nuevos polacos" y que usa la enseñanza de la Historia como contenedor ideológico del programa político del Ejecutivo.

Abascal y Espinosa de los Monteros fueron recibidos por Adam Lipiński, secretario de Estado de la cancillería del primer ministro, y Lukasz Schreiber, secretario de Estado responsable de las relaciones con las Cortes. A continuación, se reunieron con el viceministro de Exteriores y política europea, Szymon Szynkowski vel Sęk, con quien trataron sobre el futuro de la UE, el control de la inmigración ilegal, la relación con la OTAN y la defensa de los Estados-Nación.

A la salida de estos encuentros, el líder de Vox expresó que está "convencido de que restaurar el eje Madrid-Varsovia, que funcionó hace ya unas décadas, es algo importante, y yo creo que la fuerza de España en la UE va a partir de una alianza con Polonia y de la aportación que los españoles podemos hacer con nuestra conexión con Hispanoamérica".

Durante meses, Abascal se ha negado a aclarar con qué partidos de la derecha extrema europea se aliará en la Eurocámara a partir del 26 de mayo. Pero tras este viaje las cosas se aclaran: "Creo que tenemos mucho que aprende de los polacos y su fortaleza", dijo el líder de Vox, "es una nación admirable que ha sido capaz de sobrevivir después de padecer gravemente a los totalitarismos nazi y comunista, se ha sobrepuesto a ellos y ha prohibido a ambos"

Adiós a Le Pen

Atrás quedan los tiempos en los que el dirigente de Vox se fotografiaba con Marine Le Pen. Con la política francesa coincidió en la cumbre de la extrema derecha celebrada en enero de 2017 en Coblenza (Alemania), donde Abascal también se hizo selfies con el holandés Geert Wilders (Partido de la Libertad) o la alemana Frauke Petry (Alternativa por Alemania). 

Santiago Abascal y Marine Le Pen en un acto de campaña en las pasadas elecciones francesas en Perpiñán. Foto: Twitter

Desde las elecciones andaluzas, donde Vox dio la sorpresa, Abascal ha intentado marcar distancias con los de Le Pen, aunque ella lo felicitó antes incluso de que hubiera resultados oficiales. Abascal insiste en dejar claro que lo único que les une es “la defensa de la soberanía nacional, la protección de la identidad cristiana de Europa y la reacción frente a la dictadura de la corrección política”. Además, claro, de un mayor control de las fronteras.

Pero divergen en el plano social y económico. Le Pen abraza posiciones más progresistas que Vox, un partido de corte más conservador que el PP, y se muestra en contra del recorte en gasto público. Los de Abascal, en cambio, piden una y otra vez una reforma fiscal para reducir los impuestos que “asfixian al ciudadano”. 

Ahora el partido de derecha radical tiene los ojos puestos en Europa del Este y trata de desvincularse de sus vecinos galos. Tanto Polonia como Hungría están gobernados por partidos ultraconservadores que ponen en tela de juicio el Estado de derecho. Es el asunto que más podría incomodar a Vox, que sí coincide con estos partidos europeos en defender “la soberanía de las naciones europeas frente a la burocracia europea” y poner freno la “inmigración masiva”.

Por poner algún ejemplo, la Hungría de Orbán que admira Vox aprobó recientemente una ley que castigaba con un año de prisión a cualquier persona que se prestara a ayudar a un inmigrante ilegal siempre y cuando no estuviera en peligro de muerte. Abascal aplaudía en Twitter la nueva normativa húngara: “Lo que hace Hungría es lo que debería hacer España. Y es lo que haría -y hará- el Gobierno España si dependiera -y dependerá- de los votos o escaños de Vox”.

¿En qué grupo irá en la UE?

En cualquier caso, Vox todavía no ha dejado claro si se unirá al grupo Conservadores y Reformistas -en el que están sus amigos polacos- o al de Marine Le Pen -Europa de las Naciones y las Libertades- o si tras las elecciones europeas se fusionarán ambos.

De hecho, el reciente acto de Vox en la Eurocámara lo apadrinó un eurodiputado polaco de Ley y Justicia –Kosma Zlotowski- que calificaban al partido invitado de “conservador en el sentido pleno de la palabra, con un programa cercano” y “muy interesado en unirse a nuestro grupo en el Parlamento Europeo”.