El presidente de la Generalitat, Quim Torra, ha calificado el juicio al procés que ha comenzado este lunes con las cuestiones previas en el Tribunal Supremo como una "venganza contra un pueblo que ha decidido decidir, que defendió las urnas contra las porras". 

Después de presenciar la primera sesión en la que los 12 acusados de haber roto el marco constitucional con la búsqueda de la independencia de Cataluña se han sentado en el banquillo, Torra ha afirmado que el juicio es un "ataque a la democracia y una vergüenza indigna en un país en democracia".

Torra califica el juicio al procés de "acto de venganza" contra el pueblo catalán

El presidente catalán ha leído en rueda de prensa un manifiesto en el que ha exigido la libertad de los presos preventivos y ha calificado la "macrocausa de una persecución política". En este sentido, también ha exigido "el archivo inmediato de la causa" y ha pedido que se atiendan las peticiones de los abogados planteados hoy ante el Tribunal Supremo si quiere "conseguir una imagen de imparcialidad" ante Europa. Torra también ha pedido a las asociaciones internacionales que pongan "toda su atención" en este juicio que ha calificado de "farsa" y ha amenazado con que la causa acabará en los tribunales internacionales.

Que el Gobierno vuelva a la mesa del diálogo

Torra también ha aprovechado su intervención para pedir al Gobierno y al PSOE que rectifique y si no, "no aprobarán los presupuestos". Lo dice el día que las cuentas del Estado han quedado bloqueadas y el Gobierno de Pedro Sánchez ya ha abierto la puerta a convocar elecciones ante la falta de apoyo de los partidos independentistas.

El president ha hecho un llamamiento a "volver a la mesa del diálogo" poniendo como condición que cambie la situación de los presos. Según Torra, "la pelota está en el tejado de Sánchez" porque fueron ellos quienes les llamaron para decir que rompían con ese diálogo. Torra se ha considerado a sí mismo como un "sucesor" del anterior Gobierno catalán y ha afirmado que persigue satisfacer también el mandato democrático que tenían sus antecesores, que pasa por acabar con la Monarquía y ejercer el derecho de Autodeterminación.