La noche de este lunes, recién engullidos los resultados de las elecciones andaluzas, hay mucho coche con los cristales tintados a orillas del despacho de abogados Sánchez de Lara. En un vals de poder van desfilando aquellos que ya negocian la presidencia de la Junta de Andalucía. Entre sushi y copas de champán, miembros de las Ejecutivas de los tres partidos clave -PP, PSOE y Ciudadanos- trenzan las primeras conversaciones que colocarán un nuevo inquilino en el Palacio sevillano de San Telmo.

Los reúne la exposición de una Constitución autógrafa y coral, firmada por Pedro Sánchez, los expresidentes Aznar y Zapatero, o los propios padres de la Carta Magna. Arbitra Ana Pastor, como si esto fuera el Congreso, y los Pablo Casado, José Luis Ábalos, Margarita Robles o Begoña Villacís intercambian impresiones con la vista puesta en Andalucía. Se podría resumir así: "Apóyame tú", "no, no, te toca a ti". Y así sucesivamente. Un alto cargo del PP saluda a un ministro: "Oye, últimamente sólo nos vemos en cosas de El Español". Y éste le responde en referencia a los últimos comicios: "Para habernos matado, ¿eh?".

Si hay algo claro es que el próximo Ejecutivo andaluz saldrá de un backstage como éste, y no de una cumbre de partidos fría y encorsetada. No existe un sendero que transitar, sino un "laberinto" que salvar. Como el que escribió Gerald Brenan sobre el país en su conjunto -finales de los treinta- y precisamente desde Andalucía. Ochenta años después ocurre justo al revés: el laberinto es plenamente andaluz, pero sus páginas se escriben en toda España.

Presentación artículos Constitución Jorge Barreno

Ante la mirada de los presentes, incluido el director del CNI, Félix Sanz Roldán, se abrazan los inabrazables. Literalmente, con palmaditas en la espalda incluidas. "Oye, ¿pero quién va a gobernar?". Lo preguntan también varios exministros lejos ya de la primera línea, como José Manuel Soria o Ángel Acebes. Vayamos por partes.

PSOE: "Debe gobernar el más votado"

Quede constancia, en primer lugar, de la opinión de Ábalos, ministro de Fomento y mano derecha de Sánchez en el PSOE. Primera fuerza en Andalucía a pesar del batacazo. "He dormido bien, lo que pasa es que duermo poco", saluda. Al principio, un poco filosófico y a modo de trabalenguas, resume: "Lo importante en esta vida es que uno haga lo que tenga que hacer. Lo que depende de los demás... Eso es otra cosa. Ser consciente de ello es necesario para estar tranquilo".

-¿Y quién gobierna, ministro?

-Depende. Si nos atenemos a la doctrina de la derecha, debería corresponderle al partido más votado. Seguimos siéndolo nosotros a pesar de una bajada importante. Nos corresponde intentar la investidura, pero debemos conseguir el apoyo que falta. Ese es el primer paso.

Ese "apoyo que falta" es un dardo dirigido a Ciudadanos. Por allí pasa Villacís, a punto de irse para cenar con sus hijas. Ella no quiere saber de nada de investir a Susana Díaz otra vez. La candidata a la alcaldía de Madrid habla de Borgen, la serie danesa que refleja cómo una formación de centro, tercera en orden de escaños, puede presidir un Gobierno apoyado por la derecha y la izquierda: "Es perfectamente factible. Ciudadanos es quien mejor favorece los consensos. Además, hablamos de salud democrática. No puede gobernar el mismo partido durante cuarenta años... ¡Si ésa esa la edad que tengo yo!".

-Dice Ciudadanos que mejor Borgen, ministro Ábalos.

-Para conseguir eso que usted dice hace falta algo de audacia. Lo que no se puede es ponerse en plan cómodo y que a uno se lo arreglen. Cuesta mucho pensar que quien ganó las elecciones en Cataluña y no movió un dedo para la investidura ahora reclame la presidencia de Andalucía siendo tercero. Que se lo pida a sus más próximos. Ellos podrían volver a hacer un esfuerzo, no les resultaría dramático, ya lo practicaron con una complicidad evidente. El acuerdo -entre PSOE y Ciudadanos- podría renovarse bajo otras condiciones.

Uno de esos "próximos" a los que se refiere Ábalos es Pablo Casado. El presidente del PP entra en el salón a última hora. Antes de responder se fotografía con el artículo que ha autografiado para la Constitución coral que cuelga de la pared. No lo encuentra y sale en su ayuda la anfitriona, Cruz Sánchez de Lara. Ahora, sí, ya contesta.

Casado: "Vox no me da miedo"

-Buenas noches, señor Casado. ¿Qué tal ha dormido? ¿Ha notado cómoda la almohada?

-Los que están cómodos son los andaluces. Después de cuarenta años han pedido cambio y ese cambio lo va a liderar el PP. Esperemos que los demás partidos estén a la altura. Debemos conformar una alternativa a la izquierda y los comunistas.

-¿Y eso cómo se arregla? Todos quieren la presidencia.

-Creo que debemos plantear una investidura y, a partir de ahí, negociar los apoyos. Ahora estableceremos los contactos.

Hay un invitado fantasmagórico que no ha venido, pero muy mentado en el ambiente. Vox. El PP no tiene remilgos en pactar con ellos. El exministro de Justicia, Rafael Catalá, define la formación de Abascal como "una derecha moderna, democrática y actual". Oiga, ¿pero no dicen lo mismo del PP? "También lo somos".

-A usted, señor Casado, ¿le da miedo Vox?

-No me da miedo Vox, sino los partidos que gobiernan mal. Vox debe definir su proyecto y plasmarlo en una actuación parlamentaria. Otros ya lo hicieron y han sido nefastos. Hablo de los comunistas y los independentistas.

-Se lo preguntaba también porque gran parte de sus votos fueron antes del PP. ¿Les están devorando?

-Han sacado doce escaños. De nuestro partido, como mucho, podrían ser siete. Pero parece que no ha sido así. Creo que ha habido cierta transversalidad, han recibido apoyos también de otros. Lo que esperamos es, en definitiva, que se despeje cuanto antes la gobernabilidad.

-Oiga, ¿y Borgen?

-Hay que estar en el mundo real. Cuando un partido recibe el mandato como fuerza alternativa más votada, debe formar Gobierno y que las demás fuerzas se retraten.

Villacís: "Somos europeístas"

Demasiada tela que cortar. Discurren José María Álvarez del Manzano, Nicolás Redondo Terreros, Josep Piqué, Marta Rivera Cruz, Melissa Rodríguez, Ángeles Álvarez, José María Barreda... No salen las cuentas.

El diagnóstico es el siguiente: el PSOE quiere gobernar, pero sólo tiene el apoyo de Podemos y no suman. Ciudadanos les da la espalda. El PP quiere gobernar, pero sólo tiene el apoyo de Vox. Y Ciudadanos no va a ninguna parte con Abascal. Ciudadanos quiere gobernar, pero no tiene el apoyo asegurado de nadie.

-Villacís, ¿Vox está en su casa? ¿Ni siquiera con aquellos diccionarios?

-No, no, eso era más de mi época y de la de mis padres. Ahora, el diccionario de los niños son sus padres e internet.

-¿Ciudadanos se dejaría apoyar por Vox?

-Uno no se deja apoyar. El otro decide si lo hace o no. Nosotros hemos puesto un candidato con un programa. No sé hasta qué punto lo pueden aceptar. Nosotros somos profundamente europeístas.

O lo que es lo mismo. Villacís arguye que Ciudadanos es europeísta para aclarar que Vox no lo es. Por tanto, transcurrida la primera ronda de conversaciones, no hay quien gobierne Andalucía. Por lo menos, ante la sugestión de la Constitución autógrafa, los líderes políticos han dicho por qué.

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