Javier Ortega Smith, secretario general de Vox, durante uno de sus brindis.

Javier Ortega Smith, secretario general de Vox, durante uno de sus brindis. E.E

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Vox recupera el brindis de los Tercios de Flandes: “Que el traidor a España no encuentre perdón”

16 octubre, 2018 02:55

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El backstage de los mítines de Vox huele a pica y arcabuz. A los Tercios de Flandes. Las manifestaciones, grandes o pequeñas, esconden un rito en las cenas posteriores. Copa de vino en mano, su secretario general, Javier Ortega, recita en verso. Cuando termina, los asistentes gritan con él: "¡Viva España!".

Un simpatizante captó la escena con su teléfono móvil durante una sobremesa a orillas de Bilbao, en un caserío. Fue hace un par de años. El vídeo asaltó cientos de grupos de Whatsapp. Nadie sabía quién era el tipo que alzaba la copa. Afiliados de PP y Ciudadanos compartían el clip ajenos a la participación de Vox. "Oye, pero si te he visto en un vídeo que me ha mandado mi primo desde Estados Unidos (...) ¿Cómo has llegado al chat de mi familia?", le preguntaron a Ortega en el trabajo. La dictadura de lo viral hizo el resto y la ceremonia se repite en cada reunión.

Los versos que ambientan los camerinos de Vox son estos: "No os preguntarán por mí/ que en estos tiempos a nadie/ le da lustre haber nacido/ segundón en casa grande/ pero si pregunta alguno/ bueno será contestarle/ que español a toda vena/ amé, reñí, di mi sangre/ pensé poco, recé mucho/ jugué bien, perdí bastante/ y porque esa empresa loca/ que nunca debió tentarme/ que perdiendo ofende a todos/ que triunfando alcanza a nadie/ no quise salir del mundo/ sin poner mi pica en Flandes/ ¡Por España!/ y el que quiera defenderla/ honrado muera/ y el traidor que la abandone/ no encuentre quien le perdone/ ni en Tierra Santa cobijo/ ni una cruz en sus despojos/ ni la mano de un buen hijo/ para cerrarle los ojos".

El ritual del vino de Vox Clara Rodríguez

¿De dónde sale este texto? Ortega lo introduce como poema del capitán de los Tercios Diego Hernando de Acuña. En realidad, lo dice un personaje de nombre parecido que alumbró Eduardo Marquina en su obra En Flandes se ha puesto el sol: Diego Acuña de Carvajal.

Ortega, en conversación con este diario, demuestra conocer el verdadero origen de los versos, pero asegura no explicarlo en cada ocasión para "no hacer de aquello una conferencia".

Tal y como explica el filólogo José Benito Freijanes, el capitán Diego Hernando de Acuña mencionado por el secretario general de Vox "nunca existió": hubo un poeta llamado Hernando de Acuña. A secas. Sin el "Diego". Aquel hombre dedicó un libro de poesía "al príncipe Felipe" a finales del siglo XVI. Pero, según interpreta Freijanes, el estilo nada tiene que ver con la banda sonora de los de Abascal.

"Probablemente, yo haya incluido el 'Diego' porque el personaje de Marquina se llama Diego Acuña de Carvajal. Quizá haya mezclado eso con el auténtico Hernando de Acuña. A partir de ahora me referiré al brindis de Acuña. Así acertamos seguro", desmiga Javier Ortega.

Para el dirigente de Vox la pregunta del millón es: "¿Marquina compuso esos versos y los puso en boca de ese personaje inspirado en el verdadero Hernando de Acuña o lo encontró realmente en algunos papeles de ese poeta y como tal lo incluyó en su obra?".

Eduardo Marquina (1879-1946) fue académico de la Real Academia Española de la Lengua. Falleció en Nueva York, donde trabajaba como diplomático. Escribió la primera letra del himno de España por encargo de Alfonso XIII.

Javier Ortega escenifica este brindis en todas las cenas de Vox, pero ahora también se lo piden sus amigos en las barbacoas y se lo exigieron por sorpresa en una carpa repleta de legionarios. Asegura que transmite los "valores fraternales" que su partido pretende defender. Se refiere a esa "España como gran nación atacada por traidores".

La primera vez que lo escuchó fue en la brigada de paracaidistas, donde quedó establecido de forma oficial, aunque sólo la segunda mitad, que arranca: "¡Por España!".

Javier Ortega, abogado de profesión, se dice "dispuesto a derramar hasta la última gota de su sangre por España". Menciona las distancias históricas que alejan su brindis de la actualidad y apuesta por "ofrecer a la nación todo lo que sea necesario en cada momento y dependiendo de las circunstancias". Rechaza el catastrofismo y reseña que, "gracias a Dios", "no son días de guerra en los que se muera con las botas puestas". El secretario general de Vox arguye que la Historia de España es "irrenunciable" y la define "ligada a la espada y la cruz".

Las redes sociales han convertido el brindis de Acuña en un rito obligado para el partido. Este fin de semana, se ha celebrado en Cataluña "tres o cuatro veces". Contribuye a afianzar esa estética buscada por Vox para adelantar al PP por la derecha.