El Partido Popular se enfrenta en Cataluña a un futuro complicado. Tras el 21-D ha pasado de tener 11 diputados a solo cuatro. No se trata sólo de un varapalo político: se enfrenta a una inevitable reducción de costes, posiblemente un ERE, por el tijeretazo en las ayudas públicas que sufrirá cuando se forme el nuevo Parlament.

Las partidas económicas que se destinan a cada grupo parlamentario se actualizan al comenzar cada legislatura, por lo que aún está pendiente de decidir cuánto se asigna a cada formación con representación en la Cámara autonómica. Si se cogen como base las cuantías de la legislatura pasada, se deduce que el PP catalán pasará de ingresar en sus arcas 1,33 millones de euros al año a sólo 452.000 euros. Es decir: perderá casi un millón de euros anuales como consecuencia de sus paupérrimos resultados electorales.

Nadie en el partido se ha repuesto todavía del shock que les ha producido ver cómo Ciudadanos ha recorrido precisamente el camino inverso: de ser un partido minoritario en 2012, se ha convertido en la formación más votada. De hecho, la formación de Inés Arrimadas pasará de ingresar 2,99 millones de euros anuales que venía recibiendo desde 2015, cuando ya tenía 25 diputados, a más de 4 millones en la legislatura que ahora echará a andar. Una diferencia de más de 3,5 millones de euros respecto del PP, que ha desatado los nervios en la sede regional de los conservadores.

Nuevos despidos en el partido

Fuentes internas del partido recuerdan que tras las anteriores elecciones autonómicas y municipales, el partido ya se sometió a una profunda remodelación en la que muchos compañeros fueron despedidos por la asfixia financiera de las cuentas. Con los resultados del 21-D, aquellas bajas serán insuficientes y la formación tendrá que afrontar nuevos despidos.

De momento, los conservadores intentan amortiguar el golpe que ha supuesto la baja de Juan Arza, que ha presentado la dimisión como  secretario de Estudios Políticos, y cruzan los dedos porque esta salida no sea "el principio de una estampida".

Desde que el voto exterior les concedió el cuarto escaño, que parecía perdido, en el PP no han perdido la esperanza de poder formar grupo propio. Fuentes del partido conservador reconocen que, con cuatro diputados, se podría pedir prestado un escaño al PSC o a Ciudadanos para conseguir el quinto que da derecho a constituir el grupo. Eso les evitar tener que entrar a engrosar el grupo mixto, junto a la CUP. De lograrlo, los conservadores se asegurarían más recursos económicos y más minutos de intervención en el Parlament.

De momento, la formación que aún dirige Xavier García Albiol no se ha puesto en contacto con las direcciones regionales de Cs y PSOE para hacerles formalmente esa propuesta. No obstante, fuentes consultadas en CS rechazan de antemano eta oferta. No se opondrían, en cambio, a rescatar la figura del subgrupo parlamentario, que se puede formar con tres diputados. Con esta fórmula, dos partidos tan antagónicos como son el PP y la CUP podrían tener representación en la Junta de Portavoces del Parlament.

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