Cambio radical de estrategia en el PP. Tras comprobar que más de 200.000 papeletas que antes eran suyas fueron para Ciudadanos el 21-D, la dirección nacional del partido que lidera Mariano Rajoy no ha esperado ni a que pase el parón navideño para cargar contra la formación de Albert Rivera. En el fondo, existe un miedo atroz en todo el partido a que el efecto Arrimadas se contagie en el resto de autonomías y Cuidadanos se quede gran parte del electorado conservador en las elecciones autonómicas y municipales que se celebrarán en la primavera de 2019.

La dirección nacional del partido ha salido a criticar sin tapujos que la líder más votada en Cataluña en las últimas elecciones, Inés Arrimadas, no haya movido ficha para intentar formar un gobierno alternativo en la Generalitat. El coordinador general del PP, Fernando Martínez-Maillo, ha asegurado este martes en una entrevista radiofónica que Cs tiene "cierta alergia a gobernar" y ha criticado que no aprovechen "la oportunidad" de intentar formar un gobierno.

Los conservadores afean a Arrimadas que no dé el paso al frente para intentar formar gobierno olvidándose de que el propio Mariano Rajoy declinó presentarse a la investidura en enero de 2016 porque tampoco tenía asegurados los apoyos. El número 3 del partido ha criticado también que Cs "está muy acostumbrada a ir por donde vaya el viento" y como ejemplo puso su  apoyo a aplicar el artículo 155 de la Constitución. "Empezó diciendo no al 155 y cuando vio que la opinión pública mayoritariamente iba al 155 cambiaron la dirección de su mensaje y fueron conforme al viento".

Con la misma contundencia se ha expresado este martes el portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando. "A mayor respaldo conseguido, mayor responsabilidad. Arrimadas ha ganado las elecciones y tiene que reivindicar su victoria. No puede tirar la toalla". El portavoz de los populares en la Cámara Baja matizó que con esta posición su partido no pretende que la líder de Cs en Cataluña tenga la "obligación" de presentarse a la investidura, pero argumentó que su responsabilidad es "intentarlo".

Ninguna autocrítica

Los conservadores se han quedado noqueados por el alud de apoyos que la formación naranja ha recibido en las elecciones catalanas. Cs ha sido el voto útil de los catalanes no independentistas y ha arañado votos de todos lados: de los abstencionistas, del PSC y muchísimo del PP. En Génova, en lugar de hacer autocrítica y pensar en los fallos de la estrategia que diseñaron sus gurús, han optado por erosionar a Arrimadas, la candidata no nacionalista que por primera vez ha ganado unas elecciones en Cataluña.

Entre las filas conservadoras todavía no entienden por qué el partido de Rivera ha conseguido capitalizar banderas que tradicionalmente pertenecían al PP. "Está claro que algo hemos hecho mal. Estamos a punto de desaparecer en Cataluña y en público decimos que la culpa es de Arrimadas. ¿Es que nosotros no hacemos nada mal?", se preguntan con cierta retranca.

Albiol, diez veces menos votos que Cs

La falta de autocrítica en la dirección nacional del PP ha multiplicado las críticas internas que desde la noche del 21-D se vienen sucediendo, siempre en privado. Durante el Comité Ejecutivo Nacional que presidió Mariano Rajoy el 22 de diciembre solo tomó la palabra el candidato del partido en Cataluña, Xavier García Albiol, que puso su cargo a disposición del partido tras comprobar que tan solo algo más de cien mil personas depositaron su confianza en él. Diez veces menos que el apoyo que recibió Inés Arrimadas.

Todos los demás optaron por el silencio como mejor respuesta mientras muchos esperan un cambio de estrategia inminente para que los resultados de Cataluña no se reflejen en las elecciones a las que muchos de ellos concurrirán en 2019. Qué hará Mariano Rajoy para taponar el crecimiento exponencial de Cs, su socio de investidura con el que todavía tiene pactos pendientes, es un gran misterio.