Íñigo Méndez de Vigo se ha metido en un lío con Sijena. Las críticas del separatismo a la devolución de 44 piezas de arte sacro a Aragón se daban por descontadas. Pero es que las fuerzas constitucionalistas tampoco están precisamente descorchando champán. Nadie quiere la imagen de un camión sacando obras del Museo de Lérida en plena campaña del 21-D. El problema del ministro, y conseller de Cultura de la Generalitat gracias al 155, no es sólo haberse puesto en contra a todos los partidos catalanes, sino que además se está arriesgando a una imputación por desobediencia en el Tribunal Supremo si incumple la orden judicial. 

Que el candidato del PP Xavier García Albiol diga en público que no comparte el traslado de los bienes es bastante elocuente. La campaña del 21-D es suficientemente complicada, sobre todo para el PP según las encuestas, como para añadir un problema más a la lista. Lo mismo le ocurre al PSC. El alcalde de Lleida, Ángel Ros, es socialista. La disputa de los bienes es un tema sensible y afecta a la colección del museo de la ciudad. Hasta Carles Puigdemont, desde Bruselas, ha aprovechado la ocasión para acusar al PSC de "complicidad en el expolio" de Sijena. Ni que decir tiene que la noticia ha sido muy celebrada en Aragón. Pero las elecciones son en Cataluña. 

Méndez de Vigo sobre Sijena

Las dos providencias del juez de Huesca han colocado a Méndez de Vigo entre la espada del magistrado y la pared de los partidos catalanes. Era una ratonera. El ministro ha iniciado los trámites del traslado porque, en su opinión, no tenía margen de maniobra. No ha sido, dice, una decisión política del 155, sino el estricto cumplimiento de la legalidad. Si el ministro no actúa en los próximos días, se arriesga a ser imputado por desobediencia en el Supremo. Y el juez puede enviar a la Guardia Civil por su cuenta a cumplir la orden. Ante las dudas sobre si la mudanza puede realizarse antes del 21-D, fuentes jurídicas consultadas por EL ESPAÑOL aseguran que el traslado se puede organizar y realizar en 24-48 horas.

"Es lo mismo que ocurrió con los papeles de Salamanca", dicen. "Se disponen las piezas, se meten en un camión y se llevan a Sijena. No hay misterio".

La sentencia no es firme

En Cataluña se ha criticado la "prisa" de Méndez de Vigo. El argumento es que la sentencia que ordena devolver las 44 piezas de entre los siglos XIII y XV no es firme. Hay un recurso de apelación ante la Audiencia Provincial de Huesca pendiente de resolución. Y lo lógico, dicen, sería que la Generalitat agotase sus opciones con un recurso de casación ante el Supremo.

Puigdemont critica el expolio

Jorge Español, el abogado que representa los intereses del Ayuntamiento de Sijena, recuerda que el juzgado dictó un auto de ejecución de sentencia que sigue vigente. Español dice que la Generalitat ha presentado una veintena de recursos contra el auto de ejecución, y los ha perdido todos. Cataluña echó mano del Tribunal de Conflictos de Jurisdicción, un órgano colegiado del Supremo al que se recurre muy pocas veces. Pero no logró que los tribunales de Huesca perdiesen el caso, como pretendía. La Generalitat presentó también un recurso de amparo al Tribunal Constitucional contra dicha ejecución. El TC falló en su contra.

"Es cierto que la sentencia no es firme, pero Cataluña ha perdido todos los recursos y hay un auto de ejecución de sentencia que se debe cumplir. Las obras deben volver a Aragón", dice Español. "Si la Generalitat gana algún recurso, las obras retornarían a Cataluña. Se trata de cumplir la ley". 

Aragón pide la devolución inmediata

Punta del iceberg

Las 44 piezas de la discordia son sólo la punta del iceberg del contencioso que enfrenta a la comunidad aragonesa con Cataluña desde hace casi un siglo. Hay otras dos sentencias pendientes de ejecución, que son favorables a Aragón. Una afecta a 115 piezas artísticas de las parroquias oscenses de la Franja, el área limítrofe entre ambas comunidades. La otra es un conjunto mural del Monasterio de Sijena que se expone en el Museo Nacional de Arte de Cataluña en Barcelona. 

Nada indica que Méndez de Vigo vaya meterse en un follón todavía mayor que en el que ya está metido. A no ser que los otros juzgados implicados esgriman el 155. Español representa a Sijena en dos procesos, el de las 44 piezas y el de los murales. Se trata de un conjunto de pinturas de la sala capitular del Monasterio de Sijena que fueron trasladadas a Cataluña antes de que grupos anarquistas quemaran el Monasterio en 1936. El funcionario de la Generalitat que trasladó los murales fue José Gudiol, y lo hizo sin el visto bueno de la Dirección General de Bellas Artes de la República. 

Las pinturas, que datan de los siglos XI y XII, se quedaron en Barcelona. Ninguna de las órdenes ministeriales que exigían el retorno de las obras "a su entorno" se cumplió durante el franquismo. Y el conjunto todavía se expone en el Museo Nacional de Arte de Cataluña. La justicia ordenó la devolución de los murales a Aragón en una sentencia de julio del 2016. El Museo nunca ha respondido a los requerimientos del juzgado. Tampoco la Generalitat. El juzgado número dos de Huesca, que es el encargado, no ha dictado una providencia invocando el 155 como sí ha ocurrido con el juzgado número uno de Huesca, que lleva el caso de las 44 piezas. 

El Vaticano da la razón a Aragón

El proceso que originó el contencioso es el de las 115 piezas de la Franja aragonesa. Estas obras fueron trasladadas a Lérida entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Las parroquias de Huesca pertenecían entonces a la diócesis catalana. Cuando la Iglesia creó después la diócesis de Barbastro-Monzón en Aragón, estas parroquias reclamaron a Lérida la devolución de las piezas.

Este conflicto, que comenzó en los años 90, se ha dirimido siguiendo el derecho canónico. El Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica, máximo órgano judicial del Vaticano, falló a favor de la diócesis aragonesa. El traslado de las obras sacras está pendiente de cumplir. Cataluña siempre ha defendido que pagó por esas piezas.