Los independentistas han encontrado una fórmula para coaccionar a aquellos ediles de partidos constitucionalistas que se niegan a refrendar que sus consistorios cedan edificios públicos para que el 1 de octubre se pueda votar. Según denuncian PP, PSC y Ciudadanos a EL ESPAÑOL, todos sus concejales con acta en ayuntamientos donde gobiernan los separatistas han sufrido escraches de los propios ediles afines al Govern y de los vecinos que acudían como público al citado pleno.

Los propios afectados entienden que esos escraches en los plenos en los que los ayuntamientos que colaboran con la Generalitat son una "encerrona" para coartarles. Tras confirmar que el modelo de coacción se replicaba en todos los consistorios, las direcciones regionales de los partidos constitucionalistas decidieron acompañar a sus ediles en cada uno de esos plenos para protegerles.



En las últimas semanas la tensión se ha disparado en Cataluña entre los partidarios del referéndum y los contrarios a que se produzca. El Partido Popular de Cataluña ya se ha despertado con cinco sedes empapeladas o pintadas con frases como "votaremos" en catalán. En Cubelles (Barcelona), llegaron a entrar en el jardín de la casa de un concejal del PP mientras que en Hospitalet y Esparraguera se dedicaron a empapelar las sedes y a pegar carteles en la puerta.

Sedes de Cs con "pintadas con el símbolo nazi"

Los conservadores también han sufrido escraches en sus sedes de Barberá del Vallés (Barcelona) y en Lleida. En esta última, ubicada en un piso, empapelaron la fachada de la planta baja "sin que los Mossos hicieran nada por impedirlo", denuncian las mismas fuentes. En el Prat de Llobregat (Barcelona) al menos una veintena de independentistas boicotearon el pregón de las fiestas con esteladas y gritos de "sí votaremos". Desde el bando constitucionalista califican todos estos altercados "como una estrategia para acosar a quienes no piensan como ellos".

En la sede de Ciudadanos en Hospitalet apareció con pintadas y heces.

La cúpula catalana de Ciudadanos también ha dado cobertura a todos los concejales que tienen en ayuntamientos donde gobiernan partidos independentistas. Además de gritar en la caseta naranja en las fiestas de Santa Coloma de Gramenet (Barcelona), las sedes de Ciudadanos en Moncada (Barcelona) y Rosas (Gerona) amanecieron el 9 de septiembre con "pintadas con el símbolo nazi", según ha podido saber este diario. Tres días antes la de Lleida apareció pintada de rojo.

El 22 de septiembre, la sede del partido naranja en Sitges (Barcelona) fue empapelada y "arrancaron el triángulo del logo de Ciudadanos". Dos días después, fue la sede de Esplugués de Llobregat la que amaneció con pintadas.

"No es vuestra tierra"

Desde el partido de Albert Rivera han notado que las amenazas y las agresiones se han multiplicado desde que el día 6 de septiembre los independentistas tramitaron unilateralmente la ley de desconexión con España. El punto de partida de esta escalada de tensión la circunscriben en el día que la portavoz de Cs en Cataluña, Inés Arrimadas, denunció a una mujer que le deseó por Facebook que la "violen en grupo".

La tienda de los padres de Albert Rivera amaneció con pintadas la semana pasada.

Tres días después, un concejal de Cs en Santa Susanna denunció al alcalde del municipio, Joan Campolier, por una supuesta agresión ocurrida tras firmar el decreto de alcaldía donde se pedía que los de Rivera apoyaran el referéndum de independencia y estos se negaron. El secretario de Comunicación del partido, Fernando de Páramo, tuvo que ver cómo un internauta colgó una foto suya en Twitter con una marca roja simulando un tiro en la frente y una bomba en el coche además de que un vecino le "tirara una estelada en la cara" en la estación de Sants. El caso que más se viralizó fue la imagen de la fachada de la tienda de la madre de Albert Rivera, con pintadas independentistas que decían: "No es vuestra tierra".

Miembros del PSC también han sufrido en sus propias carnes la saña del independentismo en forma de pintadas y carteles. El caso más llamativo fue la sede de Lleida, donde escribieron que "PSOE = GAL" o "haremos el referéndum". Además, fuentes del partido también reconocen que ediles de su partido han sufrido insultos por mantener ideas contrarias. Además, aseguran que la tensión ha llegado hasta tal punto que se han tenido que "suspender plenos municipales en algunas localidades" para evitar que la sangre llegue la río. 

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