Mariano Gasparet Ana I. Gracia

El presidente nacional del PP pidió el respaldo a su candidatura en el XVIII Congreso Nacional del PP a lo largo de un discurso con tintes castristas en el que quedó patente, sobre todo, su voluntad de poder. “Todavía puedo dar más de mí”, enfatizó Rajoy de cara a un mandato en el que, según él mismo dijo, la prioridad del PP debe ser “prepararse para las elecciones de 2019”.

"En mayo de 2019 se celebran en España elecciones municipales y autonómicas. Hay que trabajar mucho, no hay secretos, la clave es trabajar y prepararse. Por eso, lo más urgente ahora es celebrar unos buenos congresos regionales y provinciales", explicó.

El argumento esgrimido para volver a solicitar la confianza de su partido, junto a la referencia a los próximos comicios municipales y autonómico, refuerzan la idea de que Rajoy quiere volver a ser el candidato del PP en las generales. Sólo así puede interpretarse en una organización en la que el poder orgánico determina las aspiraciones institucionales y en un escenario de incertidumbre en el que la sombra de un posible adelanto electoral es recurrente.

Guardia electoral

No es la primera que el presidente del Gobierno aprovecha un acto de partido para recordar que el PP debe mantener alta la guardia electoral. En la copa de Navidad del partido madrileño, a mediados de diciembre, se despidió de sus compañeros con un sugerente “hasta dentro de muy poquito y ya preparando las próximas elecciones”. La dirección popular atribuyó a un “lapsus” la frase de Rajoy, si bien la oposición la interpretó como una amenaza puesto que entonces -como ahora- se negociaban los Presupuestos Generales del Estado.

El presidente del PP es muy consciente de que gobierna en precario, sostenido por el pacto de investidura con Ciudadanos, un acuerdo que entre los compromisos -no explícitos- adquiridos prevé que Rajoy no vuelva a presentarse la limitación de mandatos. Sin embargo, no pierde ocasión de sugerir que convocará elecciones si no obtiene el margen de estabilidad que necesita para sacar adelante sus propuestas.

Presume de experiencia

Además de subrayar cuán “fuerte” se siente, Rajoy presumió de su conocimiento de una organización en la que ha ostentado cargos de responsabilidad desde 1977 e hizo un recorrido geográfico por sus visitas a ciudades y pueblos de España como prueba de su dilatada experiencia frente a quienes “sólo han estado de turistas y nos dan clases de lo que es la política”, dijo.

Rajoy reivindicó su capital político y se esforzó en poner en valor “el compromiso, la estructura, las aspiraciones y los planteamientos democráticos” del PP frente a quienes lo tachan de organización vertical. El resto del discurso -16 páginas- de Rajoy fue un recorrido por sus lugares comunes -”Este país es el mejor”- salvo un sugerente hallazgo con el que vino a resumir su filosofía política: “la épica de la prudencia”.

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