Santiago de Compostela

Galicia reconoce desde este este jueves como violencia machista la violencia vicaria, entendida como "el homicidio, asesinato o cualquier otra forma de violencia" ejercida sobre los hijos de la mujer, o sobre cualquier otra persona "estrechamente unida a ella", con la finalidad de causarle "el mayor daño psicológico" por parte de quien sea o haya sido su cónyuge o haya mantenido una relación análoga, aún sin convivencia.

Así, tal y como recoge el Diario Oficial de Galicia (DOG), la Ley Gallega para la prevención y el tratamiento integral de la violencia de género de 2007 será modificada para extender la protección como víctimas de violencia de género a aquellas mujeres que hayan sufrido violencia vicaria de cualquier tipo.

La aplicación de esta nueva normativa será retroactiva, de tal modo que a las mujeres que hayan sufrido violencia vicaria en el pasado también serán reconocidas como víctimas. Al igual que en futuros casos, la condición es que exista una sentencia condenatoria que reúna las condiciones anteriormente citadas.

La "violencia vicaria" es un término cada vez más utilizado a raíz de la denuncia de Rocío Carrasco o del presunto asesinato de Anna y Olivia por parte de su padre, Tomás Gimeno, como venganza contra su madre.

También se enmarcaría en esta categoría el caso del gallego David Oubel, el conocido como "asesino de Moraña" y el primer hombre condenado a prisión permanente revisable en España tras matar a sus hijas Candela y Amaia, de 4 y 9 años, usando una sierra radial eléctrica.

"Cada vez hay más estudios, informes y jurisprudencia que reconocen y se pronuncian al respecto de estos casos como una manifestación más de violencia de género, pues se está demostrando que la única finalidad de tales actos es causar el mayor sufrimiento psicológico y en la salud de la mujer", recoge el texto publicado en el DOG.

Esta modificación se produjo a raíz de un proyecto presentado en el Parlamento de Galicia por el BNG que recibió el apoyo unánime de la Cámara, con los votos favorables del PSdeG y, sobre todo, de la mayoría absoluta del PPdeG.

La única otra comunidad donde se reconoce la violencia vicaria como violencia machista es en Cataluña, que en 2020 modificó la Ley del derecho de las mujeres a erradicar la violencia machista. Esta modificación fue recurrida al Tribunal Constitucional por el PP por diversos motivos, como "desnaturalizar" el concepto "sexo" del ordenamiento jurídico, establecer "una definición propia del consentimiento expreso" o "erigir un vasto y extenso catálogo propio de formas de violencia machista".

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