Campaña a medio gas en el PSOE: barones caídos como Ximo Puig "se implican poco" en el 23-J

Todos los socialistas coinciden en un mensaje oficial: las elecciones generales del 23-J son cruciales para frenar a la extrema derecha, decidida a entrar en el Gobierno de España tras lograrlo en autonomías y municipios. Pero barones como Ximo Puig, caídos el pasado 28-M, están participando a medio gas en la campaña electoral. "Se implican poco", lamentan dirigentes del PSPV-PSOE consultados por EL ESPAÑOL.

Es cierto que el contexto es durísimo. Ximo Puig y su equipo han sufrido, tras 8 años de gestión, una dura derrota electoral que atribuyen en privado a la deriva política estatal. Aún exhaustos por la campaña local y noqueados tras la derrota, se enfrentan a unos nuevos comicios en pleno verano. Y todo para salvar al presidente a cuyos errores achacan su desdicha.

Por si fuera poco, tras las elecciones el PSOE de Pedro Sánchez propinó un severo correctivo interno a presidentes como Puig cuando intentaron modificar las listas electorales del Congreso y el Senado para situar a dirigentes de su confianza. En el caso valenciano, Ferraz tumbó sus propuestas y aprobó las de Carlos Fernández Bielsa, uno de los socialistas llamados a suceder al president en el PSOV-PSOE.

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Es en este escenario en el que a Ximo Puig le toca hacer campaña a favor de Pedro Sánchez, y la diferencia con el entusiasmo que sí mostró en las autonómicas está resultando obvia.

El dirigente, que acaba de publicar un libro en el que presume de haber acudido a 2.930 actos como presidente valenciano, dio el primer gran signo de desánimo el último fin de semana de junio, cuando no acudió a las Hogueras de San Juan en Alicante.

Se trata de la fiesta con más arraigo popular de la Comunidad Valenciana tras las Fallas de Valencia. Los alicantinos no recuerdan la última vez -si es que la ha habido- en que el presidente autonómico no haya ido a Alicante por San Juan. Resulta impensable, más en precampaña electoral. Y Puig se ausentó sin motivo aparente. Ese fin de semana prefirió acudir al Festival Literario de Morella, su pueblo, ubicado al norte de Castellón.

"Es humanamente comprensible. No es fácil ir tras la derrota a Alicante, la tierra de Carlos Mazón, a poner buena cara. Pero es un error. Sigue siendo el presidente y debía estar allí", analiza un destacado socialista.

Este fin de semana, el primero oficial de campaña electoral, Ximo Puig también lo comenzó en el norte de Castellón. Acudió el viernes por la tarde a la apertura de la Feria Medieval de Sant Mateu, a solo media hora de su Morella natal. El PSPV no confirmó a este periódico si Puig acudiría a alguno de los actos electorales previstos el sábado o el domingo.

¿Aún suma?

El grueso de los dirigentes consultados coincide en que la implicación de Puig en esta campaña es inferior. Pero alguno defiende que sea así. "Son muy distintas las campañas de las elecciones generales, se reducen a menos actos y más mediáticos, no tienen nada que ver", destacan.

Este mismo cargo socialista apunta además que "tampoco es el mismo activo tras perder el Gobierno". "Sigue siendo el secretario general, y debe estar en los grandes actos respaldando a sus siglas. Además, registró un gran resultado el 28 de mayo, es todavía un gran activo", expone.

"Pero a nadie se le escapa que es un presidente derrotado que ya no suma lo mismo en un mitin que antes de las autonómicas. Quizá es mejor que, en cada provincia, asuma más protagonismo el cabeza de lista. Tal vez Diana Morant traslada mejor el mensaje que hay que trasmitir ahora", contrapone.

Los mandatarios más próximos a Pedro Sánchez critican a Ximo Puig que "en estas autonómicas atribuya el resultado al contexto nacional, pero no hiciera lo mismo en 2019, cuando se benefició del buen momento del presidente del Gobierno". "Puig pertenece al mismo partido que entonces y debe esforzarse al máximo por sus siglas", subrayan.

En sus pronunciamientos oficiales, el presidente en funciones no duda en mostrar su apoyo al líder del Ejecutivo. "Soy más 'pedrista' que nunca", dijo el pasado lunes en la presentación de su libro, en el que defiende al líder nacional de los "ataques de la derecha", centralizados en su persona.