Valencia

Vicent Soler, conseller de Hacienda y mano derecha del presidente valenciano, Ximo Puig, presume de que su Gobierno lleva seis años aprobando los presupuestos "en tiempo y forma". Exhibe el hito como muestra de la "estabilidad" del Ejecutivo de coalición, pero la negociación de las cuentas autonómicas es cada año un mayor foco de tensión. El curso pasado Mónica Oltra estalló contra los socialistas, a quienes acusó de manipular las partidas de su conselleria. Y en el presente la negociación ha empezado con un plantón de la líder de Compromís y un giro en Podemos. Ambas formaciones exigen ahora un mayor control presupuestario.

La vicepresidenta segunda y consellera de Igualdad exhibió este jueves una postura de fuerza al no acudir a la reunión programada por Soler para iniciar la negociación de los presupuestos. El tira y afloja entre su departamento y Hacienda acabó el pasado ejercicio en una profunda crisis, y ya entonces exigió un cambio en la manera de confeccionar las cuentas. Oltra quiere que el reparto de los fondos sea fruto de una negociación abierta en la que todos los partidos vean las propuestas de los demás, no de diálogos bilaterales entre Hacienda (PSPV-PSOE) y cada conselleria.

Con este propósito solicitó una reunión previa con Soler, para negociar la metodología y reiterarle que en Compromís no están dispuestos a repetir la "negociación radial" entre Hacienda y el resto de departamentos. La cita entre Soler y Oltra estaba concertada para este jueves, pero la víspera tuvieron conocimiento de que Soler tenía también agendado reunirse con el nuevo vicepresidente de Podemos, Héctor Illueca. Según agregan fuentes próximas a la vicepresidenta, días después también estaban previstas reuniones con todas y cada una de las consellerias.

Al conocer esta programación de los socialistas interpretaron que el proceso de negociación de los presupuestos autonómicos repetía la dinámica de ejercicios anteriores, con encuentros entre Hacienda y cada conselleria, de modo que optaron por ausentarse para mostrar su desacuerdo.

En paralelo, el vicepresidente segundo y conseller de Vivienda, Héctor Illueca, afrontaba por primera vez la negociación presupuestaria tras relevar en el cargo a Rubén Martínez Dalmau, el anterior líder de Podemos en el Gobierno valenciano. Él sí acudió al encuentro. Optó por una mayor discreción que Oltra en las formas. "Si un conseller me pide una reunión, mi obligación como vicepresidente es hablar con él, y por eso estoy aquí", dijo. Pero su mensaje de fondo fue el mismo que el de la mandataria. Exigió una negociación "a tres bandas".

La batuta de Hacienda

Tal y como solicita Compromís, Podemos pide esta vez un debate "en común con los socios", en el que se tenga en cuenta "el peso que tiene cada uno en el Ejecutivo". El punto de partida dista del adoptado por la formación en las negociaciones de los presupuestos de 2020 y 2021, en las que Rubén Martínez Dalmau sí aceptó que fuera Hacienda quien llevara la batuta, e incluso reprochó a Compromís su actitud en la negociación.

Ximo Puig y Vicent Soler se enfrentan, en consecuencia, a unos presupuestos distintos, en los que Compromís y Podemos exigen ver, con luz y taquígrafos, cuánto dinero se destina a cada departamento del Gobierno valenciano. El objetivo de ambas formaciones es evitar circunstancias como las del pasado ejercicio o las de hace dos años, cuando Economía (Compromís) denunció que varios millones de euros pasaron de su departamento al de Innovación (PSPV-PSOE).

Preguntado al respecto por esta cuestión, Soler se mostró este jueves conciliador. En línea con Oltra, manifestó que la dirigente y él "tienen que hablar de política", y agregó que está "absolutamente de acuerdo" con la vicepresidenta. Aseguró que su idea era la misma, mantener una "discusión política" previa a conocer las propuestas concretas de las consellerias ante los presupuestos. Está por ver cuánto cambiará este año la negociación y qué consecuencias tendrá la visualización conjunta de lo que se lleva cada departamento.

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