Málaga

La imagen de fornidos legionarios portando al Cristo de Mena en la Semana Santa de Málaga este año no copó la retina de miles de malagueños ni pantallas de televisión. Los legionarios estuvieron en las calles este Jueves Santo pero no con su Cristo protector. Están inmersos en otras labores muy distintas: apoyando a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en la lucha contra el coronavirus y desinfectando espacios.

La vinculación de este Cristo con la Legión tiene casi un siglo de historia. La Congregación de Mena es el resultado de la fusión de la Antigua Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad con la Hermandad del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Ánimas –fundada en 1862–, hecho que ocurrió en 1915.

Había procesionado unos años antes pero a partir de esa fecha comenzó a coger auge, tanto que el Jueves Santo de 1925 se trasladó a Málaga el presidente del Consejo de Ministros, Miguel Primo de Rivera.

En esta época, Málaga y su puerto eran uno de los puntos de paso obligado hacia el norte de África, donde se estaba librando la guerra, y esa relación propicia que el Cristo sea nombrado protector de la Legión. Lo escolta por primera vez en 1930 y nadie podía imaginar que le quedaba un año de vida’

En 1931, tras proclamarse la Segunda República, la imagen fue quemada, desapareció, pero no su legado. Solo se conserva un trozo de pierna y un pie expuestos en una urna en los columbarios de la Congregación, señala al periódico EL ESPAÑOL Elías de Mateo Avilés, doctor en Historia Contemporánea y profesor de Geografía e Historia de Secundaria.

Interpretación libre

La actual talla es una interpretación libre del crucificado original de Pedro de Mena, datada aproximadamente en 1660 y considerada una de las imágenes más relevantes del siglo. De ahí, su nombre. El mismo fue esculpido en 1941 por el imaginero Francisco Palma Burgos, tras morir su padre Francisco Palma García, inspirándose en el original aunque son distintos.

Ellos dejaron su impronta como creadores haciéndolo de mayor tallaje y con ciertas diferencias como el paño de pureza, los brazos y los pies. “Se inspiraron en un gitano de la zona de El Ejido que les sirvió de modelo y la interpretación fue excelente”, asegura el historiador, también director del Museo Revello de Toro en Málaga y académico de la Academia de Bellas Artes de San Telmo.

Tras presentarlo a José Millán-Astray, fundador de la Legión, en 1942 realizó su primera salida procesional, y así hasta 2019: 77 años seguidos. Ni la lluvia ha impedido a los legionarios desembarcar por la mañana en el puerto de Málaga, ponerle la corona de espinas y hacer sus guardias de honor en la Iglesia de Santo Domingo. Tampoco participar en su traslado hasta entronizarlo mientras entonan El Novio de la Muerte. Sí lo ha hecho el coronavirus.

Cada año desfilan legionarios de una de las cuatro unidades de Andalucía –se encuentran en Almería y Ronda–, Ceuta y Melilla. Este año tenían que ir a Málaga unos 160 componentes del Tercio Gran Capitán Primero de Melilla. Su coronel jefe, Fernando Melero, vinculado a la Congregación desde los nueve años, asegura que acompañarlo es “un privilegio”.

Asisten musulmanes

Además este año era él el encargado de imponerle al Cristo la corona de espinas el Sábado de Pasión tras 45 años sin faltar a su procesión. “Aún estando de servicio fuera de España siempre he obtenido un permiso en Semana Santa para ir a Málaga. Es un privilegio para cualquier legionario, la devoción va más allá de la religión y la raza”. Pone de ejemplo que hay musulmanes legionarios que han ido muchos años.

Aunque cada Semana Santa le toque un tercio diferente en realidad están representada toda la Legión porque participan todos los jefes de este cuerpo militar con el general, Marcos Llagó, que este año esta en El Líbano de misiones.

Los legionarios que van son voluntarios pero la gente se pega tortas por ir”, ha señalado Melero, que ha hecho de todo en la Congregación. Ha sido hombre de trono, ha desfilado con su compañía y ha salido de nazareno. Su padre también era legionario y en su casa siempre se le ha tenido mucha devoción.

En la valla

Sin embargo, este año el Jueves Santo lo vivió de otra manera muy distinta. Los legionarios del Tercio Gran Capitán Primero de Melilla estuvieron en la valla en apoyo sanitario y de refuerzo a las labores de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en la lucha contra el coronavirus. "Este año ha tocado así”.

El Hermano Mayor, Antonio de la Morena, habla de este Jueves Santo con mucha pena pero también con esperanza. “Es impresionante la cantidad de gente que espera para ver llegar a la Legión al puerto y en el traslado del Cristo, pero este año tenemos una oportunidad única. Tenemos que disfrutar de lo esencial de la Semana Santa en calles vacías pero llenas de Dios”.

En cuanto al papel de la Legión lo tiene claro. “Siempre está presente y dispuesta a ayudar ante cualquier catástrofe en España y fuera de nuestras fronteras”. Y en la lucha contra el coronavirus no iba a ser menos.

Lucha contra el virus

Desde que se decretó el estado de alarma y el Gobierno puso en marcha la operación Balmis, el Ejército está luchando contra el coronavirus. Casi un centenar de miembros de la Brigada de la Legión se han desplegado en Andalucía, en las provincias de Almería y Málaga, concretamente en ambas capitales, en Viator y en el municipio de Ronda.

Una patrulla de legionarios por las calles de Andalucía. E.E Cedida

No van armados, no pueden multar ni detener si encuentran a algún ciudadano incumpliendo la normativa, pero sí pueden disuadir. Esa es precisamente su labor en apoyo a la Guardia Civil y a la Policía Nacional, cuerpos con los que están coordinados, así como la desinfección de zonas comunes y residencias.

Esta Semana Santa ha sido muy distinta para este cuerpo militar. Siempre le podrán rezar al Cristo de Mena que cada tercio tiene en sus dependencias, un regalo de la Congregación a finales de los años 60, hasta poder trasladarlo de nuevo el próximo año.

Mientras tanto el estandarte de los guiones y banderines legionarios, cuya custodia se turnan de forma anual los distintos tercios de un año para otro, duerme en el cuartel de Melilla a la espera de poder lucirse por las calles malagueñas en 2021.

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