Tan solo un día después de que PSOE y ERC rubricasen el pacto por el que se concederá la amnistía a todos los implicados, detenidos y condenados por los disturbios, algaradas y violentos tumultos de la última década en Cataluña, la Audiencia Nacional ha decidido sentar en el banquillo a los 12 miembros de los Comités de Defensa de la República (CDR), para juzgarles por delitos de terrorismo.

La Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha confirmado el auto de conclusión de sumario de la causa de los denominados CDR y ha acordado la apertura de juicio oral. Los 12 fueron procesados por los delitos pertenencia a organización terrorista y tenencia, depósito y fabricación de sustancia o aparatos explosivos inflamables de carácter terrorista.

En su auto, los magistrados de la Sección Tercera confirman la decisión del juez instructor de la denominada "Operación Judas" practicada en septiembre de 2019 contra un grupo de personas a los que el magistrado vinculaba con el denominado "Equipo de Respuesta Táctica" (ERT), una célula integrada por individuos de diferentes CDR con gran radicalidad y que pretendían, a través de la violencia, conseguir la independencia de Cataluña.

Varios de los procesados recurrieron ante la Sala de lo Penal la revocación del auto de conclusión de sumario y esgrimieron distintos argumentos, entre otros, solicitaban la práctica de diligencias de investigación que la Sala considera innecesarias en algunos casos y, en otros, explica que se podrán acordar en la vista oral.

Además, en su auto el Tribunal rechaza la petición de sobreseimiento formulada por tres de los procesados que alegaban falta de indicios de la comisión de un delito de pertenencia a organización terrorista.

"Atentados"

En el auto de procesamiento, el juez explicaba que los 12 detenidos, dentro de los CDR, habían instituido un núcleo radicalizado, compuesto por individuos procedentes de distintas partes de la comunidad autónoma. El juez Manuel García-Castellón determinaba que la misión principal de este equipo era llevar a cabo "acciones violentas o atentados contra objetivos previamente seleccionados".

El nexo de unión de todos ellos serían sus aspiraciones de alcanzar la independencia de Cataluña y su disposición a emplear, si fuese necesario, métodos violentos a tal fin.

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El Servicio de Información de la Guardia Civil elaboró numerosos informes en los que se basó despéués García-Castellón para acordar el procesamiento de los involucrados. En él se definía al ERT como "una organización con finalidad terrorista", de "carácter clandestino y estable", cuyo objetivo sería "llevar a cabo acciones violentas" e, incluso, "atentados contra objetivos previamente seleccionados".

Utilizaban, para ello, "sustancias incendiarias fabricadas en los dos laboratorios clandestinos que la propia organización tenía instalados en dos domicilios particulares".

Según el documento, que recogía el resultado de años de investigaciones, cada uno de los 12 cumplía "una labor fundamental en la planificación del asalto, ocupación y defensa del Parlament de Cataluña". Allí pretendían, entre otras cosas, encerrarse con el expresidente catalán Quim Torra como respuesta a la previsible sentencia condenatoria contra los cabecillas del procés.

La creación de esta célula estuvo motivada, según concluyó García-Castellón, por la necesidad de contar, dentro de la estructura de los CDR, con un grupo secreto integrado por individuos "entregados a la causa", a los que realizar los encargos más delicados.

Estos miembros del ala más radical de los CDR llegaron incluso a tener en su poder, según los informes de la Benemérita presentes en el sumario, "dos laboratorios caseros y clandestinos" ubicados en los domicilios familiares de Sant Fost de Campsentelles y Sabadell (Barcelona). En ellos "habían conseguido un elevado grado de eficiencia en la obtención del agente termita, del que se hallaron varias muestras preparadas para su empleo". En esas viviendas los investigadores acreditaron que los CDR habían comenzado a fabricar explosivos y a realizar las pruebas piloto con ellos.

Las muestras, añade la Guardia Civil, se conservaban en "contenedores estancos en los que los distintos componentes, repartidos conforme a una determinada proporción, mantendrían sus propiedades en condiciones idóneas" hasta que iniciaran la elaboración.