Las fronteras terrestres de Marruecos con Ceuta y Melilla están abiertas desde la medianoche del lunes, tras 26 meses cerradas. Primero por la Covid y después por la crisis bilateral, mes a mes, se pospuso la reapertura de los pasos fronterizos con el país vecino.

Sin embargo, solo han abierto, como adelantó EL ESPAÑOL, dos puestos fronterizos: Beni Ensar en Melilla y El Tarajal en Ceuta. Además, la apertura será de manera gradual y con restricciones. Desde hoy y durante las dos próximas semanas solo tienen permiso para transitar por esos pasos quienes reúnan los requisitos exigibles para trasladarse al resto del espacio Schengen.

Es decir, cruzan nacionales de la Unión Europea, nacionales de Marruecos con visado o permiso de residencia en la UE, acompañado de pasaporte en vigor. Son perfiles “muy definidos y muy tasados” los que pueden transitar en esta primera fase.

De esta manera, los marroquíes residentes en el extranjero y los estudiantes procedentes de Europa pueden acceder a ambos pasos fronterizos si disponen de los documentos necesarios y del visado que acredite su estancia regular en su país de origen.

En una segunda fase, a partir del 31 de mayo, podrán entrar a Ceuta y Melilla los trabajadores transfronterizos marroquíes con Tarjeta de Identidad de Extranjero (TIE) en vigor, resguardo de solicitud de la tarjeta o visado específico para el acceso a Ceuta o Melilla. En esta situación en Melilla hay alrededor de 80 personas y en Ceuta, unas 300, según cifras de las autoridades locales.

De esta manera, los transfronterizos de las regiones de Tetuán y Nador, que antes podían acceder a las dos ciudades sólo con el pasaporte nacional, tendrán que esperar. Se les prohíbe, hasta nuevo aviso, acceder a Ceuta y Melilla a menos que sean titulares de un permiso de residencia español válido.

Acceder a Marruecos

Por su parte, los melillenses y ceutíes que quieran acceder a Marruecos tienen que hacerlo con el pasaporte, puesto que se hace un sellado a la entrada del país vecino. Asimismo, la Policía Nacional, que sigue siendo la encargada del control documental, exige pasaporte a los menores de edad que quieran salir de Melilla.

Antes de la pandemia, los residentes de las ciudades con el carné de identidad en el que figurase el domicilio en Ceuta y Melilla no necesitaban sellar el pasaporte. Sin embargo, ahora “Marruecos quiere llevar un recuento y un control de quien entra y sale”, explican autoridades marroquíes a EL ESPAÑOL

En cuanto a los vehículos, dado que ninguno tiene ya la carta verde, Marruecos ha establecido un dispositivo especial para hacer las tramitaciones necesarias y habrá controles específicos para agilizar esta cuestión a pie de frontera. Para los que pasan en coche en Melilla está la carretera de circunvalación que va desde Barrio Chino hasta Beni Ensar.

Solo enseres personales

En lo referente a las mercancías, puesto que no se ha producido aún la apertura de la aduana comercial, tendrán el mismo tratamiento y los mismos controles que se establecen en los puertos y aeropuertos. “Se podrá pasar con los enseres de una persona, pero no con mercancías que tengan viso de expedición comercial”, explican en Melilla.

La aduana comercial es uno de los puntos todavía a negociar entre España y Marruecos. El país magrebí cerró de manera unilateral la aduana comercial en Melilla en agosto de 2018 y en Ceuta nunca existió.

En Madrid quieren instaurar este tipo de frontera, mientras que en Rabat son partidarios de permitir solo el tránsito de determinados productos, y el resto seguir comercializándolos desde los puertos de Tánger Med y Beni Ensar. El próximo año se unirá también Nador West Med en construcción.

Requisitos sanitarios

En cuanto a los requisitos sanitarios, las personas a partir de 12 años habilitadas a entrar a Ceuta y Melilla deberán disponer de un certificado de vacunación a partir de los 14 días posteriores a la fecha de administración de la última dosis de la pauta vacunal completa, o bien el certificado PCR dentro de las 72 horas anteriores, o el certificado de recuperación que confirme que, tras un resultado positivo de la PCR, el ciudadano ya está recuperado.

Por su parte, Marruecos ha habilitado un punto de vacunación en su lado de la frontera y exige el certificado de vacunación con al menos dos dosis o la prueba PCR con una antelación máxima de 72 horas.

El lado español cuenta con controles sanitarios y un dispositivo especial de Cruz Roja. El personal dispone de teléfonos móviles y de ordenadores con código QR para realizar el control primario y, a las personas con síntomas de sufrir Covid se les establece un control secundario con una prueba diagnóstica.

Tras la valoración, si se observa que esta persona puede tener algún riesgo o ser un riesgo para la salud pública, se activan los protocolos correspondientes con Ingesa para la derivación o el seguimiento de esta persona.

Las autoridades descartan que pueda producirse un colapso de los servicios sanitarios en las ciudades españolas por la reapertura, dado que el grueso de las personas que van a transitar son personas melillenses y ceutíes que salen y regresan, ya que las personas de terceros países no pueden entrar si no tienen una documentación tipo visado Schengen.

Seguridad extra

El dispositivo de seguridad para la reapertura en Ceuta y Melilla se reforzó con agentes de la Unidades de Intervención Policial (UIP) y de la Brigada de Fronteras. Además, un refuerzo de la Cuerpo Nacional de Policía se trasladó a las ciudades.

En todo caso, si se necesitasen más efectivos de control securitario, se contaría con el apoyo del ministerio del Interior, según aseguran las autoridades de las ciudades autónomas.

Sin porteo

Si en algo han cambiado las fronteras terrestres con Marruecos es en la desaparición de las imágenes de porteadores. Es algo del pasado, que ya no se va a ver. Marruecos ha exigido la desaparición del contrabando o comercio atípico para este nuevo modelo de frontera. Está prohibido incluso a pequeña escala. Rabat considera que ha perjudicado a la economía nacional. Antes de la pandemia, las dos ciudades españolas recibían cada una alrededor de 10.000 visitantes al día.

Para erradicar este tipo de comercio, Marruecos ha invertido en zonas comerciales e industriales en las regiones colindantes a Ceuta y Melilla, que permiten la inserción social y profesional de las personas que se dedicaban al tráfico de mercancías.

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