Un caso en el que está implicado nuevamente el Ministerio del Interior amenaza ahora con volverse en contra del titular de su cartera, Fernando Grande-Marlaska. El episodio de la falsa agresión homófoba en Malasaña (Madrid), como el de las amenazas con balas en campaña electoral cuyo autor nunca se llegó a encontrar, escribirá en los próximos días un nuevo capítulo tras la ofensiva que ha iniciado la oposición contra el ministro.

En este sentido, el Partido Popular acaba de exigir, a través de una solicitud de comparecencia, que Marlaska aclare en sede parlamentaria por qué aseguró en distintos medios de comunicación que se producirían "detenciones inmediatas" con las que apresar a los 8 encapuchados anónimos a los que un joven de 20 años señaló como los culpables de haberle roto el labio y escrito con un objeto afilado la palabra "maricón" en el glúteo.

En PP exige a Interior que Marlaska explique en el Congreso de los Diputados qué información manejaba sobre el caso y por qué apuntó hacia diversos adversarios políticos como los artífices de hechos tan graves como ese. 

El Grupo Parlamentario Popular ha registrado además una iniciativa parlamentaria con la intención de que el gabinete y el círculo más próximo del ministro respondan a las siguientes preguntas con vistas a aclarar lo que sabía o no sabía el ministro. Son las siguientes:

-¿Cuándo ha tenido, día y hora, conocimiento el Ministerio del Interior de que no había sido el joven víctima de un delito homófobo?

-¿Quién transmitía al ministro del Interior la información desde el domingo y en qué se basó para señalar a adversarios políticos, en sus declaraciones públicas?

-¿Cuál es el motivo por el que el Ministro del Interior señalaba a supuestos culpables, incluso hablado de ‘detenciones inmediatas’, cuando todavía la investigación no había finalizado?".

Además, los diputados Carlos Rojas y Ana Vázquez, ambos del PP, exigen a Interior, también a través de otra solicitud, que les remita "copia de los atestados policiales; copia de todos los informes o cualquier documento realizados por la Policía referidos a dicha denuncia; y copia de todos los documentos que se remitieron al gabinete del Ministerio del Interior con dichas informaciones, así como copia de los correos electrónicos que sobre este asunto recibió el ministro del Interior y el secretario de Estado de Seguridad".

Indagaciones

Las indagaciones de los agentes de la Comisaría del Distrito Centro y de la Brigada Provincial de Información de la Policía Nacional le hicieron finalmente claudicar. 30 efectivos durante tres días revisaron todas las cámaras, sus redes sociales, interrogaron a los vecinos y a los comerciantes de la zona, hasta comprobar que no existió nada de lo que aquel joven había narrado.

Solo así lograron hacerle reconocer que, en realidad, todo era una mentira con la que el chico trató de ocultar a su pareja una práctica sexual que había mantenido con terceras personas. 

En un primer momento, el joven, de 20 años, denunció ante la Policía que había sido asaltado por ocho encapuchados en el portal de su casa la tarde del domingo, que estos le habían grabado "maricón" y una cruz invertida con un arma blanca en la nalga. Y que mientras lo hacían proferían insultos como "maricón de mierda", "asqueroso", "come mierda" o "anticristo". 

El portal de Malasaña donde el joven dijo ser agredido. J.S.

Lo primero que extrañó a los agentes fue el propio relato del joven, así como las circunstancias que lo rodeaban. Que a plena luz del día, en una zona tan concurrida como Malasaña los fines de semana, nadie hubiera advertido nada de una agresión grupal de esa magnitud, y más en la calle que se produjeron los hechos, próxima a la Plaza del 2 de Mayo, siempre repleta de vecinos, turistas y visitantes.

Esas mismas personas le habrían hecho varios cortes con una navaja tanto en el labio inferior como en el gúlteo, donde le habrían marcado lapalabra "maricón". La policía investigaba la agresión como delito de odio. 

Comprobaciones

Después de escucharle procedieron al análisis de todas las cámaras, y al no encontrar indicio alguno en ninguna de ellas, procedieron a interrogar a posibles testigos, comerciantes del barrio y de la zona, vecinos del edificio y de otros aledaños. Nadie había visto nada. 

Tras las noticias de los últimos días en las que se iba avanzando distintos indicios que no cuadraban, se le citó de nuevo en la comisaría del Distrito Centro, en la calle Leganitos, para un nuevo interrogatorio. El joven terminón por confesar la mentira.

Acusaciones a Vox

El ministro, a preguntas de los periodistas este jueves, ha querido justificarse y restarle importancia a algo que ve como "un hecho anecdótico". Dice también que se enteró en la tarde del jueves, como todo el mundo, cuando se conoció la verdad de este caso. "Me enteré ayer a la tarde cuando declara el denunciante sobre los hechos y modifica su declaración. Buena prueba de ello es que el propio ministro del Interior, conocedor de lo que este asunto había traído a la opinión pública, dio la noticia y expuso lo que había acontecido en el transcurso de la investigación", dijo.

"La Policía no había dado sospechas -insistió-. Además, estas investigaciones son muy complejas, hay muchas hipótesis de trabajo, muchas hipótesis en las investigaciones hasta que al final se desarrolla y concluye".

Grande-Marlaska, como otros miembros del Gobierno, había acusado en repetidas ocasiones a Vox a lo largo de los días anteriores asegurando haber jugado "al límite" en el respeto a la diversidad y los valores democráticos. La primera de las ocasiones en las que lo hizo tuvo lugar el martes por la noche, en una entrevista que ofreció en la Cadena SER.

Allí vinculó la ficticia agresión con la formación de extrema derecha, y defendió que era "evidente" que los "discursos públicos y políticos a veces difusos", y también los que se pronuncian en las redes sociales, generan "un caldo de cultivo" para que haya "un delito de odio".

Respecto a las palabras del secretario general de Vox, Javier Ortega Smith, vinculando la agresión con la inmigración ilegal, el ministro respondió que "la xenofobia es la primera causa de delito de odio". "No me gusta quien va a apagar un fuego echando gasolina".

Al día siguiente, en la mañana del miércoles, ofreció otra entrevista en el Canal 24 Horas de RTVE. Allí ligó de nuevo el discurso de Vox con el "caldo de cultivo" que luego propicia que se "intensifiquen" discursos enmarcados en delitos de odio, porque muestran, dijo, un "desprecio al diferente".

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