Brais Cedeira M.A. Ruiz Coll

Un año antes de que se dictara la sentencia del procés, un "grupo secreto" denominado 'CNI Catalán' se puso en contacto con uno de los 13 miembros del ala más radical de los Comités de Defensa de la República (CDR). Tenía un objetivo: que estos aportaran la "infraestructura logística necesaria" para acometer distintas acciones en la comunidad autónoma. Entre ellas figuraba la ocupación del Parlament de Cataluña y su posterior defensa. 

Según figura en el informe definitivo de la Guardia Civil sobre la Operación Judas, en el cual se concluye que ese sector de los CDR configuraba "una organización con finalidad terrorista", ese anónimo cenáculo del 'CNI Catalán' era el lugar del que partían todas las decisiones. Las pesquisas de los Servicios de Información del Instituto Armado les han permitido constatar cómo las 13 personas encausadas habrían recibido las órdenes o encargos desde ese nivel superior.

Era desde ahí, según los investigadores, desde donde se les marcaba las acciones a ejecutar. Como ejemplo de estos encargos estaría la ocupación de la sede parlamentaria o la elaboración de sustancias "explosivas o incendiarias" que serían utilizadas para llevar a cabo acciones violentas. Esos posibles ataques se producirían en lo que ellos llaman en sus informes el día 'D'. 

La Guardia Civil les define sin ninguna duda como una organización de "carácter clandestino y estable" cuya intención era la de perpetrar "acciones violentas" e incluso "atentados contra objetivos previamente seleccionados". El llamado Equipo de Respuesta Táctica (ERT) funcionaba en realidad como una suerte de célula a través de la cual se pretendía "coadyuvar a la independencia de Cataluña".

Fue la intervención de una de las llamadas telefónicas la que permitió a los agentes conocer quién estaría por encima de los CDR. Según se indica en esa conversación entre dos de los detenidos, ese misterioso grupo que les había contactado disponía de infraestructura organizada a nivel "técnico y táctico", así como de amplios recursos económicos. Poseían también la capacidad de movilizar a miles de personas en toda la orografía catalana.

Fotograma de un vídeo en el que los CDR exhiben el proceso de elaboración de la Termita, un explosivo capaz de fundir metales pesados. EL ESPAÑOL

Reuniones con el Govern

La Guardia Civil ha constatado también que varios miembros de la cúpula "terrorista" celebraron una reunión con representantes políticos de la Generalitat, mientras preparaban sus acciones violentas. El encuentro de celebró entre fuertes medidas de seguridad: sólo pudieron asistir el imputado Xavier Buigas y “un reducido número de personas” de su máxima confianza, a los que se instó a acudir sin sus teléfonos móviles particulares para evitar que fueran detectados.

Los investigadores no han podido determinar todavía la fecha en la que se reunieron ni qué representantes políticos acudieron a ver a los radicales. Pero tienen constancia de la celebración del encuentro por los datos hallados en el teléfono móvil intervenido a Buigas, uno de los detenidos.

En aquel momento, la Generalitat estaba presidida por Quim Torra, al que mencionan en sus conversaciones bajo el seudónimo de Gandalf. Durante un acto celebrado el 1 de octubre de 2018, con motivo del primer aniversario del referéndum ilegal del 1-O, Torra había animado a los CDR a seguir adelante con sus acciones tumultuarias y de desobediencia civil: "A vosotros, amigos de los CDR, que apretáis y hacéis bien en apretar".

Encargos y llamadas

Los agentes, en las 103 páginas del informe, no definen o esclarecen quién integra el llamado 'CNI Catalán', pero insisten en que esos encargos, a tenor de las pruebas, fueron "asumidos" por la violenta facción. Las pesquisas permitieron conocer también los más minuciosos detalles sobre cómo se estaba cocinando el asalto al Parlament. Estaba previsto que la ocupación se realizase "por la puerta principal". Sabían que se les facilitaría "el acceso desde el interior".

Uno de los miembros del grupo contaba con un amplio conocimiento en el apartado informático y de telecomunicaciones. Esto les ayudaría a confeccionar una red "securizada e indetectable" con la que comunicarse desde dentro y desde fuera del Parlament antes del asalto y de que desde el interior les facilitasen el acceso. 

En la imagen, una noche en la que provocaron una fuerte humareda al fabricar la Termita. EL ESPAÑOL

En otra conversación incautada, uno de los CDR se muestra totalmente dispuesto a emprender este cometido. El encargo, según figura en el informe era resistir una semana en la sede parlamentaria autonómica. 

Los miembros de ese "núcleo duro" encargado de elaborar explosivos y planificar acciones violentas eran especialmente meticulosos al proteger sus comunicaciones para evitar cualquier fuga de información. El 29 de abril de 2019, antes de una reunión con varios de los imputados en la causa en las proximidades del hospital de la Pau, en Barcelona, se realizaron las siguientes instrucciones: "Debemos ir con los teléfonos apagados y sin datos, envueltos con papel de plata".

Esa cautela de los CDR les llevaba a adoptar a menudo acciones de contravigilancia. En el registro de la vivienda de Guillem D., otro de los arrestados, la Guardia Civil halló un receptor de frecuencia, utilizado para interceptar las comunicaciones de radio de los cuerpos de policiales. Este imputado había llegado a realizar búsquedas por internet con las que obtener información que le sirviera para fabricar un "inhibidor de frecuencias casero".

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