Ceuta se encuentra completamente desbordada, 12 días después del asalto a su frontera propiciado por el régimen de Rabat. Durante las próximas semanas la Ciudad autónoma va a necesitar ayuda de forenses de toda España para poder confirmar si más de 800 jóvenes llegados desde Marruecos son menores de edad.

La Dirección General para el Servicio Público de Justicia, que depende del Ministerio que dirige Juan Carlos Campo, envió el jueves un correo electrónico a los institutos de medicina legal de las 17 Comunidades autónomas para comunicarles para va a comenzar a enviarles radiografías de muñeca de estos 800 jóvenes, con el fin de que sus forenses determinen su edad legal.

El mensaje, al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, recomienda que el análisis sea realizado por dos forenses distintos, para dar más fiabilidad a la prueba cuando el diagnóstico resulte dudoso. Si el resultado no es determinante, el joven será sometido a una nueva exploración por los especialistas del Instituto de Medicina Legal de Ceuta.

El Ayuntamiento de Ceuta se ha visto obligado a habilitar cuatro instalaciones de emergencia para alojar a estos jóvenes, cuya cifra ya ronda los 900 según fuentes municipales. De ellos, 245 han sido acogidos en el pabellón polideportivo del colegio Santa Amelia y otros 234 en varios barracones en el campamento de Piniers. El resto, cerca de 400, se encuentran en dos naves en la zona del Tarajal, según las cifras facilitadas este viernes.

Una triquiñuela legal

No todos son menores, sino que algunos alegan esta condición para evitar ser devueltos a Marruecos, ya que la legislación española prohíbe expresamente la expulsión del país de los llamados menores extranjeros no acompañados (MENAS).

Esta misma semana, relata una fuente municipal, un joven que intentaba huir de una de las naves del Tarajal (un antiguo almacén próximo a la frontera) cayó desde el tejado y se fracturó una pierna. Tras ser trasladado al hospital, la exploración médica determinó que tiene en realidad más de 20 años.

Dos semanas después de la avalancha migratoria propiciada por el régimen de Marruecos, como represalia por la acogida del líder polisario Brahim Ghali en un hospital de Logroño, a las autoridades de Ceuta aún les resulta difícil facilitar cifras oficiales.

Delegación del Gobierno estima que entre el lunes 17 y el martes 18 entraron en Ceuta más de 10.000 inmigrantes, aunque fuentes municipales creen que la cifra puede elevarse hasta los 12.000. Cruzaban la frontera a un ritmo de 90 por minuto, la mayoría a nado, aunque en varias ocasiones los mehanis, auxiliares del cuerpo aduanero de Marruecos, les abrieron la verja para franquearles el paso.

Ocultos en los muelles

Del total, 8.000 ya han regresado a su país, mediante devoluciones en caliente o rechazo en frontera, aunque otros lo han hecho por su propio pie. Sólo los menores de edad, o los que alegan serlo a la espera de obtener una confirmación oficial, han quedado al margen del método expeditivo de devolución.

Imposible determinar cuántos siguen vagando por las calles. "La mayoría se ocultan en el monte o en la zona de los muelles de carga", explica una fuente de la Ciudad autónoma, "son jóvenes que no quieren acogerse a los recursos que hemos habilitado para albergarlos, porque esperan poder cruzar a la Península, ocultos en un camión o en un contenedor".

La Policía y la Guardia Civil ya están realizando batidas para localizar a estos jóvenes de las calles, que pueden superar ampliamente los 200, según el cálculo más prudente. ¿Están provocando problemas de convivencia? "Es cierto que a algunos vecinos les inquieta su presencia", responde la misma fuente, "pero los problemas surgen sobre todo entre ellos, cuando se enzarzan en peleas. Más allá de eso, no hemos registrado muchos incidentes".

El grueso de los jóvenes que entraron en Ceuta durante las dos jornadas de avalancha migratoria tienen entre 15 y 17 años. Aunque los servicios sociales también han encontrado niños de tan sólo seis años, que han sido trasladados a centros específicos de centros de protección de menores. Cruzaron la frontera engañados por mensajes en las redes sociales, que anunciaban un partido gratuito de Cristiano Ronaldo, según han relatado ellos mismos.

¿Les buscan sus padres?

Tampoco hay cifras oficiales sobre los niños que han regresado a Marruecos. La Ciudad autónoma habilitó un teléfono para facilitar el reencuentro de estos menores con sus padres. Se han recibido 4.400 llamadas de familiares para interesarse por el estado de sus hijos y confirmar su presencia en Ceuta. Sin embargo, señalan las fuentes oficiales consultadas por EL ESPAÑOL, sólo se han producido tres intentos reales de padres que, desde Marruecos, pretendían recuperar a sus hijos acogidos en Ceuta. En los tres casos, sin éxito. La legislación española hace que este proceso pueda prolongarse durante semanas, o incluso meses.

La ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, presidió el pasado día 19 una sesión del Consejo Territorial de Servicios Sociales que acordó trasladar a la Península a 200 menores no acompañados que se encontraban en distintos centros de protección de Ceuta. Aunque ninguno de ellos procede de la avalancha migratoria de los pasados días 17 y 18, sino que permanecían en la Ciudad autónoma desde hace varios meses.

La presencia de cerca de 900 jóvenes en cuatro instalaciones que el Ayuntamiento ha tenido que improvisar de emergencia ha desbordado por completo los servicios sociales de la Ciudad autónoma. A la espera de que el Gobierno central acepte hacerse cargo de los gastos, la Fundación SAMU ha desplazado hasta Ceuta a parte de su equipo técnico, mientras que Save the Children está ayudando a realizar las entrevistas a estos adolescentes. La Cruz Roja y otras ONG colaboran en su manutención.

El médico forense José Cabrera Forneiro explica a EL ESPAÑOL que, aunque ningún método es completamente infalible, la radiografía de la muñeca es el aceptado por los tribunales españoles para determinar la edad legal de un sujeto. El forense analiza el estado del carpo y de los huesos metacarpianos: si todavía no se ha completado su proceso de osificación, se considera que el joven aún está en fase de crecimiento y no ha alcanzado los 18 años de edad.

Esta técnica ha dejado en desuso otros procedimientos como la exploración dental, ya que el tercer molar, la conocida como muela del juicio, en algunos individuos aparece a partir de los 22 años y otras veces en una edad más avanzada. El doctor Cabrera estima que el análisis de las radiografías de muñeca de los cerca de 900 supuestos menores acogidos en Ceuta, encomendada por el Ministerio de Justicia a los institutos de medicina legal de las 17 Comunidades autónomas, va a requerir una labor de varias semanas.

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