Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad han tenido conocimiento de cómo diversos grupos antisistema de otros países de Europa han desembarcado en las últimas fechas en Barcelona para unirse a quienes llevan dos semanas sembrando de violencia las calles de la ciudad. Los protagonistas de los disturbios posteriores al encarcelamiento de Pablo Hasél han llegado para aliarse con anarquistas ya asentados en la Ciudad Condal, curtidos en mil batallas contra los Mossos d'Esquadra y la Policía Nacional.

Son ellos quienes, en mayor medida, vienen propiciando los actos vandálicos y los virulentos ataques contra los agentes y las dependencias policiales. Según revelan a EL ESPAÑOL diversas fuentes especializadas en la detección de estos agitadores, ya han podido cerciorarse de la presencia de estos profesionales de la barricada callejera. 

De entre los 14 detenidos tras los episodios de este pasado fin de semana, cinco de ellos eran italianos y un sexto francés. Esas mismas fuentes revelan que también ha sido advertida la presencia de otros manifestantes alineados con esas ideas pero de origen griego.

Fue precisamente una joven italiana, con antecedentes en su país, la detenida por presuntamente incendiar con líquido inflamable un furgón de la Guardia Urbana en cuyo interior todavía permanecían varios efectivos policiales. Lograron salir ilesos de la emboscada y la agresión, pero estuvieron a punto de ser quemados vivos. 

Los representantes de estos grupos anarquistas y otros autodenominados como "antifascistas" se han ido sumando a seguidores de otros colectivos que llevan meses movilizados en defensa de los presos del 1-O y del independentismo. 

Modus operandi

Muchos visten capucha de sudadera para taparse el rostro. Otros se pertrechan de toda clase de herramientas con las que arrancar adoquines. Saben cómo fabricar un cóctel molotov. Conocen, además, el modo en que trabajan los antidisturbios, sus tácticas de despliegue, sus instrumentos de trabajo.

Las fuentes consultadas aseguran que estos serían profesionales del tumulto, dedicados de tal modo a esa actividad que van moviéndose por distintos países según el lugar en que se producen las revueltas.  Que están organizados y financiados. Que este, precisamente, es uno de los aspectos en los que se centran estos días los investigadores: encontrar quien colabora monetariamente con estos grupos.

Radicales golpean un furgon policial de los Mossos en Barcelona. Efe

No es la primera vez que se constata la presencia de estos grupos extranjeros para colaborar en protestas organizadas en Cataluña. En los disturbios posteriores a la sentencia del procés, en octubre de 2019, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado identificaron a militantes de esa clase de grupos en Grecia, Francia e Italia. Procedentes del anarquismo, contaban con preparación y entrenamiento para participar en las protestas.

En 2017, durante las protestas derivados del referéndum ilegal del 1-O, 19 miembros del grupo anarquista griego Roukinovas irrumpieron en la Embajada de España en Atenas. Tras forzar una de las ventanas, se pusieron a arrojar panfletos a favor de la independencia de Cataluña. Todos ellos, después de permanecer una hora en el interior del edificio, fueron detenidos.

Se trata de un 'modus operandi' habitual entre estas organizaciones hermanadas entre sí. De esa manera, se van prestando apoyo puntualmente en cada uno de sus países, según el lugar donde se están produciendo los disturbios. Y desgraciadamente en Cataluña, en los últios años se han producido gran cantidad de estos nefastos acontecimientos.

Junto a ellos, los investigadores han percibido también un aumento de jóvenes -incluso menores de edad, como algunos de los detenidos en los disturbios de Madrid- sin una gran carga ideológica. Todos ellos, mezclados en una irreconocible amalgama, llevan casi 15 días sembrando el centro de Barcelona de destrozos y de violencia.

El papel de La CUP

Una de las incógnitas todavía no despejadas es el papel de la CUP y sus 'cachorros' en lo que está pasando en los últimos días en Barcelona. Sobre ese asunto ha sembrado dudas el conseller de Interior en funciones, Miguel Sàmper, quien ha citado a las juventudes de ese partido -por ejemplo, el grupo Arran- como algunos de los actores que están alentando y protagonizando la radicalización de los manifestantes en la calle.

 En una rueda de prensa, Sàmper recordó que las juventudes del partido tuitearon el sábado la quema del furgón policial de la Guardia Urbana. Las fuentes consultadas, sin embargo, se distancian por el momento de esa teoría.

Las últimas informaciones oficiales fijan en 102 el número de agentes heridos en el seno de los Mossos. Algunos de ellos, apuntan fuentes del cuerpo, con fracturas de diversa gravedad. 

En medio de las agresiones y los ataques hacia los agentes, la candidata de la CUP, Dolors Sabater, ha afirmado este lunes haber alcanzado un "primer acuerdo" con ERC para que la Brimo no vaya a los desahucios, una moratoria en el uso de las balas de foam y que la Generalitat se retire de las acusaciones contra activistas.

Esta serie de medidas supondrían, de facto, un primer paso para la supresión de la brigada móvil de los Mossos (Brimo). 

Sobre los altercados de estas últimas semanas, lejos de condenarlos Sabater considera que hay que fijarse en los motivos que llevan a los ciudadanos a salir a la calle a protestar: "No podemos fijarnos sólo con el detalle de unos cristales rotos -dijo-. Las chispas que estallan cuando hay malestar social es un fenómeno que pasa en todas las sociedades. Reducirlo a un tema de vandalismo, escandalizarnos y sólo atacar esto, es absolutamente irresponsable".

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