El Estado recupera desde este jueves la titularidad del Pazo de Meirás, residencia veraniega de Franco, pero finiquitado el litigio con la familia del dictador (a la espera de una sentencia firme) la polémica entre distintas administraciones está servida. Con el objetivo de limar asperezas, la Vicepresidenta primera Carmen Calvo y el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, participaban este miércoles en un encuentro en la Delegación autonómica del Gobierno, al que también asistían los representantes del Ayuntamiento de La Coruña y de Sada, la localidad que alberga el Pazo.

Ambos, en sendas comparecencias, mostraban buenas palabras y dibujaban un clima de cordialidad, pero no hasta el punto de ocultar sus diferencias. La Xunta reclama la cesión de las competencias sobre el Pazo, algo que no concede el Gobierno central, al menos hasta que la sentencia que arrebata a los Franco la titularidad del inmueble sea firme. Ahora sería "prematuro", aseguran fuentes de La Moncloa.

Mientras tanto, se creará un "consorcio" o una figura similar, según explicaba Calvo, encargado de gestionar, y no es algo menor, qué tipo de visitas públicas se harán en el edificio. Una cuestión que no está clara. Calvo subrayaba que tendrán que cambiar con respecto a cómo "enseñaba" el edificio hasta ahora la Fundación Francisco Franco, dado que, decía, no se puede  "convertir en un lugar de recordatorio nostálgico ni de blanqueamiento" de la dictadura.

"Esencia" Pardo Bazán

Feijóo, por su parte, pedía a la número dos del Ejecutivo que la memoria del lugar no se ciña a Franco -que pasaba "varias semanas al año" en el Pazo, como reiteraba el presidente gallego- sino que su "esencia", afirmaba, sea la de quien fuera propietaria muchos años antes, la cébre escritora gallega Emilia Pardo Bazán, cuya figura también reivindicaba Calvo.  

El presidente de Galicia ponía como ejemplo el Palacio de El Pardo de Madrid, la que fuera residencia habitual del dictador. "Se lo he dicho a la vicepreidenta" afirmaba, para subrayar que ese Palacio se emplea actualmente para, entre otras cosas, acoger a los mandatarios extranjeros de visita en nuestro país. Sin que su utilidad quede reducida, por tanto, a la "memoria democrática". 

"Sería un error y una oportunidad perdida limitar el uso del edificio a una parte de la historia" advertía Feijóo, quien añadía de manera más clara que "la memoria selectiva es otra forma de desmemoria". Acogiéndose a los acuerdos tanto del Gobierno autonómico como del Parlamento de Galicia, el presidente regional reivindicaba que el Pazo "vuelva a manos de los gallegos".

La entrega de las llaves este jueves, tal y como confirmaba el alcalde de Sada, Benito Portela, no se hará mediante ningún acto institucional. Sobre la polémica de los bienes del Pazo, Carmen Calvo no descartaba emprender nuevas acciones legales contra la familia del antiguo jefe del Estado si lo encontrado no coincide exactamente con el inventario realizado. "Hasta que no accedamos no sabremos qué bienes hay" subrayaba la vicepresidenta, quien enfatizaba además que se trata de "defender los intereses generales del patrimonio público de los españoles".   

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