Vicent Soler, consejero de Hacienda, y Ximo Puig, presidente de la Generalitat Valenciana. EE

Vicent Soler, consejero de Hacienda, y Ximo Puig, presidente de la Generalitat Valenciana. EE

España POLÍTICA

Ximo Puig prepara otra subida del IRPF a las rentas altas y "nuevos impuestos verdes"

Hacienda asegura que no será a corto plazo, pero los socialistas ya han pactado las medidas con Compromís y Unides Podem.

23 septiembre, 2020 02:43
Valencia

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El Gobierno de Ximo Puig quiere subir de nuevo el IRPF autonómico a las rentas más altas de la Comunidad Valenciana. Y también implantar “nuevos impuestos” en “el ámbito de la fiscalidad verde”. Así lo revelan las propuestas de resolución pactadas en Les Corts Valencianes por los tres partidos del Gobierno (PSPV, Compromís y Unides Podem).

En concreto, las tres formaciones instan en la propuesta a “revisar y reordenar las deducciones autonómicas del IRPF teniendo en cuenta la capacidad económica de los distintos tipos de contribuyentes, aplicando una mayor progresividad”.

Lo más llamativo de esta medida es su aparente carácter recaudatorio, pues se produce solo cuatro años después de que entrara en vigor la anterior subida. Los cambios en el tramo autonómico de IRPF a las rentas altas fueron aprobados por el primer Ejecutivo del propio Ximo Puig, y sus efectos son palpables desde la declaración de la renta del ejercicio 2017.

En concreto, a las rentas de más de 70.000 euros brutos anuales se les aplicó una subida de dos puntos hasta el 23,5%; a las de más de 120.000, de casi tres puntos hasta el 25,5%; y a las de más de 175.000, de algo más de dos puntos hasta situarse también en el 25,5%. Gracias a estas subidas -y a las aplicadas a los impuestos de Sucesiones y Donaciones- incrementó su recaudación anual el 11 millones de euros.

En paralelo, el Ejecutivo de Ximo Puig redujo el IRPF autonómico a las rentas medias y bajas. Lo bajó, por ejemplo, en casi dos puntos (hasta el 10%) a quienes cobran menos de 12.450 euros brutos anuales. De igual modo, hizo lo propio con los siguientes tramos hasta los 30.000 euros brutos. E incluso lo recortó en un punto (hasta el 17,5%) a las rentas de hasta 50.000 euros.

28 deducciones

Por lo que respecta a la nueva subida, fuentes de la Consejería de Hacienda trasladaron este martes a EL ESPAÑOL que la intención principal del ejecutivo es “reordenar las deducciones autonómicas del IRPF”. “Tenemos 28 deducciones, más que letras el abecedario. Se trata de hacer una revisión para ordenarlo todo. Esto es lo que se le encargó realizar a la comisión de expertos y es nuestro principal objetivo”, subrayaron.

¿Y por qué entonces la advertencia de que se hará “teniendo en cuenta la capacidad económica de los distintos tipos de contribuyentes” y, sobre todo, “aplicando una mayor progresividad”? Hacienda, al respecto, reconoce que también se le encargó a los expertos buscar “nuevas fórmulas” tributarias, si bien asegura que será “un proyecto más a largo plazo, no una cosa inmediata”.

En definitiva, el departamento reconoce una subida en ciernes del tramo autonómico del IRPF, sobre la que transmite que no llegará tan rápido como desearían los partidos firmantes (en particular Compromís y Unides Podem). En cuanto a los “nuevos impuestos” en el ámbito de la “fiscalidad verde”, no precisa por el momento de cuáles se tratará.

Doble juego político

La distancia entre el discurso público de los socialistas y los acuerdos con sus socios de Gobierno se está convirtiendo en una constante durante los últimos meses.

Tanto es así que este lunes, en su discurso en el Debate de Política General, Ximo Puig adoptó un talante centrista. El presidente enmarcó sus políticas en el acuerdo de reconstrucción Alcem-nos pactado con PP y Cs, dejando en un segundo plano el Pacte del Botànic 2 firmado con sus socios.

En su intervención no hubo alusión alguna a subir impuestos, tal y como exigió el centro derecha para firmar el acuerdo. Pero sus aliados le aprietan, y en propuestas como la subida de tributos aquí relatada aflora la naturaleza de izquierdas del Ejecutivo y el doble juego político del presidente Puig.