El historial delictivo de José Pastor Fernández en las prisiones de toda España se ha visto incrementado este pasado fin de semana con una brutal agresión en el que hasta seis funcionarios salieron heridos por una ataque con arma blanca. La acometida, una vez más, fue perpetrada tras una de sus habituales emboscadas. 

Pastor, 26 años, natural del Puerto de Santa María, un habitual reincidente del sistema penitenciario español, tendió la trampa a los trabajadores de la prisión de Albocàsser en Castellón para agredirles con pinchos elaborados por el mismo, confeccionados con cristales y piezas de metal. 

Sucedió a las 20.30 del pasado domingo, en el departamento de aislamiento de la cárcel, donde Pastor pasa largas temporadas debido a su comportamiento extremadamente agresivo. Al joven le informaban en ese momento de los cambios en las comunicaciones debido a los brotes por coronavirus que se están reproduciendo en distintos centros.

Después, comenzó a destrozar la celda. Cuando los trabajadores abrieron la puerta para reducirle, comprobaron que el suelo estaba resbaladizo. Pastor lo había cubierto de agua y de trozos de pan que había conseguido por su cuenta para provocar un accidente a la entrada de los funcionarios

Para restarles visión, el preso rompió las luces y les atacó en plena oscuridad. Extrajo de un rincón dos cuchillos que había elaborado con cristales rotos y que guardaba para una ocasión como esta. A tres de ellos les hirió con varios cortes de diversa profundidad en los brazos, algunos de ellos de carácter grave. A un cuarto le fracturó la mano a golpes. 

Una ventana que él mismo reventó le bastó para fabricar esa navaja casera. También empleó en su elaboración unos cuantos metales punzantes.  Varios funcionarios heridos en el altercado necesitaron de atención sanitaria. 

De los más peligrosos de España

Los funcionarios son atendidos en un primer momento por la enfermera del centro, dado que el centro carece de médico durante el fin de semana debido a la falta de personal sanitario, por lo que son derivados al hospital de la capital castellonense ante la gravedad de las heridas.

Otro de los funcionarios agredidos. EL ESPAÑOL

La agresión múltiple fue denunciada por la Asociación Tu Abandono Me Puede Matar (TAMPM): "Condenamos una vez mas estos desgraciados incidentes, volvemos a reclamar ser considerados agentes de la autoridad y que estas agresiones sean castigadas como se merece, también es fundamental que tengamos una formación adecuada para estos graves episodios, cosa que no ocurre".

Pastor es uno de los presos más peligrosos de España. Figura en los listados siempre en el top ten de individuos más agresivos en el mundo penitenciario. Entró muy joven en la cárcel y ha ido encadenando nuevas estancias en prisión debido a salvajes agresiones a funcionarios penitenciarios. Su alta peligrosidad provoca que cada cierto tiempo los trabajadores reciban órdenes de trasladarlo a un nuevo presidio. 

Está condenado por robos con fuerza, atracos, amenazas y reyertas. Casi siempre permanece encerrado en régimen de primer grado. Pero también casi siempre se busca la vida para arremeter contra los trabajadores de la prisión en la que se encuentra recluido pagando por sus crímenes.

"Ante el abandono que sufrimos por parte de Ministerio de Interior, de la Secretaría General De Instituciones Penitenciarias y del Centro de Albocàsser, no nos queda mas remedio que formarnos por nuestra cuenta, para poder salvar la vida en determinados momentos", dicen desde TAMPM. 

Secuestro en Córdoba

El año pasado, en Córdoba, Pastor trató de perpetrar un secuestro. Era la madrugada del día tres de octubre. Sobre la una, el agresivo presidiario le dijo a uno de sus compañeros más cercanos que se preparase con lo que tuviera a mano que iba a "secuestrar a un funcionario". 

Despuéss realizan una llamada por el interfono, desafiando a los trabajadores de la cárcel, y después comienzan a destrozar sus respectivas celdas.

Al momento, comenzó a quebrar las ventanas. Unió las astillas de vidrio para elaborar unas sencillas muñequeras y armas cortantes para atacar. Es el mismo método que ahora. Cuando llegan los funcionarios, alertados por el bullicio, las estancias están deshechas por completo.

Después de intentar mediar y razonar con ellos, a los funcionarios no les quedó más remedio que entrar en la celda para detenerles. El resultado fue el de un nuevo trabajador carcelario herido de gravedad en el brazo, pero esta nueva revuelta logró sofocarse sin problema. No era la primera ni sería la última vez que Pastor iba a hacer de las suyas.

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