El tono de la sesión de control de este miércoles en la Cámara Baja ha alcanzado el clímax durante la interpelación que la portavoz del PP, Cayetana Álvarez de Toledo, ha tenido con el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias. La diputada ha llamado al líder de Unidas Podemos "hijo de terrorista" antes de recordar un artículo del propio Iglesias en el que aseguraba que su padre perteneció al Frente Revolucionario Antifascista Patriótico (FRAP).

El enfrentamiento entre ambos se ha producido durante una dura interpelación en la sesión de control al Gobierno, en la que Álvarez de Toledo ha replicado a la denominación de "marquesa" que reiteradamente le ha dado Iglesias, afirmando: "Usted es el hijo de un terrorista. A esa aristocracia pertenece: la del crimen político".

El vicepresidente, nada más volver a la tribuna de oradores, ha acusado a Álvarez de Toledo de haber cometido "un delito" en el hemiciclo del Congreso, por lo que ha avanzado que animará a su padre a interponer las medidas judiciales que estime oportunas. El rifirrafe ha llevado a la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, a pedir a la portavoz del PP su consentimiento para retirar del diario de sesiones la expresión "su padre es un terrorista", aunque ésta no ha sido la afirmación.

Iglesias, por su parte, ha advertido a la "señora marquesa" que ni llamando terrorista a su padre va a conseguir provocarle y hacerle perder la compostura y la ha acusado de "cometer un delito en esta tribuna", algo que solo alguien con títulos nobiliarios es capaz de creer que le puede "salir gratis".

De esta manera, culminaba un duro cruce de acusaciones entre ambos que inició Álvarez de Toledo calificando a Iglesias de "embajador de ETA y Batasuna en el Gobierno" y "burro de Troya de la democracia", además de "discípulo de los ayatolás de Irán", "proahijado de Chavez y Maduro" o "prima de riesgo española".

"Iglesias legitima la violencia"

La actitud de la portavoz del PP ha llevado a Iglesias a dirigirse, durante su segunda intervención, directamente al líder popular, Pablo Casado, porque cree que no es un estilo personal sino del partido, que ha decidido "colocarse en la ultraderecha", por lo que le ha pedido que "consulte con la almohada".

Le ha instado a que reflexione y "no haga el camino inverso" al que realizó el fundador del PP, Manuel Fraga, al pasar de ministro franquista a crear uno de los partidos más importantes de la democracia, porque volver a esas posiciones de origen será "muy perjudicial" no solo para los populares, sino para toda España.

Álvarez de Toledo le había dicho anteriormente a Iglesias que el país no necesita "caudillitos carismáticos" que tutelen a los españoles como menores de edad, además de acusarle de "utilizar la pandemia para hacer avanzar su proyecto de "fracaso de la España constitucional".

"Tienen un plan contra la democracia, apadrina a los que buscan la destrucción del Estado y quieren levantar un régimen autoritario de izquierda", ha afirmado, al tiempo que ha criticado la destitución del coronel de la Guardia Civil Diego Pérez de los Cobos como una "operación digna de una dictadura".

Para la portavoz del PP está claro que Iglesias "legitima la violencia e incluso la practica" con su defensa de los escraches o sus "amenazas" a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el líder de Vox, Santiago Abascal. "Si en España se condenaran las ideas, usted estaría en la cárcel", ha espetado.

Álvarez de Toledo interpelaba a Iglesias sobre los "acuerdos políticos con el nacionalismo radical", en concreto por el pacto del Gobierno con Bildu para derogar la reforma laboral, pero ha acabado en un cruce de descalificaciones en el que Iglesias ha acusado a la portavoz del PP de "insultar y mentir".

También de usar la bandera de España solo para "dividir y agitar el odio, con lo que "insultan" esta enseña al identificarla solo con el PP y con sus socios. Para Iglesias, este partido se ha dedicado a "poner zancadillas y alentar a la gente, junto a la ultraderecha, a vulnerar el estado de alarma" durante la pandemia.

Pero, en todo caso, ha considerado que su obligación, como miembro del Gobierno, es "tenderle la mano" al PP para que "arrimen el hombro" en defensa de los servicios públicos en España y por el interés general del país. Eso sí, después de referirse al PP como un partido con "innumerables presos por delincuentes" y que defiende la corrupción, además de usar la Constitución al utilizarla como un "ladrillo para lanzar al adversario".

"A pesar de que sean corruptos y un partido fundado por ministros de la dictadura, a pesar de que ataquen la Constitución les vamos a seguir tendiendo la mano porque eso es defender España", ha concluido Iglesias, tras advertir que ni el PP "ni sus socios ultras" pueden dar lecciones de ser patriota y español.

Este episodio se ha producido en el tramo final de una sesión de control al Gobierno protagonizada por Grande-Marlaska y por los cambios producidos en la jerarquía de la Guardia Civil. La destitución del coronel Diego Pérez de los Cobos y la renuncia del director adjunto de operaciones, así como la imprevista aprobación de la equiparación salarial, han servido de detonante.

Noticias relacionadas