Cualquiera que vea los vídeos puede concluir, con razonable lógica, que Emiliano García-Page está muy enfadado. El presidente de Castilla-La Mancha y líder del PSOE consideró este jueves indirectamente “veneno” el diálogo entre el Gobierno y la Generalitat, que se sentarán en la mesa de negociación pactada entre el PSOE y ERC a cambio de la abstención del partido de Oriol Junqueras que selló la investidura de Pedro Sánchez.

También advirtió de que “con el Código Penal no se mercadea”, en referencia a la reforma propuesta por el Ejecutivo, que podría rebajar el tiempo que Junqueras y los demás condenados por sedición pasarán en prisión o incluso podrían ser liberados, dependiendo de la modificación legislativa.

Los que lo conocen reconocen que Page está realmente incómodo con la política de Sánchez sobre Cataluña, pero en sus declaraciones, no seguidas este jueves por ningún otro dirigente socialista de peso, pesan más elementos.

Page: "Además de códigos penales existen códigos éticos"

La explicación del IVA

El más urgente es el IVA. El Gobierno ha anunciado que no devolverá la recaudación de una mensualidad del impuesto en 2017, a pesar de que ha reconocido que ese dinero corresponde a las Comunidades Autónomas. Así lo confirmó la ministra Portavoz y de Hacienda, María Jesús Montero, el martes en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. Según ella, 2019 era el año de subsanar ese problema, derivado de la gestión de su antecesor, el popular Cristóbal Montoro, y al votar “no” a los Presupuestos el PP y Ciudadanos, en 2020 no podrá hacerse.

Hasta este mismo martes, la posición oficial del Gobierno era la de devolver esas partidas, por lo que el anuncio no resultó creíble. Con otra partida, las entregas a cuenta, Hacienda se hizo de rogar hace meses asegurando que era imposible hacerlo con un Gobierno en funciones, pero finalmente acabó por abonar las cantidades adeudadas a las Comunidades Autónomas.

Page: el diálogo con torra es “veneno”

“Estamos hablando de 130 millones de euros. Es lo que nos costará hacer el hospital nuevo de Albacete”, explican fuentes del Gobierno de Castilla-La Mancha. Page estalla, entre otras cosas, porque cree que Sánchez utiliza el IVA para arremeter contra los Gobiernos de PP y Ciudadanos, pero haciendo pagar a todos los Ejecutivos autonómicos. Si para el 4 de febrero, cuando se reúne de nuevo el Consejo de Gobierno castellanomanchego, no hay solución, la comunidad socialista denunciará ante los tribunales al Gobierno socialista. “Page es el presidente de Castilla-La Mancha y, además, es del PSOE. No al revés”, explican estas mismas fuentes.

El asunto va camino de ser un gran dolor de cabeza para Sánchez, no sólo por el frente común del PP (“qué cara, qué jeta, qué morro”, dijo el presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, que contaba con sus 200 millones en los Presupuestos de 2019 tras la promesa de Montero) sino también con las comunidades del PSOE que no quieren renunciar al dinero que les corresponde. “Para Sánchez es muy cómodo, porque así cuadra mejor el déficit”, explican desde Castilla-La Mancha. En total, se trata de 2.500 millones.

Las convicciones de Page

Pero en la actitud de Page pesan también otros factores, como las posiciones sobre Cataluña. Page está convencido de que el PSOE debe luchar contra el independentismo, no cumplir sus peticiones a cambio de su apoyo, y cree que parte del retroceso en votos y en escaños del partido se debe a que Sánchez ha abandonado al votante clásico del PSOE para priorizar su permanencia en el poder a cualquier precio.

Que Page sea el presidente de Castilla-La Mancha, una comunidad en la que no son bien vistos los partidos independentistas, y el hecho de gobernar con mayoría absoluta, da a Page la posibilidad de expresarse con una mayor libertad.

“Dice lo que toda España piensa”, explica a este periódico un expresidente autonómico. “Es impresionante que todo el partido permanezca callado ante lo de Dolores Delgado (de ministra a Fiscal General), la reforma del Código Penal para soltar a Junqueras o la reunión con Torra, suspendido por el Tribunal Supremo. ¿Hasta cuándo va a estar callado el partido?”

Otros barones mudos

Otros presidentes autonómicos, que en el pasado han sido muy críticos, guardan silencio. Prefieren salvaguardar su relación con la Moncloa. Susana Díaz, preciada defensora de la unidad de España y rival del nacionalismo, defiende con supuesta pasión el diálogo de Sánchez con los partidos independentistas. Es imposible encontrar en ella y en su círculo más cercano un atisbo de duda. En paralelo, lucha por sobrevivir como líder del partido y sueña con volver a ser candidata a la Junta mientras la oposición interna crece cada día y algunos de sus partidarios la abandonan. Podría decirse que ya tiene suficientes problemas.

Los que conocen a Guillermo Fernández Vara (Extremadura), el otro socialista con mayoría absoluta, aseguran que está preocupado por la situación y que rechaza las concesiones a los independentistas. Sin embargo, optó tras perder el último congreso frente a Sánchez por apoyarlo o, al menos, no expresar sus críticas en público. Es el único barón que puede asistir a las Ejecutivas federales y asegura estar muy centrado en la gestión de Extremadura, al tiempo que se lamenta por la falta de alternativas al rumbo que imprime Moncloa.

Este miércoles, fue preguntado por el asunto y defendió la postura de Ferraz en torno al Código Penal. “Estoy seguro de que no se cambia con nombres y apellidos”, dijo. “A lo largo del proceso se ha visto que un delito que muy probablemente se describió pensando en un (Antonio) Tejero no se ha podido aplicar a casos que a todos nos dolieron mucho”, según él. 

Control absoluto

Javier Lambán también ha adoptado unas formas más suaves, aunque a veces dice en público lo que piensa. Este jueves, el PSOE aragonés aseguró que no renuncia a la mensualidad del IVA que le corresponde, sin descartar ninguna medida, pero cuidándose mucho de criticar al Gobierno. Su voz, otrora espectacular contra el independentismo, se oye sólo a veces para salvaguardar las relaciones institucionales. Lo mismo ha decidido Ximo Puig en la Comunidad Valenciana. El resto de presidentes autonómicos son defensores de Sánchez, entre otras cosas porque llegaron al poder gracias a su impulso.

Page puede acabar convirtiéndose en la aldea gala del PSOE, en la que cada vez más socialistas críticos con el independentismo se ven reflejados, aunque resignados por la imposibilidad de convencer a Sánchez de que cambie de rumbo. Su dominio en el partido es total tras el último congreso. En el Gobierno ha perfeccionado la estructura para acrecentar su poder, casi absoluto.

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