En el Gobierno y en el PSOE insisten. El jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, quiere comerse el turrón en Moncloa y no en funciones. El líder del PSOE anunció en campaña electoral que en 48 horas después de las elecciones se pondría en contacto con los demás partidos políticos para tratar de ofrecer una solución a la gobernabilidad en España que acabe con los meses de parálisis y evite la repetición de las elecciones en España por tercera vez, algo inédito. 

Sánchez sorprendió con un preacuerdo de coalición con Unidas Podemos, rubricado (abrazo incluido) junto a un sonriente Pablo Iglesias día y medio después de la última cita con las urnas. Desde entonces, el líder socialista no ha obtenido ningún apoyo más, aunque los llamados partidos minoritarios, entre los que se encuentran el PNV, Más País, Coalición Canaria, PRC, Teruel Existe y el BNG, han mostrado su predisposición a favor. Más difícil se antoja la negociación con ERC, que debería abstenerse para que los síes de los partidos anteriormente citados lleven a Sánchez a la Moncloa. En cualquier caso, la negociación parte con el "no" de PP y Ciudadanos y los probables de Junts per Catalunya, CUP, Navarra Suma y EH Bildu.

Si Sánchez mantiene su palabra, los tiempos están tasados. El día 3 de diciembre se constituirán las Cortes Generales. El Congreso y el Senado echarán a andar eligiendo a sus respectivas Mesas, los órganos de Gobierno, presidentes de las Cámaras incluidos. Inmediatamente después, el Rey puede iniciar su ronda de consultas en paralelo a la constitución de los grupos parlamentarios. El monarca debería proponer un candidato a la investidura de tal modo que el presidente del Congreso pueda convocar el pleno de investidura. 

Teóricamente, el pleno podría celebrarse la semana del 9 de diciembre, pero eso significaría una inédita diligencia y rapidez, que implicaría unas consultas exprés del Rey y actividad en el macropuente en media España que comprende el día de la Constitución (6 de diciembre, viernes) y el de la Inmaculada (domingo 8, que en ocho comunidades pasa al lunes 9, incluida Madrid). Poco probable. 

Para fijar el debate de investidura hay que tener en cuenta que la primera de sus votaciones, que según la Constitución requiere mayoría absoluta, pone en marcha el llamado reloj de la democracia, es decir, el período de "dos meses", así explicitado en el artículo 99.5 de la Constitución, que desde ese momento tiene el Congreso para lograr la investidura antes de que se disuelvan las Cortes y se convoquen automáticamente unas nuevas elecciones. 

En otras palabras: para fijar la primera de las votaciones hay que mirar el calendario y pensar en que las terceras elecciones pueden llegar a celebrarse si los partidos no se ponen de acuerdo. Desde 2016, la ley electoral (disposición adicional séptima) acorta los plazos una semana y deja el tiempo que transcurre desde que expira el plazo constitucional para intentar la investidura hasta la cita con las urnas en 47 días, a contar desde el día después del decreto de convocatoria, que se firma y publica al día después de que acabe ese plazo de "dos meses". 

Debate de investidura, el 16 de diciembre

Si Sánchez quiere ser investido en diciembre, el debate de investidura tendría que comenzar el día 16 de diciembre. La primera votación (para la que se requiere mayoría absoluta), que pone en marcha la cuenta atrás hacia las terceras elecciones, sería el 17 de diciembre. La segunda votación, en la que tiene más posibilidades de salir elegido, sería 48 horas después de la primera: el 19 de diciembre. Si Sánchez lo logra, nada le impediría celebrar su primer Consejo de Ministros antes de Navidad. 

Si no lo consigue, ni él ni ningún otro candidato, el 18 de febrero se disolverían las Cortes y las terceras generales serían el 5 de abril. 

Ese es el calendario más probable, salvo que Sánchez pretenda un debate y votaciones en el Congreso el 23, 24 y 26 de diciembre, cuando España vive fechas estivales muy señaladas. En ese caso, las elecciones serían el 12 de abril. 

El problema vendría en el hipotético e improbable caso de que Sánchez quisiese acudir al Congreso la semana siguiente. Febrero de 2020 es bisiesto y no estaría del todo claro cómo interpretar el plazo de "dos meses" que figura en la Constitución (no habla de días laborables o hábiles, sino de "dos meses"). Si la votación se produce el 30 o el 31 de diciembre, ¿cuándo se consideraría que han pasado dos meses a partir de esas fechas, si febrero tiene 29 días? Ese cálculo podría afectar, finalmente, al día de las terceras elecciones. En España, la tradición es votar en domingo. 

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