Su nombre se ha convertido en una obsesión para los servicios de Inteligencia de media Europa... y ahora también para España. Su identidad real es la de Denis Vyacheslavovich Sergeev, si bien en muchos países se le conoce con su sobrenombre: Sergey Vyacheslavovich Fedotov. 46 años y origen kazajo. Militar nacido en la antigua URSS. Ahora, integrado en uno de los grupos de élite del espionaje ruso. Sus huellas caminan entre las cloacas diplomáticas más oscuras. Y hay quienes dibujan su rastro hasta Cataluña en fechas críticas del independentismo.

Las fronteras de la Unión Soviética teñían de rojo buena parte del mapamundi cuando Denis llegó al mundo en la localidad de Usharal, en la actual Kazajistán. Fue en el 17 de septiembre de 1973. Los bloques Occidente-Oriente mantenían un pulso continuo en la Guerra Fría y ambas potencias basaban buena parte de su poder en sus estructuras militares.

Pero cuando Denis Vyacheslavovich Sergeev alcanzó la edad adulta, la URSS ya había entrado en colapso y avanzaba hacia la Federación de Rusia. La región en la que él había nacido dio sus primeros países como país independiente bajo la bandera de Kazajistán; fue la última república soviética en levantar sus fronteras con Rusia.

La Audiencia Nacional investigará la participación rusa en la crisis catalana

Su ingreso en la academia

Pero Denis sentía que sus raíces estaban en Rusia y se alistó a sus Fuerzas Armadas. Su primer destino fue Krasnodar, según la investigación del consorcio de medios Bellingcat. De acuerdo a esta información, se le transfirió a Moscú entre 2000 y 2002, donde se le inscribió en la Academia Diplomática Militar de élite, también conocida como Conservatorio GRU.

Es el centro donde se forman a los espías más cualificados de Rusia. El nombre de GRU no es casual; cada una de las unidades que la conforman reciben esa denominación seguida de un código numérico. De acuerdo a las pesquisas en torno a Denis, éste recayó en la 29155.

La "zona gris"

De entre todos los grupos que componen los servicios de espionajes soviéticos, la unidad 29155 se mueve en las bambalinas más delicadas de la geopolítica mundial. Se le llama la "zona gris", la delgada línea que separa el espionaje con la guerra tradicional. Es en ese campo de batalla donde se libran algunas de las contiendas más frágiles de la estabilidad mundial.

No en vano, a esta unidad se le vincula con el intento de aniquilar a un comerciante de armas búlgaro en 2015. Pero es más conocida por el envenenamiento con Novichok en el Reino Unido de Sergei Skripal, acusado de agente doble, y de su hija. La policía determinó la identidad de dos de los agentes supuestamente implicados, Anatoly Chepiga y Alexander Mishkin. Pero faltaba una tercera persona para completar el puzzle.

Es ahí donde surge el perfil de Denis Vyacheslavovich Sergeev. Él es el 'míster X' que le falta a la ecuación, según las pesquisas de Bellingcat. Sus investigaciones le han permitido obtener una fotografía que, comparada con una antigua imagen del espía ruso en sus tiempos de militar, da una coincidencia del 78,2%: se considera que una coincidencia superior al 70% es suficiente para concluir la coincidencia de identidad en dos fotografías. La comparación es la imagen que ilustra este artículo.

Las pesquisas en Cataluña

La Comisaría General de Información de la Policía Nacional, en una investigación coordinada por la Audiencia Nacional, ha concluido que Denis Vyacheslavovich Sergeev estuvo en Cataluña en fechas críticas del procés independentista.

Como contó EL ESPAÑOL, llegó a Barcelona el 29 de septiembre de 2017 utilizando una identidad falsa. Regresó a Moscú, vía Ginebra, el 9 de octubre de 2017. Entre esas fechas se comprende la celebración del referéndum ilegal del 1-O en Cataluña, cumbre en el procés independentista.

El juez Manuel García-Castellón abrió hace siete meses unas diligencias para determinar el rastro que siguió el espía ruso en Cataluña. ¿Con quién se reunió? ¿Qué movimientos realizó? ¿Tuvo algún tipo de relación con el movimiento independentista?

Fuentes de seguridad consultadas por este diario afirman que se han detectado injerencias extranjeras en Cataluña en los últimos tiempos, si bien la mayor parte se centran en campañas de desinformación.

La Audiencia Nacional determinará, por tanto, si esas injerencias se materializaron con el desembarco del espía ruso... o si no existe ningún vínculo de esta unidad con el movimiento separatista.

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