Sus palabras apuntan al empeño de intentar un acuerdo hasta el último momento, pero el conjunto de sus discursos y hasta su lenguaje corporal abonan el pesimismo. El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, ha asegurado este miércoles estar dispuesto a negociar hasta el último momento para evitar las elecciones.

"Nosotros somos los últimos a los que les interesa unas elecciones. Lo que nos interesa es que haya Gobierno", ha dicho, reivindicándose como el "primer interesado" tras cuatro convocatorias electorales, en abril y en mayo, en las que el PSOE fue con claridad la primera fuerza política. 

En un debate sobre Europa celebrado en el Congreso de los Diputados, Sánchez ha aprovechado para hablar sobre las negociaciones de investidura, que este martes llegaron a un pnto muerto tras una reunión fallida entre el PSOE y Unidas Podemos. 

Antes, en su intervención, Pablo Iglesias había vuelto a asegurar que su grupo le tiende la mano al PSOE para gobernar y explicó por qué es necesario seguir hablando. Mirándose en Italia, donde se forjó una coalición de Gobierno entre formaciones tan distintas como el Partido Democrático y el Movimiento 5 Estrellas, Iglesias recordó que aquel que buscaba las elecciones, Matteo Salvini (Liga Norte) se quedó fuera de juego y pidió a Sánchez que no siga su ejemplo. 

Sánchez le respondió que "un Gobierno de coalición no es sinónimo de estabilidad" si hay "dos Gobiernos en uno". "No creo que haya una única fórmula para poder entendernos", ha dicho una y otra vez el líder del PSOE a Iglesias. 

En su alegato, en el que tampoco se advirtieron mimbres para retomar la negociación. Es más, le reprochó "legitimar el discurso del conservadurismo" al rechazar la coalición propuesta por el PSOE en julio, que incluía una vicepresidencia, el Ministerio de Sanidad o de Vivienda. "¿Para qué queremos el Ministerio de Sanidad y Consumo, de Vivienda?", se preguntó Sánchez, si la izquierda rechaza asumirlos. "No me parecen asuntos menores que se puedan despreciar como ustedes despreciaron en el mes de julio", le reprochó. 

Sánchez ha intentado poner en su sitio a un Iglesias que levantaba las manos, mostrando incredulidad. "Ayer vino a decir que poco menos da que gobierne el PP o el PSOE porque ustedes han venido a cambiar las cosas y si ustedes no están, no habrá Gobierno progresista", ha lamentado. Según él, Iglesias califica al PSOE como "gente de derechas" que tira "al monte" si los morados no los mantienen en la izquierda. 

"Podemos hacer muchas cosas. ¿Por qué entonces usted, si vimos que fue inviable la coalición en el mes de julio, no estudia, sopesa o valora la propuesta intermedia del PSOE?", se ha preguntado, dispuesto a "escuchar cuáles son sus propuestas". 

Eso sí, Sánchez también ha tenido palabras para PP y Cs, porque la investidura "depende de los 350 diputados", ha dicho. "Por supuesto que lo vamos a intentar hasta el último segundo", ha prometido. 

Sánchez ha apelado directamente a PP y Ciudadanos, aunque cargando duramente contra ellos, por lo que no parecía tener una gran confianza en que el centroderecha cambie de opinión. 

El jefe del Ejecutivo aludió a la reivindicación de las comunidades autónomas del PP, que reclaman ingresos del Estado que el Gobierno mantiene congeladas por estar en funciones. 

"Si quieren que los Gobiernos autonómicos tengan los fondos necesarios, lo tienen muy sencillo, absténganse", le ha dicho al PP y a Cs. 

Noticias relacionadas