El esquema se repite. El PSOE y Unidas Podemos apurarán al máximo las negociaciones para la investidura, algo que para no pocos dirigentes en ambos partidos es casi como sentenciarlas a muerte. Huele a elecciones como en agosto a una actividad política bajo mínimos que se pareció mucho a unas vacaciones. 

El PSOE presenta este martes un documento con 300 medidas políticas con el objetivo de que Unidas Podemos tenga muy difícil justificar que no las apoya en el segundo intento de investidura o, en otras palabras, responsabilizar a su líder, Pablo Iglesias, de una repetición electoral cada vez más cercana. Como muy tarde, en el Congreso debería celebrarse una votación exitosa antes del 23 de noviembre. De lo contrario, habrá nuevos comicios el 10 de noviembre.

Desde el 25 de julio, cuando la investidura de Sánchez naufragó en el hemiciclo, no se han producido contactos con el partido morado a pesar de que es clave para que se desbloquee la elección del socialista como presidente. 

Equipos técnicos

Este lunes, el secretario de Organización, José Luis Ábalos, avanzó que propondrá a Unidas Podemos una reunión de los equipos negociadores de ambas formaciones. La cita está llamada a celebrarse esta semana y podría ser ya la última pista sobre si aún cabe la esperanza. Si la reunión va muy mal, el cara a cara entre Iglesias y Sánchez puede convertirse en un mero trámite. 

El anuncio de la reunión de negociadores no se acompañó de una fecha concreta. Dilata ya los plazos anunciados en agosto, cuando los socialistas avanzaron para finales de agosto o principios de septiembre reuniones entre Sánchez y los principales líderes políticos. Eso no llegará hasta la semana que viene. Los invitados serán Pablo Casado, Albert Rivera y Pablo Iglesias. De los dos primeros, Sánchez dijo este domingo en una entrevista en El País no esperar "absolutamente nada".

Del tercero, con el que también se reunirá la semana que viene, sólo quiere un apoyo más o menos incondicional a su programa de 300 medidas, si acaso negociando algunas. 

De ese modo, la semana del viernes 13 de septiembre será la que aclare de una vez por todas si España se dirige a elecciones. No hay más margen, porque los partidos deberían encontrar al menos un principio de acuerdo para que el Rey pudiese celebrar una ronda de consultas, designar a un candidato y la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, convocar el pleno. Como muy tarde, Batet debería convocar el 18 de septiembre a los diputados para que la segunda votación, que requiere sólo la mayoría simple de la Cámara, se celebrarse el 23 de septiembre, antes de que a medianoche expire el plazo y se disuelvan las Cortes. 

En estos momentos, nadie en Unidas Podemos o el PSOE apostaría mucho a un acuerdo, por más que ambos partidos aseguran no querer elecciones. "Siempre hay tiempo si se quiere. Si no hay voluntad, da igual el tiempo", dijo este lunes Ábalos. 

"Es inútil, Sánchez no quiere"

"Si el PSOE vuelve a hacer la misma oferta nos sentamos con ellos y será cuestión de horas ponernos de acuerdo", dijo hace unos días Iglesias, en referencia a la vicepresidencia y los tres ministerios. 

Fuentes de Unidas Podemos aseguraron este lunes que por ellos no quedará. "Iremos a todas las reuniones a las que nos convoque el PSOE. Hasta el último minuto. A todas es a todas", aseguran desde el partido. 

Pero una cosa es ir y otra creer que servirá para algo porque, según otras fuentes moradas, quien está deseando ir a las urnas confiando en lograr más escaños es el propio Sánchez. "Es inútil. Sánchez no quiere el acuerdo. Prefiere elecciones", explican en Podemos.

Coalición o no coalición

Si querer es poder, ¿qué es querer? Para Unidas Podemos, que el PSOE acepte una coalición y que se retomen las negociaciones allá donde naufragaron: en la víspera de la investidura, cuando ambos partidos aceptaron una vicepresidencia y tres ministerios para Podemos, aunque difiriesen en las competencias. Fue en ese punto en donde más cerca estuvieron las posturas. 

Pero el PSOE ya no está en eso. "No queremos una coalición", zanjó Ábalos este lunes, porque Podemos ya la rechazó en julio y eso ha enterrado las relaciones entre ambos. Los socialistas, que aseguraron ir cediendo hasta presentar cinco propuestas consecutivas, desde el apoyo externo a la coalición, pasando por cargos intermedios en el Gobierno, independientes de la órbita morada o ministros de Podemos que tuvieran un "perfil técnico". Nada de eso está sobre la mesa. 

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