Móviles apagados. Agendas despejadas. Ejecutiva del PSOE pospuesta. Aquí se negocia. El PSOE y Unidas Podemos intentan salvar contra reloj la investidura de Pedro Sánchez, que este jueves se enfrentará a la segunda y decisiva votación de su intento por convertirse en presidente del Gobierno. 

Este martes, la vicepresidenta, Carmen Calvo, llamó a Pablo Echenique, jefe negociador morado, para concertar una reunión que tiene lugar en la mañana de este miércoles. El lugar es mantenido en secreto, así como la identidad de todos los que se sientan a la mesa.

El equipo negociador de los socialistas está compuesto, además de por la propia Calvo, por la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y la portavoz parlamentaria, Adriana Lastra. Por Podemos, además de Echenique, hasta ahora había participado en los contactos Irene Montero, pero ésta ya no acudió al Congreso para el debate y votación de investidura por su avanzado estado de gestación. 

Los socialistas explicaron este martes que harían una nueva propuesta al equipo de Pablo Iglesias tras la negativa de éste a aceptar el último ofrecimiento, del domingo por la tarde. En la tribuna del Congreso, Iglesias consideró "decorativo" el rol ofrecido por Sánchez en el Ejecutivo y fuentes de Unidas Podemos aseguraron que se trataba de una vicepresidencia y ministerios sin apenas competencias. 

Por ese motivo, el martes por la noche, Podemos volvió a dejar negro sobre blanco a qué aspiran: "competencias en ecologismo, política fiscal, ciencia, igualdad y política de empleo para impulsar medias como otra subida del SMI, la bajada de la factura de la luz, responder a la emergencia climática, los permisos iguales e intransferibles, justicia fiscal, o la educación de 0 a 3 años", explicaron fuentes moradas. 

El PSOE, por su parte, se niega a revelar ni qué ha ofrecido a Podemos hasta ahora ni qué han solicitado los morados. Según los socialistas, emplean la discreción para proteger la negociación. 

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