Desde este sábado, 16 de marzo, los conductores que infrinjan las normas de Madrid Central se enfrentan a una multa de 90 euros, 45 con pronto pago, si acceden indebidamente a este área, por la que, con excepciones, solo pueden circular residentes, coches Eco o Cero o vehículos con etiqueta que vayan a un aparcamiento.

Con la finalización del período de aviso, la medida estrella del Gobierno de Manuela Carmena comienza a funcionar a pleno rendimiento, pues desde su entrada en vigor el 30 de noviembre sólo se han enviado cartas de aviso a los infractores.

Un total de 115 cámaras, 60 de entrada y 55 de salida, vigilarán el perímetro de este área de 472 hectáreas. Sin embargo, no llegarán a tiempo los paneles con los que el Ayuntamiento quiere informar de las plazas libres en los diferentes aparcamientos para evitar que un vehículo acceda y se vaya sin poder aparcar.

Pese a que el Ayuntamiento de Madrid empezará a multar este sábado, como es habitual las sanciones tardarán al menos unas semanas en ser comunicadas a los infractores. El plazo máximo antes de que prescriban es de 3 meses y esta semana el PP ha puesto en duda que las multas vayan a llegar a los municipios antes de las elecciones.

La puesta en marcha de Madrid Central ha estado rodeada por las quejas de empresarios y comerciantes, agrupados en la Plataforma de Afectados. Denuncian que ocho de cada diez negocios factura menos por culpa de esta medida, con un 13,2 % de caída en los meses de enero y febrero respecto a 2018.

Además, PP y Ciudadanos consideran que la medida es un fracaso y defienden que no permite reducir la contaminación ni el tráfico, puesto que el protocolo anticontaminación ha estado activo durante 23 días desde la puesta en marcha de Madrid Central.

Una visión que contrasta con la del Gobierno de Manuela Carmena, que señala que en Gran Vía el tráfico cae un 28,55 % y que la estación de medición de la plaza del Carmen, la única en el interior de este área, ha registrado un 8,9 % menos contaminación pese a la estabilidad atmosférica y la falta de lluvias.

También hay menos vehículos en el perímetro, un 3,79 %, mientras que en la M-30 el tráfico apenas varía con un 0,55 % menos al tiempo que aumentan los viajeros de la EMT, según el último balance hecho por el Consistorio.

Dos informes, de Ecologistas en Acción y de la Universidad Politécnica de Madrid, aseguran que en el primer mes de puesta en marcha de Madrid Central se han reducido las emisiones contaminantes, en un 38 % dentro de este área y en el caso de los turismos, según la UPM.

Madrid Central funciona con múltiples excepciones: pueden entrar los vehículos de movilidad reducida, quienes tengan un garaje en su interior, 20 invitados al mes por cada vecino o servicios profesionales de diferente índole, entre otros colectivos.

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