"Los sanchistas están horrorizados, pero los que no soportan a Pedro se suben por las paredes". Ese es, en palabras de un veterano socialista, la imagen que este miércoles ofrecía un PSOE en el que vuelan los whatsapps y se suceden las conversaciones de espanto. 

La jornada transcurrió entre los reproches públicos de una multitud de socialistas y las explicaciones confusas del Ejecutivo. Entre los que protestaron, los presidentes de Castilla-La Mancha, Extremadura y Aragón, con diferentes matices, y los diputados Soraya Rodríguez, exportavoz parlamentaria, y Patxi López, exlehendakari. "Las cosas que son difíciles de explicar son aún más difíciles de entender", resumió Guillermo Fernández Vara, presidente extremeño, en su cuenta en Twitter. 

Mientras, la vicepresidenta se dividía entre dar explicaciones y seguir negociando con la Generalitat. A las 9 de la mañana concedió una entrevista a la Cadena Ser, pero poco después Moncloa convocó una rueda de prensa en la que en 63 minutos Calvo restó importancia a la figura del "relator" para la mesa de partidos catalanes que ha incendiado la política española. De lo que no fue capaz fue de precisar sobre qué versará un diálogo que precisa tal figura y un foro distinto al de la comisión Gobierno-Generalitat, la mesa de partidos del Parlament o la comisión territorial del Congreso. 

En el seno del Gobierno, la situación no era mejor. El martes negro para la comunicación gubernamental, que inauguró Miquel Iceta proponiendo un "notario" para un diálogo en Cataluña y remató el Gobierno definiéndolo como "facilitador" ha acelerado el pulso a varios ministros.

Ministros escondidos

Varios de ellos, directamente, se esconden esperando a que pase un chaparrón que consideran un grave error del que sólo puede responsabilizarse a Pedro Sánchez. Hay más de uno que ha declinado ofrecer entrevistas a grandes medios que en otras circunstancias estarían deseosos de conceder. Han decidido apartarse ante una crisis que consideran muy mal gestionada por la vicepresidenta, Carmen Calvo. "Nos falta dignidad y rigor", ha dicho en privado uno de ellos, lamentando la imagen de un Gobierno amateur. 

En Moncloa se sucedieron este miércoles varias reuniones para tratar de encarar la crisis. El presidente del Gobierno sólo tenía un acto en la agenda, una recepción a la Selección Española femenina de Fútbol Sub-17, con la que posó sonriente.

En estos momentos, lo que más preocupa en el entorno del presidente es la manfestación del domingo, en la que participarán el PP y Ciudadanos, además de Vox, y que según fuentes del Ejecutivo podría iniciar un proceso de movilizaciones y crispación que fuese muy perjudicial para las expectativas del Ejecutivo. 

"En Moncloa hay una gran preocupación aunque se enmascare de ataques a la derecha o explicaciones bienintencionadas", explica una fuente al corriente de los movimientos internos del Ejecutivo. 

"Preocupado por España"

"Estoy muy preocupado. Pero ya no por el PSOE. Por España", decía un líder territorial del PSOE a EL ESPAÑOL. "Me da pánico la situación. La derecha ya está movilizada y nosotros estamos peleándonos por dar explicaciones", en palabras de otro dirigente territorial. 

A última hora del miércoles daba la sensación de que en Moncloa habían tocado a rebato, porque las críticas comenzaron a moderarse. Las explicaciones sobre los líderes territoriales que criticaron al Gobierno se enmarcaban en estrategias electorales propias de cara a los comicios del 26 de mayo. Pero el mal sabor de boca es patente en el partido, donde comienza a cundir la idea de que, en realidad, haber concedido la figura del "relator" a los independentistas ni siquiera servirá para aprobar los Presupuestos Generales del Estado. 

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