Algunos recomiendan la más absoluta indiferencia. Otros, una competencia virtuosa, es decir, una disputa amable por el voto que no excluya alianzas puntuales. Todos los partidos con representación en el Congreso, sin excepción, hablan de Vox y de su pujanza en las encuestas, que amenaza con dar un golpe en el tablero político nacional. En el Gobierno tampoco se habla de otra cosa. 

Este lunes, en el salón de Tapices del Palacio de la Moncloa, el presidente del Gobierno, una parte importante de sus ministros y un miniejército de asesores se reunieron con periodistas, analistas y hasta humoristas para celebrar su primera Navidad en Moncloa. ¿Habrá segunda con Pedro Sánchez como jefe del Ejecutivo? "Por supuesto", respondió con una amplia sonrisa el presidente, dispuesto hasta a jugarse algo en una apuesta. 

Sánchez, al que muchos subestimaron en el PSOE y fuera de él, se crece ante las adversidades y ha arrastrado a todo su Gobierno a defender, poco menos que como si fuera inevitable, la aprobación de los Presupuestos para los que no tiene más que un apoyo comprometido, el de Unidos Podemos.

Ante todo, Presupuestos

A cada pregunta sobre el adelanto electoral, Sánchez responde con Presupuestos. Si se aprueban las cuentas públicas, ese escenario se aleja. A cada pregunta sobre sus discrepancias con los partidos independentistas, responde con Presupuestos. Si de verdad están preocupados por el bienestar de sus ciudadanos, los aprobarán, dice el presidente. Ante la posibilidad de que el centroderecha sume mayoría absoluta, Sánchez responde con Presupuestos. Ningún antídoto mejor contra Vox que unos presupuestos de alta carga social, según el Ejecutivo. 

Es más, según Sánchez, "que la derecha sólo pueda sumar con Vox es una prueba de la fortaleza del Gobierno". Es una frase que, probablemente, describa bien el carácter del presidente. Muchos en su partido lo criticaron por lo que juzgaban como peligrosas ensoñaciones particulares, comenzando por el entorno de Susana Díaz. Pero Sánchez podría ahora sobrevivir a la presidenta de la Junta tras el hundimiento socialista y de la izquierda de las últimas elecciones andaluzas. 

El Gobierno cree que la aparición de Vox en la política nacional puede ser un revulsivo para la izquierda cuyo mayor beneficiado sería el PSOE. La pérdida de la Junta sería, en ese sentido, el precio que pagar por el despertar de la izquierda, aunque sea de un tortazo.

Para aprobar los Presupuestos, Vox

Según la tesis del Ejecutivo, Vox contribuiría a afilar las posiciones actuales en el ámbito de la aritmética parlamentaria y el discurso político. Al PP y a Ciudadanos los endurecerá. Según dice Sánchez a menudo, si la derecha se acerca a Vox, acabará pareciéndose a Vox y luego siendo devorada por la nueva formación.

A los partidos independentistas y nacionalistas, que en el análisis del Gobierno seguirán siendo determinantes para la gobernabilidad, Vox les hará tener menos tentaciones de comparar al PSOE con el PP y mantener una huelga de brazos caídos contra el Gobierno. 

La primera prueba serán los Presupuestos, que el Consejo de Ministros podría presentar el 11 de enero. Primero, PDeCAT y ERC tienen que dejar que tan siquiera se tramiten. Es la fase conocida como la de enmiendas a la totalidad. PP y Ciudadanos presentarán sin duda las suyas y, si alguna de ellas obtiene el voto mayoritario del Congreso, los Presupuestos serán devueltos al Gobierno. Ese es un posible fin de la partida.

"Lo primero es saber si el PDeCAT presenta enmienda a la totalidad", explica un ministro. "Si no la presenta, ya vamos bien. Porque no los veo, ni a ellos ni a ERC, apoyando las enmiendas de PP o Ciudadanos para tumbarnos los Presupuestos", explica este miembro del Gobierno. "¿Y si por eso vamos a elecciones, ¿cómo explicarán a sus votantes que contribuyeron al riesgo de que gobierne la derecha con Vox?", se pregunta. Para saber qué harán los independentistas es clave conocer cómo se desarrollan los primeros compases del juicio a los dirigentes encausados en el Tribunal Supremo, recuerdan en el Gobierno. "Y qué control tienen de sus bases. ¿Pueden venderles que para ellas es mejor que haya Presupuestos?", se pregunta otro ministro, de momento sin respuesta. 

Si las cuentas públicas superan la fase de totalidad, llegará la tramitación en sí y un voto final que se demorará semanas, pero los partidos independentistas habrían ya dado un voto de confianza al Gobierno que este se plantea explotar al máximo. "Vamos a jugar muy fuerte con los Presupuestos y con sus medidas. Vamos a explicar muy clarito qué supone no aprobarlos", explica un estrecho asesor de Sánchez.

PDeCAT, ERC y PNV estarán entre la espada y la pared. O unos presupuestos sociales, o la posibilidad de elecciones y que llegue Vox, al que tanto critican. En el Ejecutivo preocupa más el PDeCAT por su división interna y por las posibles intenciones de dinamitarlo todo de Carles Puigdemont, pero el Ejecutivo confía en que, al final, la formación nacida de Convergència asuma que, en su precaria situación en las encuestas, lo que menos le conviene es más inestabilidad. El PNV "no será un problema en ningún caso", confía un ministro. "Y ERC es de izquierdas, ¿no?", se pregunta. 

Si hay elecciones, Vox

Pero, ¿qué pasa si no hay Presupuestos? Sánchez ya reconoce abiertamente que sin cuentas públicas no puede llegar a 2020. La duda es cuándo convocará las elecciones. Pero serán unos comicios contra todos los que no le dejaron gobernar. "Todos nos empujan a una dinámica similar a la de las primarias" en el PSOE, explica un asesor presidencial. "Y todo lo que huele a aparato no triunfa", explica. Los ataques a Sánchez pueden victimizarlo y salir, de nuevo, victorioso ante todos los que lo asediaban, explica esta fuente. 

Entre los que más lo critican está, y cada vez más, Vox. De cara a unas elecciones generales, Sánchez cree que ese es un elemento que le favorece. Si en Andalucía nadie podía prever una mayoría absoluta de derechas y la irrupción de Vox, que ningún sondeo vio venir, en el conjunto de España ya casi todos los actores creen que es un escenario posible. Por ese motivo, según el Ejecutivo, esta vez la izquierda no se quedará en casa porque sabe lo que se juega. Contra Vox, parecen creer en el Ejecutivo, se resiste mejor.

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