Gonzalo Araluce Daniel Montero

Rodrigo Rato, el hombre que ocupó algunos de los cargos de mayor responsabilidad del país, pasó este jueves su primera noche en Soto del Real. Fue cacheado, se le sometió a un reconocimiento médico, se le tomaron fotografías y sus huellas dactilares. También se le comunicaron sus derechos y sus obligaciones como recluso. Finalmente, los funcionarios lo trasladaron a una celda en el módulo de ingreso en la que durmió con un "preso de confianza".

"Pido perdón a la sociedad y las personas que se hayan podido sentir decepcionadas o afectadas", señaló Rodrigo Rato al llegar a la cárcel de Soto del Real, en la zona norte de la Comunidad de Madrid. Se trata del mismo centro penitenciario en el que están recluidos algunos antiguos compañeros del Partido Popular: Guillermo Ortega, exalcalde de Majadahonda y condenado por el caso Gürtel; el exconsejero madrileño de Deportes, Alberto López Viejo, que cumple pena por el mismo procedimiento; y el extesorero Luis Bárcenas.

"No tengo ninguna prisa", señaló Rato a las puertas del centro penitenciario de Soto del Real. Allí escribía la línea más difícil de su trayectoria, marcada por el éxito político y por ser considerado el artífice de la recuperación económica.

Aquel hombre de 69 años que entraba en la cárcel había sido director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), vicepresidente del Gobierno, ministro de Economía, portavoz del PP en el Congreso... y máximo mandatario de Bankia, que con él abrazó el principio de su resurrección y donde cometió los delitos por el uso de las tarjetas Black por los que ahora ha sido condenado.

Rato compartirá módulo con Rodríguez-Ponga y Bárcenas en prisión

Cacheo y reconocimiento

Aquella explanada frente a la cárcel de Soto del Real albergaba sus inquietudes. ¿Cómo serían los cuatro años que pasaría en la cárcel? Pronto pudo hacerse a la idea. Nada más entrar en Soto del Real, los funcionarios comprobaron su identidad: su rostro es de sobra conocido por su exposición mediática, pero eso no le libra de tener que acreditar quién es.

Le tomaron las huellas dactilares y le hicieron las fotografías correspondientes para su ficha como preso. Acto seguido, inscribieron sus datos en el libro de ingresos. Este es el protocolo que debe pasar toda persona que entra presa en un centro penitenciario.

Después, el cacheo. Rodrigo Rato vació sus bolsillos y los funcionarios comprobaron si llevaba algún otro objeto que no hubiese depositado en una bandeja habilitada a tal efecto. Se hizo una lista de todos sus bienes y se le dio un recibo para que los retirase cuando quede en libertad o para que los recoja un familiar.

Desde ahí, Rato fue trasladado a una dependencia médica. Un sanitario le interrogó sobre su estado de salud: si necesitaba algún tipo de medicamento o de atención concreta. Un trabajador social le hizo algunas preguntas rutinarias sobre su familia y las personas en las que confiaba para cualquier notificación urgente. Cabe recordar que Rato está casado y tiene tres hijos. También se le comunicaron sus derechos y obligaciones como recluso.

La noche

La primera noche del exvicepresidente del Gobierno en Soto del Real fue en llamado "módulo de ingreso", donde todos los reclusos pasan su primera noche. Rodrigo Rato durmió en una celda con un "preso de confianza", un recluso con actitud ejemplar en el centro penitenciario. De este modo, la dirección minimiza el número de autolesiones de los reos recién llegados.

Rato desayunó a las 8.30 de la mañana en su celda y a las 13.00 almorzó. Desde ahí fue trasladado a otro módulo, donde esta previsto que cumpla su condena -aunque también es habitual el traslado de presos de un módulo a otro atendiendo a diferentes razones-. El exvicepresidente dispondrá de hasta 100 euros a la semana que deberá ingresarle su familia para gastarlos en el economato.

¿Coincidirá con sus antiguos compañeros de filas, Guillermo Ortega, Alberto López Viejo y Luis Bárcenas? Seguramente coincidan en el módulo en el que Rodrigo Rato está llamado a no abandonar, al menos, hasta finales de 2019, cuando se le dará su primer permiso penitenciario.

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