"Decidieron atacarme en lo personal. Cruzaron todas las líneas rojas". Quien así habla es Pedro Sánchez, presidente del Gobierno. La frase formaba parte de un mensaje insólito: por el tono utilizado, muy personal y biográfico, y por escoger Facebook como medio para difundirlo. Directamente, sin intermediarios en un día en el que el presidente se sentía especialmente mal tratado por los medios comunicación. 

Ábalos: "Este país merece otra calidad política"

El desmentido era rotundo. Y era completado en los pasillos del Congreso de los Diputados por la vicepresidenta, Carmen Calvo, que arremetía contra "las derechas", la "azul y la naranja", por andar hurgando en la tesis de Sánchez con medias verdades en un día en el que se ponían "de perfil con la dictadura" al abstenerse ante la exhumación de Franco. 

Y, sin embargo, no contribuyó a serenar a las doloridas filas socialistas, que llevan toda la semana vapuleadas por lo que consideran una "guerra sucia" contra ellas. El día en el que el Gobierno lograba la cuadratura del círculo, convalidaba sus tres decretos-ley en el Congreso en el que nadie apostaba por su capacidad para aglutinar mayorías, de todo lo que se hablaba era de una investigación sobre diplomacia internacional redactada por un entonces desconocido afiliado socialista sin cargo público alguno. 

Desánimo socialista

En el grupo parlamentario late el desánimo y el pesimismo. Pocos tienen la percepción de que la tormenta que se cierne sobre el presidente vaya a disiparse. Más de uno y más de dos se preguntaban en los pasillos del Congreso por qué Sánchez tardó más de un día en anunciar que haría totalmente accesible su tesis, ahora disponible bajo cita previa en una biblioteca de la Universidad Camilo José Cela.

También surgen las preguntas sobre por qué no la hizo pública hace dos o tres años, cuando comenzaron a surgir las dudas, mucho más discretas y alimentadas en buena medida en sus propias filas. Eso sí, ahora es muy fácil preguntarse por qué Sánchez no hizo un strip-tease académico que hubiera significado servir en bandeja munición a sus adversarios cuando ni siquiera se planteaban comprarse una pistola. 

Miembros del grupo parlamentario y de la Ejecutiva socialista están de acuerdo con Sánchez en que se han cruzado "todas las líneas rojas". La veda se abrió con Carmen Montón, que hace dos días daba entrevistas como ministra y ahora parece que hace un mes que dimitió por el vertiginoso ritmo de la actualidad y la caza mayor que supone Sánchez.

Boxeo sin guantes

Varios de esos responsables socialistas creen además que, una vez desdibujado el ring de la política, se puede hacer boxeo sin guantes. "Aquí ya no hay reglas", explica un cargo socialista. "Las razones que se han esgrimido para que Pedro hiciese pública su tesis son muy inconsistentes. Existen las mismas para que le exijamos a otros que nos aclaren algunas situaciones que se cuentan con más insistencia e idéntica base que lo de la tesis de Pedro. Y puestos a pedir que se aclaren cosas para despejar dudas, pues a lo mejor esa petición se puede extender a otras circunstancias", según él.

"¡Estoy indignado! Se están sobrepasando todos los límites éticos. No es un problema sólo de España, pero estamos entrando de lleno en el mundo de las fake news que sirven para justificar cualquier situación", explica un miembro de la Ejecutiva. 

"No me extrañaría que comenzase una guerra sucia, de todos contra todos. ¡Es que parece que no hay manera de defenderse!", en palabras de un diputado. 

Cabreo con los medios... y con Rivera

Hay en el PSOE un gran cabreo con los medios de comunicación. Con los que han publicado graves acusaciones, que los socialistas consideran mentira o, al menos, una exageración igual de dañina, pero también con todos aquellos que se han hecho eco o han encendido también el foco que hace sudar la gota gorda a Sánchez. 

Pero más que a los medios (criticarlos es a menudo más un desahogo que una estrategia), contra quien está furioso el PSOE es con Albert Rivera, rey de la sesión de control de este miércoles. Él fue el que desvió la atención del máster de Casado que está en los tribunales y ha acabado arrastrando a Pablo Casado. Aunque está atenazado por su propio máster, Casado apoya junto a Ciudadanos la petición de comparecencia del presidente del Gobierno en el Congreso que sólo saldrá adelante si la presión es tal que obliga a Pablo Iglesias a secundarla. 

La tensión e improvisación de Sánchez, agarrotado en una sesión de control en la que se quedó sin tiempo, es ya reconocida como una "torpeza". El PSOE espera subsanarla con la publicación de la tesis que los asesores del presidente han leído en Moncloa del derecho y del revés, casi sin dormir, en los últimos dos días, según fuentes socialistas. 

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