Hay ocasiones en que los políticos se ponen estupendos. Y las metáforas que utilizan, aunque sean desastrosas, son reveladoras. Esto le ocurrió este domingo al presidente del PNV, Andoni Ortuzar, durante la celebración del Aberri Eguna. El político vasco evidenció que su gran enemigo político es Ciudadanos, con una frase que no pasará a la historia por su agudeza. 

En pleno discurso, Ortuzar afirmó que "ni las alertas naranjas 'por viento fuerte de Rivera' -en clara aunque extraña alusión al líder de Cs-" van a hacer cambiar de postura de su partido en contra del 155

"Ni las alertas naranjas 'por viento fuerte de Rivera', ni las amarillas o incluso las rojas nos van a hacer cambiar de postura. Nuestra posición es clara y es una cuestión de principios: con el 155 no jugamos", aseguraba el presidente de los jeltzales ante un público enfervorizado tanto con su alocución como con la del lehendakari, Íñigo Urkullu, en este día donde el PNV hace más "patria vasca" que nunca.

Una paradoja

Palabrería aparte, la paradoja para el PNV es que cuanto más se opone a apoyar los Presupuestos Generales del Estado por la aplicación del 155 en Cataluña, más parece allanar el terreno para Rivera y los suyos. Porque es evidente que si Mariano Rajoy no logra sacar adelante las cuentas públicas, el adelanto electoral estará más cerca que nunca. De hecho, este diario ya ha publicado que el presidente del Gobierno tiene previsto convocar el debate del estado de la nación en junio, con o sin presupuestos, porque da por amortizada esta convulsa legislatura.  

La realidad, más allá de escenarios futuribles, es que las cuentas públicas dependen del PNV. Y los nacionalistas vascos han dejado claro, la última vez este domingo, que no van a respaldar los Presupuestos en el Congreso mientras el 155 siga en vigor en Cataluña.

Rivera Presupuestos

En el Parlamento, durante las últimas, semanas unos y otros daban por hecho que finalmente el PNV, que en su día ya arrancó el cupo vasco al Gobierno, respaldaría las cuentas que Cristóbal Montoro llevará al Congreso este martes. La crsis catalana parecía haberse enfriado y el camino estaba libre.

Pero los sucesos de las últimas semanas vuelven a complicar el panorama político. Otra vez el problema de Cataluña amenaza con bloquear, esta vez de forma definitiva, una legislatura más que extraña. 

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