Al Jazeera emitía desde Doha. Un reportero hacía conexiones en directo a pie de calle en Barcelona para abordar el conflicto catalán. En las cercanías de un colegio electoral, el periodista explicaba las diferencias entra la policía autonómica catalana -los Mossos- y la Nacional.

En ese instante, el cámara deja de enfocar a su compañero para captar cómo una mujer se cuelga del cuello de un agente y le planta un beso en la boca. Ella sonríe y se va. Él, petrificado.

Lo último que esperaba un antidisturbios de una separatista que le increpaba

Minutos antes, ella toma algunas fotos y rodea a los nacionales, que habían acudido para formar una suerte de cordón que impidiera las votaciones. "Algunos policías catalanes se niegan a impedir el referéndum", explica el presentador. Justo después añade: "La Policía nacional -a su lado- ha recibido la orden específica de cerrar los puntos de votación".

El beso de esta señora contrasta con los gritos, insultos y aspavientos que el resto de manifestantes vierte contra las fuerzas de seguridad del Estado.