La Policía investiga en estos momentos el origen de la grabación del encuentro mantenido entre el ministro del Interior y el responsable de la Oficina Antifraude de Cataluña. Según aseguran a EL ESPAÑOL fuentes de las pesquisas, la hipótesis que consideran más sólida radica en que la cita fuera grabada por Daniel de Alfonso.

En este sentido, las mismas fuentes apuntan a este periódico que consideran "absolutamente improbable" tanto la instalación de un micrófono en el despacho de Jorge Fernández Díaz, como ha apuntado De Alfonso, como la posible instalación de un virus en alguno de los teléfonos móviles de los asistentes, como por su parte ha sugerido el ministro.

Por ello la línea de investigación que cobra más consistencia pasa por que fuera el jefe de la Oficina Antifraude quien de forma deliberada grabase la reunión. Ya sea con su teléfono móvil o con algún otro dispositivo electrónico. No obstante, en el seno de la Policía no se descarta que la filtración se haya producido en última instancia desde el propio Cuerpo.

La relación entre Antifraude y la Policía

Y es que entre las alternativas que se barajan de manera preliminar para explicar lo sucedido se encuentra la posibilidad de que De Alfonso facilitase una copia de su conversación con el ministro a alguno de los policías adscritos a las investigaciones de corrupción en Cataluña. Y que, por lo tanto, hayan sido estos quienes hayan aflorado las conversaciones en el marco de la guerra abierta en el corazón de la organización.

Esta sospecha se enclava en la colaboración mantenida durante los últimos años entre la Policía y la Oficina Antifraude de la que queda constancia en la reunión entre Fernández Díaz y De Alfonso. Sin embargo, la relación entre ambas instituciones ha pasado por diferentes fases ya que destacados mandos de la Policía siempre cuestionaron la verdadera intencionalidad de De Alfonso al interesarse por grandes escándalos como el de la familia Pujol.

No en vano, la Oficina Antifraude se aproximó a la ex novia de Jordi Pujol Ferrusola para recabar datos sobre las operaciones del primogénito del ex presidente autonómico catalán. Sus responsables llegaron incluso a pedir copia a Victoria Álvarez de sus ordenadores y de sus teléfonos móviles con el argumento de que debían estar debidamente custodiados por razones de seguridad.

Álvarez accedió a la solicitud y colaboró durante meses con Antifraude prestando incluso dos declaraciones en marzo de 2013. Pese a ello, la entidad dirigida por De Alfonso elaboró un informe en el que acababa poniendo en cuarentena el testimonio de la ex novia de Pujol Ferrusola, al que paralelamente la Policía otorgaba absoluta veracidad.

La Oficina Antifraude llegó a concluir que tras las acusaciones de Álvarez podían esconderse "motivos espurios" al tiempo que subrayaba la existencia de "deudas creditoras" entre ambos por la puesta en marcha de negocios de placas fotovoltaicas. "Su narración no es homogénea en el tiempo", indicó a la vez que añadió que "adolece de pruebas documentales que sustenten su incriminación".

Este informe llevó a altos mandos policiales a considerar que el verdadero objetivo de De Alfonso consistía en obtener información de los procedimientos en marcha para, acto seguido, boicotear las investigaciones en marcha en contra del entorno de CiU.

Pese a ello entre ambas instituciones ha existido una relación fluida en la que se ha compartido información y en la que por parte de la Policía uno de los interlocutores fue el Departamento de Asuntos Internos que dirigía el comisario Marcelino Martín Blas.

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