Barcelona

El Parlament ha vivido este jueves una jornada de cierta calma después de la tormenta de ayer. Pocas horas después de anunciar que se sometería a una cuestión de confianza en la cámara catalana, el president Puigdemont ha asistido a la sesión de control para responder a las preguntas de la oposición sobre el nuevo escenario que se ha dibujado en Cataluña.

Los duros reproches del miércoles entre Junts pel Sí (JxS) y la CUP se han sustituido por palabras más suaves y conciliadoras. La diputada de la CUP Mireia Vehí ha emplazado al president a “rehacer puentes desde hoy mismo” con la formación anticapitalista y le ha pedido que asuma la vía unilateral cuando se constate que los resultados del 26-j no permiten un referéndum pactado. “Más vale hacer lo que se necesita que no esperar a lo que no vendrá”, ha afirmado Vehí. La diputada ha añadido que la mayoría independentista en el Parlament otorga “margen para la unilateralidad”. La propuesta de la CUP pasa por celebrar un referéndum unilateral de independencia, una opción que no agrada demasiado a JxS por sus similitudes con la consulta que se realizó en 2014.

Con un tono más amigable que el del miércoles, Puigdemont ha respondido a la CUP diciendo que “los mejores puentes son los que no se dinamitan”. A pesar de mostrar su recelo con los partidos nacionales, el president ha pedido a la CUP “confianza” en las formaciones que defienden un referéndum pactado para Cataluña en las elecciones generales.

La oposición critica la cuestión de confianza



La mayoría de intervenciones en el pleno se han centrado en el anuncio de Puigdemont de que se someterá a una cuestión de confianza después de verano. El bloque constitucionalista ha tratado de revertir el mensaje de JxS de que los Presupuestos no se han aprobado por culpa de la CUP y ha pedido al Govern que abandone sus planes rupturistas.

Tanto PSC como CSP han recordado a Puigdemont que no ha querido negociar en ningún momento con ellos a pesar de haber presentado sus enmiendas con tiempo suficiente. “Usted sólo miró a una mitad de la cámara”, le ha afeado el líder del PSC, Miquel Iceta. “No hemos recibido ninguna llamada ni ninguna propuesta de reunión”, ha añadido. “Han pasado del ‘España nos roba’ al ‘La CUP no nos deja’”, le ha reprochado en el mismo sentido Inés Arrimadas.

La oposición también ha cargado contra Puigdemont por convocar esta cuestión de confianza después del verano y las elecciones generales. “Su propuesta de moción en diferido es un elemento más del circo en el que han convertido el Parlament”, ha espetado el presidente del grupo del PP, Xavier García Albiol, que ha dado el proceso soberanista por muerto. “Cuando un presidente pierde la confianza la moción debe producirse inmediatamente, no al cabo de medio año”, ha añadido. Arrimadas ha ido más lejos y ha acusado al president de intentar ganar tiempo para reformar CDC.

Nueva hoja de ruta



El president y su círculo más próximo trabajan ya para redefinir los plazos de la hoja de ruta soberanista y articular una propuesta que seduzca a la CUP. En una entrevista en Catalunya Ràdio Puigdemont ha planteado “enriquecer” esta hoja de ruta y se ha mostrado expectante con el resultado de las elecciones generales. El president ha dejado claro que esas modificaciones siempre tienen el objetivo de la independencia y ha descartado que se vayan a rebajar los objetivos soberanistas.

Si bien durante la entrevista ha cuidado los reproches a la CUP, Puigdemont ha afirmado que no habría aceptado la presidencia si hubiera sabido que el acuerdo con los anticapitalistas iba a “mutar”. “No creo ni que Artur Mas me lo hubiese propuesto”, ha añadido. Puigdemont cree que buena parte del partido asambleario se arrepiente de tumbar los Presupuestos y ha puesto como ejemplo que sus miembros “no van con la cabeza alta defendiendo su posición”.

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