El Govern de Puigdemont ha decidido tomar la iniciativa para desbloquear la falta de contacto entre el Ejecutivo central y la Generalitat. La portavoz del Govern, Neus Munté, ha confirmado los contactos entre ambos Gobiernos para fijar una reunión entre el presidente en funciones, Mariano Rajoy, y el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont. La portavoz ha matizado, sin embargo, que el encuentro todavía no se ha concretado ya que no ha habido respuesta por parte del equipo de Rajoy.

“No nos consta ninguna llamada de la Moncloa”, ha afirmado Munté sobre los contactos, avanzados por El Nacional. “Lo que sí que hay son contactos entre ambos Gobiernos: nos ratificamos en nuestra predisposición al diálogo”, ha añadido. La portavoz ha recordado que Puigdemont se ha reunido con Pablo Iglesias y Pedro Sánchez en la Generalitat y que el viernes recibirá a Albert Rivera.

Desde que Carles Puigdemont fue investido, el pasado 9 de enero, ambos dirigentes sólo cruzaron unas breves palabras cuando coincidieron en el homenaje a las víctimas de la tragedia de Germanwings, celebrado el pasado 13 de abril en Barcelona. Rajoy no llamó a Puigdemont cuando fue investido, como marca la tradición, y ni siquiera contactó con el president cuando en Cataluña hubo un accidente de autobús en el que fallecieron 13 jóvenes estudiantes de Erasmus. Entonces se pusieron en contacto con Puigdemont tanto el rey Felipe VI como el líder del PSOE, Pedro Sánchez, y el president recibió en Tarragona al primer ministro italiano, Matteo Renzi.

Munté ha lamentado que por parte de Rajoy “no haya habido ni el mínimo gesto [hacia Puigdemont], ni siquiera de cortesía cuando fue investido”. La portavoz ha recordado que Rajoy ha estado en dos ocasiones en Barcelona y que nunca ha dado “la mínima señal” de querer verse con el president de la Generalitat.

Preguntada por cuál ha sido el detonante de esa puesta en contacto, Munté ha respondido que no ha habido ningún cambio significativo. Hasta la fecha Puigdemont tampoco había demostrado ninguna predisposición al diálogo y había preferido esperar a un nuevo interlocutor en La Moncloa.

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