José Luis Rodríguez Zapatero cuida mucho sus apariciones públicas porque, según ha recordado este martes, su concepción del papel de expresidente le fuerza a ser discreto. Pero en un desayuno informativo celebrado en Madrid en el que presentaba la intervención de Ximo Puig, presidente de la Comunidad Valenciana, rompió su silencio público sobre los pactos de Gobierno.

“Lo peor que puedo hacer es meter presión”, dijo tras asegurar que desea “éxito” a los negociadores de PSOE, Podemos y Ciudadanos, que se reunirán este jueves en el Congreso.

“Lo peor que se puede decir es que si no se llega a un acuerdo esto es una desgracia”, aseguró. “Cuando yo vi el resultado electoral y conociendo el panorama político, [entendí que] la tarea de llegar a un acuerdo es extraordinariamente compleja. No metamos presión. Cuando todo el mundo está intentándolo con buena voluntad, desde luego yo no seré de los que diga que sería horrible si no se consigue”, advirtió.

“Esa es una manera de no contribuir a la celeridad y al buen hacer de los actores. Lo digo claramente, porque la presión psicológica cuenta mucho. Por tanto, estemos un poco relajados porque eso ayudará a que esté el buen tono”, reclamó ante varios centenares de políticos y empresarios en el encuentro organizado por Nueva Economía Forum.

Los grandes problemas del país y Panamá

Zapatero ha pedido un debate “racional” y “sosegado” sobre los grandes problemas del país, que se resumen a su juicio en tres: las finanzas públicas y el empleo, el “funcionamiento federal” del Estado y el “respeto a la política”, de “los políticos a la política” y de los ciudadanos por el gobierno de lo público.

El expresidente aprovechó para responder sobre la decisión de sacar a Panamá de la lista de paraísos fiscales en 2011. “Se acordó un convenio de doble imposición” que “contiene el deber de información recíproca” que espera que “pueda funcionar” en las pesquisas que iniciadas desde España desde la filtración publicada en España por El Confidencial y La Sexta.

En su intervención, Puig pidió exportar el modelo de coalición valenciana para el Gobierno del Estado, aunque reconoció que “genera desasosiego”. El presidente valenciano presumió de la relación con su vicepresidenta y líder de Compromís, Mónica Oltra, y reivindicó las mejoras logradas por su Ejecutivo en materias sociales.

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