Barcelona

El reto de entrar en política está tomando una envergadura inesperada para Lluís Llach, diputado de Junts pel Sí (JxSí). Llach fue elegido nuevo presidente de la comisión de estudio del proceso constituyente, un organismo puesto en marcha por el Parlament para estudiar las vías de desconexión con España. Llach es un artista muy popular en Cataluña y fue un icono musical de la lucha contra el franquismo. Considerado uno de los impulsores de la nova cançó (nueva canción) catalana, fue perseguido por la dictadura y vivió una temporada exiliado en París durante los años 70. Reconocido homosexual, es soltero a sus 67 años y su vida ha dado un vuelco absoluto.

Llach tomó posesión este martes de su nuevo cargo sin mostrar excesivo entusiasmo. Al hablar, parecía estar cansado. Se nota que no es un político al uso. Inauguró su cargó alabando a su predecesora Muriel Casals, fallecida hace unas semanas, por “la riqueza de su carácter y su condición humana". "Que su ejemplo me ayude a alcanzar los objetivos de la comisión”, dijo.

A pesar del marcado carácter de la comisión en favor de la secesión, insistió en la vía integradora que intentó emprender Casals: “Nos corresponde debatir con el fin de encontrar espacio de confluencia para plasmar la diversidad de la sociedad catalana”, dijo. Para el diputado del PP catalán Santi Rodríguez, sus palabras eran contradictorias, ya que el “propio título del organismo refleja que expresa la voluntad de parte de los catalanes. Hay otra parte que está ausente”, le replicó en tono cordial.

Llach fue escueto en su declaración de intenciones. Aclaró que la voluntad del ente es estudiar distintos modelos de constituciones contemporáneas; revisar procesos constituyentes puestos en marcha recientemente; modelos de participación ciudadana; y modalidades de consultas populares. “Invito a los portavoces a que enriquezcan esta comisión” finalizó antes de ceder la palabra a los grupos presentes. Poco antes de su comparecencia, la mesa del Parlament aprobaba tres ponencias conjuntas para elaborar otras tantas leyes encaradas a la ruptura con el Estado.

Un diputado rico

A pesar de su perfil discreto, Llach es de los diputados más ricos del Parlament de Catalunya. En la declaración de patrimonio que hicieron los diputados de la institución, el cantautor declaró 1.365.000 euros en dinero efectivo y propiedades inmobiliarias. Su patrimonio no procede exclusivamente de sus hits musicales: gran parte de su riqueza es fruto de sus negocios en el mundo del vino. Junto a su socio Albert Costa, impulsó la marca propia Celler Vall Llach, cuyos caldos se venden a buen precio en el mercado oriental. Llach recibió en herencia unos terrenos en el pueblo de Porrera (Tarragona), dónde empezó a construir su particular imperio vinícola.

Más allá de Cataluña es un enamorado de Senegal. En el país africano tiene una fundación dónde lleva a cabo proyectos de desarrollo social para los más desfavorecidos. Incluso llegó a afirmar que si el sueño independentista catalán no llegaba a consumarse, se iría a vivir allí definitivamente. “Es muy feliz trabajando para la gente de Senegal. Pero ama tanto a su país que ha aceptado dar el salto a la política”, comentaba.

Mano a mano con Otegi

El cantautor reconvertido a la política formó parte de la comitiva de diputados y personalidades catalanas que se desplazó a la prisión de Logroño para mostrar su afecto a Arnaldo Otegi el día de su puesta en libertad. En el acto reivindicativo, catalogó al dirigente abertzale como “una persona importantísima para el futuro de Euskadi, que estuvo en prisión por motivos de Estado”.

Llach consideró que Otegi será “una de las voces que se deberán escuchar en el futuro”, e insistió en la “anormalidad” de su encarcelamiento. El ahora diputado ha cargado en otras ocasiones contra el Estado. “Si entraran los tanques, les llevaríamos termos de café con leche, pobrecitos”, replicó al ministro de Defensa, Pedro Morenés, cuando dijo que las Fuerzas Armadas no actuarían en Cataluña si “todos cumplen con su deber”.

Al término de la sesión de la primera comisión que presidió, aseguró a los presentes que convocaría una nueva reunión "para presentar el plan de trabajo, y entonces decidiremos. Es importante, sí", sentenció sin excesiva euforia.

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