La delegada de Cultura del Ayuntamiento de Madrid, Celia Mayer, ha acudido a la comisión extraordinaria -convocada fruto de sus errores- recién confirmada en el cargo por Manuela Carmena. La alcaldesa de Madrid ha desmentido la rumoreada dimisión de Mayer subrayándola al frente de Cultura un par de horas antes de la comparecencia en los micrófonos de la Cadena Ser. Mayer ha escuchado las preguntas de la oposición y ha contestado "absolutamente todo" -según ha valorado después-, lo que ha desconcertado a PP, PSOE y Ciudadanos, que se han marchado indignados achacando a Ahora Madrid la falta de detalles en la explicación del escándalo de los titiriteros y la aplicación de la memoria histórica.

Pedro Corral -parlamentario del PP y presidente de la comisión- ha iniciado la comparecencia pidiendo a los interlocutores que no profiriesen ataques personales y calificando el debate que abría como un espacio "de control democrático al poder en el que no hay estrategia golpista ". Fuego cruzado en el primer minuto. Mayer, la siguiente en tomar la palabra, ha pedido a Corral que respetara la "neutralidad" que exige su cargo y que no hiciera "valoraciones políticas".

Mayer, acribillada

Con la misma persistencia con la que caía la lluvia fuera, los grupos de la oposición han acribillado a la responsable de Cultura. Isabel Rosell, del PP, ha tachado las acciones de Mayer de "lamentables, sorpresivas e intempestivas" para después acusarle de haber "rebasado la legalidad".

En el momento en el que el PP ha afeado a Mayer haber comenzado la retirada de los vestigios del franquismo "con nocturnidad", las luces de la sala se han apagado y el inicio de la respuesta de Mayer ha discurrido en una suerte de discoteca con luces tenues que iban y venían.

La responsable de Cultura se ha agarrado a la ley y a distintas sentencias jurídicas para explicar el derribo de monolitos y placas; una interpretación legislativa que no ha convencido a ninguno de sus adversarios políticos.

Sofía Miranda, de Ciudadanos, la ha acusado de convertir la cultura en un instrumento partidista y de haber actuado movida por un "revanchismo ideológico y religioso"."En política, el perdón se conjuga con la dimisión", ha dicho.

La sorprendente agresividad del PSOE

La intervención más beligerante ha sido la de Mar Espinar, portavoz socialista. "Si hubiera hecho las cosas bien, no estaríamos aquí", empezaba. Su tono se ha ido elevando a medida que recrudecía los achaques a Mayer: "Ha deformado la ley hasta lo grotesco. Usted y sus palmeros creen que lo saben todo. Ha tenido la pataleta de una niña inmadura". En ese instante, el presidente de la comisión ha encendido su micrófono y ha interrumpido el discurso de Espinar. "Por favor, evite los ataques personales".

Mayer, en su contestación, ha dicho a Espinar: "Lamento que profiera ese insulto, que ha sido machista. Más viniendo de usted, perteneciendo al partido al que pertenece".

Los mismos interrogantes en el aire

Las explicaciones de Mayer no han convencido a ninguno de los partidos políticos, que a la salida de la comisión han vuelto a pedir su cese. El PSOE, a pesar de su beligerancia, ha asegurado que sigue confiando en el Gobierno de Carmena.

Tras una comparecencia de una hora y media aproximadamente, todavía quedan varios interrogantes en el aire, enumerados por el resto de partidos ante los medios antes de abandonar el salón de tapices de la Casa de la Villa. ¿La cátedra de la Complutense llegó a enviar un borrador de propuesta al Ayuntamiento? ¿Se depurará alguna responsabilidad más por el escándalo de los titiriteros? ¿Qué criterios exactamente llevaron a Mayer a retirar aquellos monumentos, entre los que destaca la placa a los carmelitas fusilados?

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