La sátira de los ya famosos titiriteros se ha tornado una tragedia griega para el Ayuntamiento de Madrid. La detención de los dos artistas por un presunto delito de enaltecimiento del terrorismo dejó sin final sobre el escenario a 'La bruja y don Cristóbal'. La representación todavía no ha terminado. El espectáculo de Raúl y Alfonso, que se ha colado incluso en la portada del Financial Times, continúa en el Palacio de Cibeles, sala de máquinas de Carmena. Las marionetas de trapo han desatado la guerra en Ahora Madrid, candidatura que gobierna la capital fruto de la confluencia de Podemos, Ganemos Madrid -que a su vez reúne a Equo y a parte de Izquierda Unida- y varios movimientos sociales.

El viernes por la noche, la delegada de Cultura de Carmena, Celia Mayer, acudía a los juzgados a interponer una denuncia contra los titiriteros detenidos por incumplimiento de contrato. Los artistas, que aseguraron ser víctimas de un engaño, alegaron que no conocían que el público que iban a encontrarse era infantil, lo que llevó a la alcaldesa a anunciar una investigación interna. Un post en la cuenta de Facebook del carnaval una hora antes del inicio del espectáculo revelaba que alguien en el Consistorio sabía que la obra no era para niños.

La presión de varios colectivos ciudadanos y del mundo de la farándula pidiendo libertad para los titiriteros puso el punto de mira en el Ayuntamiento. ¿Qué opinaba Carmena de la detención y el supuesto enaltecimiento del terrorismo? Justo antes de que respondiera en rueda de prensa, Celia Mayer dijo en Twitter que había pensado retirar la denuncia que interpuso contra los artistas, pero Carmena la contradijo: “Las denuncias no se retiran. Están ahí. Luego veremos cuál será la postura del Ayuntamiento”. La alcaldesa explicó que la prisión le parecía exagerada, pero nunca pidió la libertad para Raúl y Alfonso de forma institucional, lo que incendió su partido.

La chispa: el comunicado de Ganemos

Ganemos Madrid -corriente que fraguó junto a Podemos las listas de Carmena- publicó este miércoles un comunicado en el que acusó al Ayuntamiento de “sembrar confusión” con la denuncia interpuesta contra los titiriteros. Celia Mayer, integrante de esta parte del movimiento, mostró su intención de retirarla, pero Carmena no respaldó esa intención, lo que simbolizaba la llegada de la guerra de familias al corazón del Consistorio.

En ese comunicado, Ganemos se refirió incluso a “la escasa valentía” de Carmena y “de una parte del Ayuntamiento”, una declaración que enfatizaba que los zancos que auparon la candidatura de Ahora Madrid son de distinto color y origen. Además, dos ediles del Ejecutivo madrileño acudieron a la reunión de Ganemos, de donde surgió este comunicado.

Ahora Madrid es una cebolla de muchas capas. Ganemos se rebeló contra la candidatura de la que forma parte, pero Equo saltó a su vez contra Ganemos, movimiento que engloba al partido ecologista. María Pastor, miembro de esta formación y parte fundamental en las negociaciones de la candidatura, recrimina a Ganemos su comunicado: “No compartimos ese espíritu. En un clima de acoso al Ayuntamiento como éste, la posición de quienes formamos Ahora Madrid debe ser de respaldo”. “El ataque a nuestro Gobierno no es la solución porque así sólo perjudicamos el cambio que venimos buscando”, lamenta.

Mauricio Valiente es concejal por Ahora Madrid y militante de Izquierda Unida, una formación que confluyó con Carmena a través de Ganemos. Poniendo por delante que le gustaría “desdramatizar” esta división, reconoce que está siendo “un momento difícil” para el Ejecutivo. “El Ayuntamiento se ha visto implicado en la vulneración del derecho a la libertad de expresión de los titiriteros y eso se ha vivido de forma muy intensa por todos los que formamos parte de este proyecto”. A diferencia de Carmena, que no pidió la libertad para los titiriteros, asegura: “Reclamarlo era una necesidad y en ese sentido yo me he pronunciado y me pronuncio de forma inequívoca. Era necesario”.

No es la primera batalla en esta guerra

El enfrentamiento en el seno de Ahora Madrid ya quedó reflejado el 27 de noviembre de 2015. El Gobierno de Carmena se fracturó en público durante la votación de un plan para el distrito de Chamartín. El pleno debatía el derribo de un viejo cuartel en los aledaños de la Castellana, cuya desaparición era necesaria para levantar una urbanización de lujo.

En aquella votación a mano alzada, seis ediles de Carmena, los pertenecientes a Ganemos -los mismos que ahora se han rebelado, votaron al lado del PSOE, mientras el sector 'oficialista' del movimiento se unía con PP y Ciudadanos. Esta división fue explícita y visible, pero Ahora Madrid también se dividió en julio durante una votación acerca de los derechos humanos en Venezuela. El 20 de diciembre, con la llegada de las elecciones generales, las distintas preferencias de los concejales volvieron a relucir: algunos pidieron el apoyo para Iglesias y otros para Garzón.

Aquel día saltaba por los aires el acuerdo de finales de enero de 2015 entre Ganemos y Podemos que fraguaría Ahora Madrid, una candidatura que fue anunciada de forma oficial en marzo. En la presentación quedó evocado el espíritu del 15-M; un espíritu heterogéneo nutrido de varios movimientos; una candidatura de varias cabezas que no siempre logra domar Manuela Carmena.

Carmena lo lleva con naturalidad

Este jueves ha tenido lugar la rutinaria junta de Gobierno. Muchas de las preguntas de los medios dirigidas a la portavoz del Ayuntamiento, Rita Maestre, han girado en torno a la división que adolece Ahora Madrid.

Lejos de negarlo, Maestre ha dicho: “No existe ningún grupo humano en el que no haya disensiones políticas. A diferencia de lo que ocurre en la vieja política, nosotros lo naturalizamos”.

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