Mariana Goya
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Para Rodrigo Lojo (isla de Arosa, 1985) los días arrancan antes del alba. "Hoy, por ejemplo, ha sido a las 4:30 horas porque salíamos de puerto a las cinco", comienza narrando a ENCLAVE ODS. Aunque asegura que, por lo demás, es una rutina "normal".

"Partimos muy pronto y no volvemos siempre a tierra a la misma hora, porque en la batea eso depende de muchos factores. Llego a casa, me doy una ducha, me cambio de ropa, me tomo un café y me meto de lleno en la supervisión del obrador de Roi&Co", explica.

Allí, continúa, se encarga de "numerosas tareas", como la entrada de materia prima y la supervisión de los diferentes trabajos, como el envasado. A mediodía, acude a uno de sus restaurantes —Punta Cabalo en la isla de Arosa o La Salada en Villagarcía de Arosa— para supervisar la actividad. Al que no asiste en ese momento, se traslada en el turno de noche.

Durante la tarde, cuenta, se mantiene pendiente del monitoreo de los envíos de Roi&Co, así como de la relación con los proveedores y los distribuidores. Porque, como él mismo dice, le gusta "estar muy encima y muy al tanto".

Así, una jornada tras otra, Rodrigo, a quienes todos llaman Roi, se desloma por sacar adelante el proyecto en el que un día creyó. Y es que, a través de su incansable esfuerzo y su pasión por la mar, ha logrado alzarse como fundador de la empresa de alta conservería Roi&Co. Además de entrar en la lista Forbes como uno de los 100 empresarios más creativos.

Legado familiar

Su padre era director de banca, mientras que su madre fue una de aquellas mujeres que echaba, desde los 13 años, jornales en las conservas de la zona. Como antes hicieron su abuela y su bisabuela.

Desde bien pequeñito, Lojo siempre ha estado muy vinculado a las raíces marineras y hosteleras, como resultado de su legado familiar. De hecho, confiesa a ENCLAVE ODS que tal es la herencia femenina en su vida que, para él, "es la mar, no el mar. Y es mujer".

"No me hubiera metido en esto sin el esfuerzo titánico que ha hecho esa parte de mi familia. Me lo transmitieron todo", señala. Incluso, menciona que cuando habla con su abuela todavía siguen teniendo esa broma en la que le dice cosas como "Roi, tú no cocinarás como yo y eso que intenté enseñarte".

Roi Lojo es miembro de la lista Forbes como uno de las 100 empresarios más creativos. Cedida

Sin embargo, pese a los chistes de su abuela, parece que Lojo sí ha sabido mantener esa tradición culinaria en su oficio. Lidera una firma de conservas 100% artesanas, que se cocinan a mano siguiendo las recetas centenarias de su familia, sin ningún aditivo industrial.

Allí, sus mejillones, procedentes de su propia batea, son la estrella de la Ría de Arousa. Mientras que su madre es quien, señala el gallego, está "al pie del cañón como un toro" desde el obrador de uno de sus restaurantes. Así se asegura de que este legado no se desvanezca en el tiempo.

"Sin ellas no entiendo la cocina, ni la mar, ni sin ellas ni sin su trabajo. Son, y han sido, dos de esas trabajadoras silenciosas, incansables, un referente absoluto", asegura el empresario arousano.

Volver a los orígenes

Se crio desde pequeño en la isla de Arosa, un lugar que, hasta su nacimiento, no contó con un puente que les conectase con la provincia de Pontevedra. Para entonces, el barco era el medio de transporte habitual. De hecho, hasta les resultaba extraño a los locales ver coches en aquellas calles donde nunca habían circulado.

Al tiempo, su familia se hizo con la concesión del faro de esta localidad, donde inauguraron el que ahora es uno de los dos restaurantes de Lojo, Punta Cabalo.

Pasaron los años, el gallego creció y aprendió a cocinar. Fue entonces cuando se aventuró a su primer emprendimiento, Agua Mareira, una empresa que ofrecía agua pura de la Ría de Arousa recogida y sometida a un proceso de microfiltrado y tratamientos a base de ozono y luz ultravioleta.

Sin embargo, algo dentro de Lojo no terminaba de encajar. Descubrió los entresijos de la industria conservera. Probaba lotes y lotes y fue coleccionando y guardando los que más le llamaban su atención. Y así, poco a poco, se fue convirtiendo en un experto en la materia, dando forma a lo que sería el puzle de su vida.

'Reinventar' la tradición

En agosto de 2020, el arousano organizó una comida con sus amigos; y ese día fue el comienzo de todo. Sacó algunas conservas de mejillones y todos se quedaron muy sorprendidos, especialmente su conocido, el abogado Enrique León.

En ese instante, ambos acordaron aprovechar el bagaje de la familia Lojo en la cocina para hacer una tirada de conservas propias. Sería algo muy reducido, para consumo propio, pero el gallego sabía que podrían triunfar a partir de aquella idea.

Por eso, el joven emprendedor no tardó en presentar un nuevo plan de negocio; esta vez la propuesta sería crear una microconservera. Y así, junto al exfutbolista Aitor Ocio, el creativo Aitor Molina y el hostelero David Lecanda, nacía en 2023 la firma que hoy se conoce como Roi&Co.

Roi Lojo junto a sus socios Aitor Ocio, Aitor Molina y David Lecanda. Cedida

Su funcionamiento es simple. Elaboran las conservas en un obrador regentado por la mujer de Lojo, Raquel, y su madre, Sali, a partir de una enlatadora manual. Aunque la verdadera clave de su éxito es, según explica el propio arousano, que ellos pueden "encender la cocina para guisar kilos de producto, pero una empresa al uso, grande, necesita al menos 1.000 kilos. Y eso, claro, determina el resultado".

Trabajan siguiendo dos líneas de negocio. Por un lado, la gama Silver, con conservas selectas como almejas, navajas, mejillones, pulpo o sardinillas y, por otro, la Hors Categorie, donde se encuentran los mariscos de mayor calibre y una presentación de lujo.

Además, cuenta su fundador, es la única conservera del mundo en emplear tecnología blockchain para asegurar la trazabilidad y poder conocer, con matemática exactitud, las coordenadas de captura de los ejemplares y su fecha de elaboración.

Se trata, dice, de una manera de adaptarse "a los tiempos que corren". Pues, es este seguimiento lo que "le da valor a todos los marineros" con los que comparten vida y trabajo. "Necesitamos resaltar a nuestra gente, darles la importancia que tienen y hacerles partícipes porque son compañeros de viaje", menciona.

Sus proveedores únicamente emplean métodos respetuosos con el medioambiente, tales como el bou de vara, la pesca de cerco y la recolección manual. Motivo por el que, concluye Lojo, la mejor manera de destacar su valía es "contando lo que hacen, cómo lo hacen, con ese respeto a la mar y a nuestro entorno, y enseñarlo en nuestras latas".