Fresno el Viejo (Valladolid)
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"Hola, hola. Hola, hola" se oye repetidas veces en la lejanía. Parece casi automático, una frase dicha por inercia, pero las enredaderas que rodean la entrada no permiten vislumbrar quién o quiénes son las voces que la emiten.

Pero una vez que traspasas el umbral de la flora, una gran explanada se abre ante tus ojos. El primer vistazo se va hacia el estanque, situado en el centro de lo que parece un antiguo patio de una casa molinera.

Decenas de cubículos recorren el cuadrado que dibuja el perímetro. En uno de ellos, dos simpáticos loros. "Holahola, holahola". Cada vez más seguido y acompasado, saludan a todo el que llega a 'La Era de las Aves', el centro de acogida de animales que se encuentra en Fresno el Viejo, un municipio vallisoletano de apenas 800 habitantes.

Su fundador, Enrique Marcos Sánchez, un "fresnero de toda la vida", da la bienvenida a este particular 'zoo' que abrió sus puertas en el año 2012. "Pero la idea se fraguó mucho antes", revela el responsable.

Fue concretamente en 2008 cuando se plantó la primera semilla, aunque en realidad Marcos supo durante "toda la vida" que acabaría haciendo algo así. "He sido un enamorado de los animales desde pequeñito", recuerda, "y siempre tuve muchos en la antigua casa de labranza de mi familia".

Pero el espacio se quedaba corto para que Marcos pudiera acoger a todos los que quería. Fueron sus ganas de seguir cuidando de ellos, las ansias de generar en los demás "una afición compartida" –y, porque no, un poco la fortuna–, los que hicieron de este hombre el fundador de un centro que cumple ya 13 años.

El centro abrió sus puertas en el año 2012. Ángel Manuel Gómez Velázquez

En 'La Era de las Aves' hay todo tipo de especies. Ángel Manuel Gómez Velázquez

"Un agente medioambiental se puso en contacto conmigo porque en su centro de recuperación tenían un par de animalitos heridos y, como su destino era ser sacrificados, me preguntó si me importaba acogerles", comienza contando Marcos.

Y así fue como, uno tras otro, distintos ejemplares de diferentes especies fueron llegando, provenientes de distintos centros de recuperación de la provincia, y haciendo de lo que en principio se pensó como "un zoológico al uso" se convirtiera en un lugar de segundas oportunidades para "especies irrecuperables e invasoras" y mascotas abandonadas.

Más de 800 animales

En su día, los más de 5.000 metros cuadrados con los que cuenta 'La Era de las Aves' fueron solo tierra. "Esto era un solar", recuerda Marcos, que dedicó un tiempo infinito en levantar la construcción que ahora consagra el centro.

"Aquí no había luz, ni agua, ni desagüe, ni nada construido. Solo un pozo, y encima seco. Así que esto es el fruto de una inversión muy grande y mucho sacrificio, pero también de mucha ilusión", asegura.

Gracias a ello, la extensión alberga ya más de 800 animales, que provienen en su mayoría de centros de recuperación de Zamora, Salamanca, Valladolid, Burgos y Castilla-La Mancha, aunque también acogen especies de particulares.

"Solamente contando a las tortugas ya tenemos 400 animales. La mayoría acaban aquí porque todo el mundo quiere una de chiquitillo, pero claro, luego crecen y nadie se puede hacer cargo de ellas", recalca el fundador.

Lo mismo sucede con los conejos, o con algún que otro pajarillo. "Hay gente mayor que tiene mascotas y ya no se ven capaces de cuidar de ellos, así que nos los traen para que nosotros lo hagamos. También hemos recibido muchos animales que fueron abandonados o que ya no les interesaban a sus dueños tras las exigencias de la nueva Ley de Bienestar Animal", explica.

Sin embargo, su fauna no solo la componen animales domésticos. Cuentan también con más de 30 especies diferentes de rapaces, lémures, búhos, buitres leonados, suricatos, ciervos, zorros y hasta reptiles como una pitón o un dragón barbudo.

Una de las salas está dedicada únicamente a los reptiles. Ángel Manuel Gómez Velázquez

Allí reciben todos los cuidados necesarios, y se les da la oportunidad de recuperar una vida que ya no pueden seguir en su hábitat natural, ya sea por un accidente o porque están domesticados y no pueden volver a estar en libertad.

Ocio y educación ambiental

Pero 'La Era de las Aves' es mucho más que un centro de acogida. Con el paso de los años, y con una ubicación dentro de la España despoblada, Marcos ha tenido que reinventarse, haciendo de este refugio de animales un lugar de ocio y educación, pero siempre con perspectiva medioambiental.

"Estamos a 50 minutos de Valladolid y 55 de Salamanca. Si no buscas las castañas para sobrevivir, aquí no vendría nadie", cuenta resignado.

Por eso, decidió dirigirse hacia las actividades lúdicas y los voluntariados para atraer una mayor afluencia de público. Reciben en torno a 10.000 personas anualmente, cifra que se engrosa, sobre todo, en los meses de verano.

En 'La Era de las Aves', los más pequeños podrán disfrutar de todo un parque temático que gira alrededor de los animales, con gymkhana, tirolinas, scape rooms con temática de responsabilidad ambiental, paseos en barca y divertidos talleres.

"Les enseñamos los cuidados que precisan los animales, pueden ayudar a alimentarlos, y también les concienciamos para que cuiden de ellos y del medio en el que viven", explica el fundador.

Además, para una experiencia que incluya también a los mayores, Marcos instaló unas pequeñas barbacoas que las familias pueden alquilar para así poder pasar el día entero en el centro. "A veces incluso hacemos fiestas de la espuma, que a los niños les encanta", añade.

El centro tiene más de 800 animales. Ángel Manuel Gómez Velázquez

En 'La Era de las Aves' hay especies irrecuperables, invasoras y abandonadas. Ángel Manuel Gómez Velázquez

Sin embargo, cuando llega el invierno, la actividad en 'La Era de las Aves' no cesa. "Sobrevivimos gracias a colegios que vienen de excursión, las asociaciones o de las donaciones privadas de algún patrocinador o particular que deja la voluntad cuando trae algún animal, porque no contamos con ninguna subvención ni ninguna ayuda de la Administración Pública", confiesa.

En nómina, tan solo cuentan con dos trabajadores, aunque el alma del centro la componen hasta 15 personas que ya son parte indispensable del proyecto.

"El personal va rotando entre voluntarios y universitarios que vienen aquí a hacer sus prácticas. Llegamos a convenio con la USAL para que sus estudiantes de veterinaria o biología completen aquí su formación", cuenta Marcos.

Apadrinar para salvar la era

A pesar de llevar más de una década al frente de 'La Era de las Aves', Marcos asegura que el beneficio es nulo. "Tengo lo justo para sobrevivir, porque cada euro que entra se reinvierte, ya sea en el cuidado de los animales o en la mejora de las instalaciones", afirma.

De hecho, han comenzado una ampliación del espacio porque, "con tantos animales, ya se nos queda pequeño". A sus 5.000 metros se van a añadir 2.500 más, porque el número de especies sigue aumentando "y no hay superficie suficiente para todos".

Como este supone uno más dentro de los esfuerzos económicos que Marcos se ve obligado a asumir con tal de mantener su sueño a flote, en busca de seguir recabando ayudas han inaugurado un programa de apadrinamientos.

Se está preparando una ampliación de 2.500 metros para poder seguir acogiendo animales. Ángel Manuel Gómez Velázquez

Por 60 euros los particulares, y 120 las empresas, todo el que quiera podrá apadrinar a su animal favorito para así ayudarle, tanto a él como a Marcos, a asumir con sus gastos de mantenimiento y cuidado.

"A cambio de ese apadrinamiento, la persona podrá beneficiarse de entradas infantiles gratuitas para que las usen ellos mismos o terceros", apostilla.

Desde que empezaron, ya son casi 100 los animales afortunados, pero el fundador espera que "sean muchas más de aquí a que acabe el año" y, esperanzado, asegura que aún están "a tiempo de conseguirlo".