En el panorama empresarial actual, donde la innovación y la adaptabilidad son clave para el éxito, la diversidad en los puestos de liderazgo se ha convertido en un factor crucial para el crecimiento de las empresas. No se trata solo de una cuestión de justicia o igualdad, sino de una necesidad imperiosa para impulsar el crecimiento y la competitividad de las organizaciones.

Si nos fijamos en las últimas cifras, lo cierto es que España ha alcanzado un hito histórico, con un 40% de mujeres en puestos directivos, según el informe Women in Business 2024 de Grant Thornton. Este avance sitúa a nuestro país como líder en Europa en representación femenina en altos cargos. Algo que se ha conseguido con años de trabajo pues, si echamos la vista atrás, veremos que en 2004, las mujeres ocupaban solo el 14% de los altos cargos.

El progreso es significativo, cierto, pero queda mucho por hacer pues, a pesar de los avances logrados en los últimos años, la presencia femenina en puestos de alta dirección sigue siendo minoritaria aunque haya empresas que con su compromiso por la diversidad y la inclusión, están marcando el camino hacia un futuro más igualitario y próspero. 

La tendencia es positiva y se espera que continúe el aumento de mujeres en puestos directivos, aunque a diferentes velocidades dependiendo del sector y de la localización geográfica.

Si nos fijamos, por ejemplo, en el sector del capital riesgo, aún presenta una baja participación de mujeres en puestos de alta dirección. En cuanto a la diferenciación geográfica, cabe destacar que la Comunidad Valenciana lidera el ranking regional con un 44% de mujeres en puestos directivos, seguida por Canarias y Galicia.

A pesar de los avances, las mujeres en la alta dirección en España aún enfrentan desafíos, como el síndrome del impostor y los sesgos inconscientes, por lo que no es de extrañar que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) haya establecido el objetivo de alcanzar el 40% de representación femenina en las empresas que conforman el Ibex 35 y que, muchas veces, son el ejemplo a seguir para muchas otras.

¿Qué obstáculos impiden la igualdad de oportunidades?

Si analizamos los obstáculos que persisten y sustentan este desequilibrio, podríamos establecer que son muchas las empresas que mantienen una cultura que prioriza los valores y estilos de liderazgo tradicionalmente masculinos, lo que dificulta la adaptación y el ascenso de las mujeres.

En este sentido, persisten creencias arraigadas sobre roles de género o barreras invisibles que impiden el avance de las mujeres a los niveles más altos de liderazgo, incluso cuando tienen las mismas capacidades que sus colegas masculinos, lo que lleva a subestimar el liderazgo femenino o a considerar que ciertos sectores son "masculinos" dificultando la plena integración de las mujeres.

Así, a pesar de los avances, siguen siendo habituales situaciones en las que prejuicios automáticos e involuntarios influyen en las decisiones de contratación y promoción, favoreciendo a los hombres en detrimento de las mujeres.

Uno de los más claros tiene que ver con la conciliación familiar pues, aunque las políticas nacionales avanzan para que el equilibrio sea cada vez más real, las mujeres a menudo asumen una mayor carga en el cuidado familiar, lo que dificulta su desarrollo profesional y el acceso a puestos de alta exigencia.

Las mujeres, clave para la transformación de las empresas en el siglo XXI

Llegados a este punto, y siendo conscientes de que la eliminación de muchas de estas barreras es algo que necesita tiempo, son muchos los estudios que han querido demostrar que las empresas con mayor diversidad de género en sus equipos directivos obtienen mejores resultados financieros, mayor capacidad de innovación y una mejor reputación para así animar a las compañías a sumarse al cambio de forma proactiva.

Y es que, siendo las mujeres la mitad de la fuerza laboral en España, está claro que la diversidad en las plantillas aporta perspectivas y experiencias únicas que enriquecen la toma de decisiones y fomentan la creatividad.

La incorporación de talento femenino en altos cargos no solo fortalece la empresa, sino que inspira a futuras generaciones de profesionales, algo que, para una empresa como la nuestra, enfocada en la educación y la formación del talento joven, es fundamental para fomentar un entorno más equitativo.

Es crucial abordar estos obstáculos a través de políticas y prácticas que promuevan la igualdad de género en el ámbito laboral y que así más empresas se sumen activamente a la promoción de la diversidad de género en sus equipos directivos. No solo por responsabilidad social, sino también por inteligencia empresarial. Las mujeres líderes son un motor de cambio que puede impulsar el crecimiento y la transformación de las empresas en el siglo XXI.

Es hora de derribar las barreras que impiden el acceso de las mujeres a puestos de liderazgo y crear entornos laborales donde el talento femenino pueda desarrollarse y brillar. La igualdad de oportunidades es un factor clave para construir una sociedad más justa y un futuro más próspero, más sólido y sostenible.

*** Viridiana López Rodríguez es directora de RRHH y Operaciones en EDUCA EDTECH Group.