Podríamos decir que vivimos hoy la tormenta perfecta: inestabilidad política, crisis energética y de materias primas, inflación y, como telón de fondo, una emergencia climática para la que los próximos 3 años son absolutamente esenciales.

El 28 de julio de 2022 se agotaron los recursos del planeta para todo el año y miles de desplazados climáticos se ven obligados a dejar su hogar, abandonando toda esperanza.  En el otro lado de la balanza, contamos con herramientas tecnológicas y conocimiento suficiente para superar esta crisis y salir fortalecidos. Entonces, ¿qué se necesita? 

Además de contar con la voluntad y el impulso adecuados en forma de activismo empresarial e incentivos financieros, parece evidente que no podemos permitir dejar atrás al 50% de la población mundial: las mujeres. Para ello, el acceso a la educación, la erradicación de la violencia contra las mujeres y una igualdad efectiva de oportunidades en el terreno laboral son claves. 

El informe de brecha de género, que elabora cada año el World Economic Forum, se cerró en 2022 en un 68,1%, de manera que, al ritmo actual, podremos hablar de paridad total en 132 años. Este mismo informe advierte de que la década de austeridad que siguió al 2008 afectó los ingresos de familias y a la economía de los cuidados (fundamentalmente atendida por mujeres), doblemente golpeada en la época de la pandemia. 

“¡Lo hago por mis hijos!” gritaba recientemente una mujer anónima en las protestas de activistas climáticos tan comentada estos días. Son muchas las mujeres que están liderando movimientos asociados a la lucha contra el cambio climático. Pero también son ellas las más afectadas por sus consecuencias, como concluye un reciente informe del UNFCCC presentado en Bonn.

En algunos países africanos, por ejemplo, muchos hombres emigran de las zonas rurales a las urbanas en busca de empleo, una tendencia impulsada por los fenómenos meteorológicos extremos, dejando a las mujeres a cargo de la tierra y el hogar, pero no necesariamente con los respectivos derechos legales o la autoridad social para hacerlo.

El aumento de la violencia de género tras una catástrofe climática también se menciona en este informe, así como la correlación entre fenómenos climáticos extremos, tasa de alfabetización y matrimonio infantil. 

La adaptación al cambio climático puede dar lugar a oportunidades para que las mujeres accedan a más recursos y participen en la toma de decisiones debido a los cambios en las normas de género, por lo que es crucial adoptar un enfoque basado en derechos y con perspectiva de género en el desarrollo de la política climática. 

El momento es ahora y nos implica a todos. En L’Oréal hemos definido nuestra hoja de ruta con ambiciosos objetivos para trabajar dentro del marco de los límites planetarios, empoderando para ello a todo nuestro ecosistema de negocio, es decir, empleados, proveedores, clientes y consumidores, en nuestro programa L’Oréal for the Future. Y lo hacemos convencidos de que acción climática e igualdad de género van de la mano. 

Así, L’Oréal apoya el programa Fair For Life de abastecimiento solidario de karité (el “oro blanco”) en Burkina Fasso desde 2014 para contribuir al fortalecimiento de las mujeres recolectoras, reducir la pobreza energética y disminuir la deforestación.

El programa ayuda a ofrecer precios justos y flexibilidad financiera, proporciona capacitación y asistencia técnica sobre las mejores prácticas para la cosecha y permite reducir la deforestación en un país en el que se pierden 105.000 hectáreas de bosque cada año, debido en gran parte a la demanda de combustible para cocinar.

Ayudarles a conseguir cocinas más limpias y eficientes reduce la cantidad de madera que necesitan, disminuye las emisiones de carbono y reduce la exposición de las familias a los humos. 

En términos de igualdad laboral, en L’Oréal apostamos por el talento sin género y promovemos el papel de las mujeres en la Alta Dirección. Por ejemplo en L’Oréal España & Portugal un 60% de los puestos directivos los ostentan las mujeres, y no existe brecha salarial. A nivel mundial, el ranking Equileap nos reconoce como la 4ª empresa más igualitaria del mundo.

L’Oréal es asimismo fundadora del programa de mentoring Women4Climate, para el impulso de soluciones frente al cambio climático lideradas por mujeres, y fomenta el papel de la mujer en la ciencia a través del programa L’Oréal UNESCO For Women In Science, donde también se abren paso las ciencias medioambientales, como en el proyecto de investigación sobre el efecto de los microplásticos en el océano liderado por la española Cristina Romera reconocida como International Rising Talent en 2021.

Además, a través de la Fundación L’Oréal, se desarrolla el programa Embellece Tu Futuro, con la colaboración en España de la Fundación Tomillo, con quienes hemos formado ya a más de 500 personas en situación vulnerable, con una empleabilidad en el sector de la belleza del 80%.

También en la Fundación se han creado los Fund for Women, para apoyar a las mujeres más vulnerables, con 50 millones de euros a nivel internacional. Gracias a estos fondos en España la Fundación Madrina podrá seguir atendiendo a la infancia y maternidad más vulnerable y Banco Bebé, reforzará su objetivo de aportar alimentos y productos a familias sin recursos para el cuidado de los más pequeños.

Otra de las organizaciones beneficiarias de los fondos en nuestro país, Trabe, utilizará estos recursos para seguir promoviendo el desarrollo de programas y proyectos que favorezcan el empoderamiento personal y colectivo desde una perspectiva de género.

La necesaria transformación de nuestra economía y nuestro sistema de producción y consumo no será posible si dejamos atrás a ese 50%: mujeres que se agrupan en cooperativas, que lideran proyectos, que lideran territorio, que investigan, que cuidan. Solo con ellas podemos crear la belleza que mueve el mundo.

*** Delia García es directora Sostenibilidad y RSC de L’Oréal y vocal de Transformación en WAS.